OCT172. ORGASMO, de Adriana Ríos
Impúdicamente, se estremece complacida al sentir el calor que lame sus muslos.
Arquea su espalda y percibe por primera vez la dureza de sus pezones.
Desea estar libre de ropas y entregarse desnuda al feroz abrazo.
Extasiada, implora que no ardan su corazón ni sus entrañas.
Quiere conservarlos intactos para el próximo encuentro.
Mientras se consume en un éxtasis de cuatro horas, grita varias veces el nombre de su amado y acaba convertida en cenizas.
«30 de mayo de 1431, Viejo mercado de Rouen, Francia.»
Guauu, Adriana, en otra época la condena a la hoguera habrías sido tú…
Original e irreverente visión de la muerte de Juana de Arco. Me ha gustado mucho.
gracias Fernando… y si, por suerte algunas cosas cambiaron… (aunque a veces, parece que todo está igual o peor) ahora no hay condenados a la hoguera, pero… abrazo y me encanta éste blog, recién lo conocí el domingo pasado y al leer algunos cuentos cortos que me gustaron mucho, me animé a publicar. (seguiré leyendo el blog… estoy buscando un cuento de Xavier(creo…) que habla de los reflejos… y no lo encuentro)
«Condenada», quería decir. Un abrazo.
De modo que el éxtasis no era sino eso. La doncella de Orleáns era todo un caso. Bromas aparte, Adriana, creo que le has dado un giro a la historia muy interesante, pero que no te lo lean en el Front National.
Un saludo
JM
jmsanchezmoreno.blogspot.com
jajajaja! shhh… si, que no nos escuche ni lea nadie… gracias Juan Manuel, abrazo.
¡PODIOOO!
Saludos.
gracias Beto! abrazo.
gracias Ana… además, se vestía con ropa de hombre!!!