OCT177. DOBLE CITA, de Javier Palanca
– Lo ves ¿verdad? hay que matarla.
– Sí, pero no me resulta fácil, es nuestra madre.
– Las madres mueren, así es y así ha sido siempre.
– No a manos de sus hijos, normalmente.
– Tampoco la mayoría de ellos han vivido en la esclavitud de sus ocurrencias.
– ¡Necesitamos la libertad! -gritó Tuppence.
Sonó la frase como un inmenso eco en el amplio salón. Tanto, que todos escudriñaron por si alguien les escuchaba.
– ¿Pero creéis de verdad que la tendremos sin ella?
– Lo que es seguro es que mientras viva seremos sus marionetas.
– ¿Y si cuando ella muera no nos queda mas que el pasado?
– Pues mas vale malo conocido que bueno por conocer.
– Mal refrán, el riesgo forma parte de la vida.
En esos momentos entró un mayordomo al salón para decirles que la cena estaba lista.
Se dirigieron al comedor mirándose unos a otros como buscando respuestas. Luego, durante la cena, solo Poirot habló: Mañana, cuando volvamos de Petra, tomaremos una decisión. ¡Consultad vuestras almohadas!
Al día siguiente, tras la excursión, la encontraron muerta.
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Tras estas últimas palabras, Agatha, soltó la pluma y el cuaderno, y se dejó ir.
Javier me ha gustado reconocer a tus personajes en los clásicos de la magnífica escritora.
El giro final me ha cautivado… Ella sabía perfectamente como iba a acabar el libro.
Suerte.
Un abrazo.
Bueno,sin ser gran cosa el micro, por lo menos se ve el guiño.
Abrazos y gracias.
Cría cuervos … Sorprendente final para la reina del suspense, suerte. Saludos.
Pues sí, una pena.
Besos
Javier, al amparo del cásico modo de escribir de esta autora te ha salido un relato policiaco y cinematográfico,suerte y saludos
Me alegra tu visión.
Gracias y besetes
Quien no ha imaginado alguna vez con dar vida a los personajes? pero que estos decidan asesinar a su autora para poder vivir su propia vida, original, sí señor!!!