83. Paraíso
–Fíjate en los pliegues de las mantas. ¿Los ves? Son nuestras olas. Están quietas porque están tranquilas; como nosotras. ¿Y las camisas colgadas? No es solo ropa, no. Es la espesura de nuestra selva. Es tan, tan densa, que nadie puede vernos. Estos cinturones que están a tu lado, son serpientes. No te espantes; son amigas, porque son hembras. Y es que, mi vida, esta es la Isla de las mujeres, y solo nosotras podemos entrar. Aquí los hombres tienen prohibido el acceso.
Mientras abrazaba a su hija y besaba los cardenales de su rostro entre lágrimas, María rezaba porque las puertas del armario fuesen montañas lo suficientemente altas como para que no las encontrara; y se alegraba de que, al menos, la naftalina sirviese para ocultar el fuerte olor a alcohol que infectaba el ambiente.
Raúl, ese pequeño reducto lo convertian en su mundo y solo la imaginacion sabe lo extenso que puede ser. Suerte y saludos
La imaginación puede ser un gran refugio, Calamanda. Muchas gracias 🙂
Duro y bueno a partes iguales.
Agradecido y ruborizado a partes iguales 😉
Raúl, una isla de amor e imaginación para ocultar la triste realidad. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Algún lugar intentaron encontrar…
Muchas gracias, Salvador.
Abrazos.
Compadre, personalmente me penaliza un poco que el tema esté ya muy, muy visitado, sin embargo, el modo en que lo haces sí que me gusta. La imaginación para abordarlo y el ambiente creado me perecen muy buenos. Mucha suerte.
Abracísimos.
Hombre, Don Barlon en persona. Recojo tus halagos y tus tirones de orejas con la misma alegría.
Abrazos, monstruo.
Muy buenas las imágenes de tu Isla. Me han gustado mucho.
Me alegra leer eso, María Jesús. Abrazos.
Creo que has tratado el tema con mucha imaginación. Casi parece un cuento y tiene un fondo terrible. Mucha suerte 🙂
Eso se intentaba, Juan Antonio. Me alegra ver que al menos contigo lo conseguí. Muchas gracias 😀
Genial. Me oli, no se por qué los malos tratos. Me sorprendio el escondite, señal de que era bueno.
Suerte
Wow. «Genial» es una palabras muy grande, Luisa. Me alegro de que te haya gustado.
Abrazos.
Raúl, qué bonito microrrelato. Dispone de una prosa poética, que bien utiliza la madre para proteger a su hija al estilo de La vida es bella, y que consigue que el lector se identifique con los personajes.
El final es brutal y sabe redondear un buen trabajo.
¡Suerte con el concurso!
Saludos.
PD: Hace poco me regalaron el libro de ENTC del 2012 y me sorprendió encontrarte en él con un gran microrrelato. Te felicito un poco a destiempo.
Me enorgullece que te haya gustado, Nico 🙂 Y celebro que me hayas encontrado en el ENTC del 2012; fue un enorme honor.
Abrazos.
Creo que el comentario de Juan Antonio es del todo acertado. Atrevida apuesta con el tema del mes pero muy bien resuelta. Mucha suerte, Raúl.
Pues lo mismo que a él te digo, Lorenzo. Celebro que te haya gustado, y esperamos que llegue esa suerte.
Un saludo.
Creo que has conseguido, con esa puesta en escena, el uso del lenguaje y la imaginación, que un tema tan recurrente resulte cuando menos atrayente y sugestivo.
Suerte y saludos.
Eso se intentaba, Rafa. Sé que la apuesta es arriesgada por lo manido, pero a ver qué tal sale.
Un abrazo.