Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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47. Póstumamente

Su carrera dio un giro espectacular nada más morir. Aún estaba caliente cuando sorprendió con su memorable interpretación de difunto en un funeral; un hecho que sirvió para que a continuación le ofrecieran tres papeles nada desdeñables: uno de caído en combate, otro de cadáver en la mesa de autopsias, y un tercero, ya algo hinchado, como víctima en un naufragio, quizá su más lograda actuación, si bien pasó algo desapercibida. Tampoco encarnó mal a un muerto recién exhumado, con gusanos y flemas por entonces, en pleno auge ascendente de su popularidad. Aunque su mayor éxito le llegó, pasado un tiempo, haciendo de momia egipcia en una prolongada saga. La película original, muy taquillera, tuvo tantas secuelas como su cada vez más estropeado aspecto permitió, por falta de un sustituto que estuviera a su altura. Todavía hoy las ofertas se siguen amontonando sobre su mesa, pese a que solo puede hacer de esqueleto. También la crítica lo trata mejor ahora, llegando algunos incluso a lamentar que no hubiese fallecido antes. Claro que no falta quien opine que sobreactúa, que resulta poco creíble o que acabará encasillándose. Unos y otros, no obstante, coinciden en reprobar sus continuos desplantes a “La Academia”.

28 Responses

  1. Calamanda

    Enrique, vaya situacion. Este muerto es un filón para su profesión, qué exito. Muy gracioso y original tu cuento. Suerte y saludos

    1. Enrique

      Supongo que de haber dispuesto de mayor extensión le habría podido sacar más partido al planteamiento. Que resultara divertido era mi principal objetivo, así que me alegro mucho de que te lo haya parecido.
      Muchas gracias, Calamanda.
      Un abrazo.

  2. Me ha encantado, genial. Creo que le he visto en muchas pelis y nada sobreactuado, digan lo que digan.
    Lo dicho: ocurrente, simpático, sorprendente, genial. Una joyita que se agradece. Felicidades

    1. Enrique

      Cuánto me alegran tus palabras, Luisa.
      Sí que sale en bastantes pelis, solo hay que fijarse bien para distinguirlo, y estoy totalmente de acuerdo contigo en que no sobreactúa; yo lo encuentro de lo más sobrio, jajaj. Los críticos ya se sabe.
      Muchas gracias y un abrazo.

  3. Me huele a crítica, a eso de que nadie es profeta en su tierra o a eso otro que tiene que ver con críticos y exigencias. Ni muerto le dejan en paz, pobre esclavo de los aplausos… En fin.
    Muy original tu historia y muy bien narrada.
    Que siga la saga… La de tus micros.
    Feliz noche de octubre y que los sueños sean de vivos y felices.

    1. Enrique

      Planteamientos absurdos como este casi siempre tienen más de una lectura y, como bien dices, sirven para criticar el sinsentido de nuestra conducta habitual. Me alegra mucho que hayas visto todas esas cosas que apuntas y que además te haya gustado.
      Muchas gracias, Mercedes, y mis mejores deseos también para ti.

    1. Enrique

      Sí que es mala la envidia, Carles; sobre todo para el que la sufre.
      Me alegra que veas mi propuesta como una historia, porque analizando el modo en que le fui dando forma, creo que no debió de ser muy diferente del que utilizan los creadores de monólogos.
      Muchas gracias y otro abrazo para ti.

  4. Cambiando un poco la frase, diría que: con frecuencia, la ficción es más grande que la realidad, jajajaja. Tu personaje pertenece a un gremio en el que ambas fronteras no solo se diluyen, sino que están en lucha.

    Una crítica muy, muy buena, Quílez.

    Saludos.

    1. Enrique

      Muy buenas tus observaciones, Manoli. Me han hecho darme cuenta, entre otras cosas, de que el medio en que sitúo al personaje favorece muchísimo que semejante disparate tenga alguna credibilidad.
      Me alegra mucho tu opinión y también que hayas apreciado su aspecto crítico.
      Muchas gracias y un abrazo.
      Enrique.

  5. Jesús Garabato Rodríguez

    Se me había pasado tu muerto actuante. Y yo me pregunto ¿quién se queda con las, aparentemente, abundantes ganancias del interfecto? ¿Cómo permite, quien lo deba permitir, semejante abuso contra un indefenso? Dentro de la broma, veo reflejado en tu personaje a muchos actores a los que les resulta imposible que le asignen otro papel diferente al que les dio la fama en su día. ¿Alguien ve a Paul Naschy de vendedor de flores o de cartero? ¿O a Antonio Resines no haciendo de Resines? Y eso de que a uno solo lo reconozcan póstumamente daría para hablar, largo y tendido (como un muerto, curiosamente). Suerte, Enrique. Un abrazo.

    1. Enrique

      Desde luego, esta situación no huele nada bien, jajaj. Todo sea que se me presenten en casa los de la Sociedad Protectora de Cadáveres.
      Bromas aparte también, creo que tienes toda la razón en cuanto a esos actores a los que un modo invariable de actuar les ha permitido subsistir, y con notable éxito, en ese mundo. Recuerdo ahora también una parodia que hacían sobre la falta de expresividad de Roger Moore, al que poco tenía que envidiar en ese sentido mi protagonista, que por cierto, y al hilo de lo que dices sobre su éxito póstumo, parece que esos últimos papeles son los que lo han inmortalizado.
      Muchas gracias por tu detenida lectura, Jesús.
      Un abrazo.

  6. Enrique, me encanta tu desternillante relato. Negro. Negrísimo… y divertidísimo. Lleno de ingenio y recursos. Para morirse, de verdad. Para que luego digan que no hay vida después de la muerte… ¡Eso sí que es un «Éxitus»! Bravo.

    1. Enrique

      Muchas gracias, Salvador. Aunque cuando escribí el relato intentaba que resultara divertido, después de retocarlo, corregirlo y demás, a mí ha acabado por no hacerme gracia, jajaj, por lo que me alegran doblemente tus palabras. No sé si habrá vida después de la muerte; cosas por hacer seguro que sí.
      Un abrazo.

  7. Puede que sea la confluencia de absurdo y humor en un relato tratado con tanta agilidad y frescura, lo que lo hace a la vez ácido y divertido. Lo primero, porque lleva su carga de dinamita a los subsuelos de las candilejas; lo segundo, por ese tacto especial tuyo que presta sentido al disparate provocando el «chispazo», eso que está por encima de la risa simple y al parejo de la gracia y la inspiración.
    Me ha encantao, me ha tocao y me he reío. No pido más. Un fuerte abrazo, Enrique.

    1. Enrique

      Pero qué bien expresas esas cosas tan bonitas que se te ocurren, Manuel. Menudo análisis haces del contenido y la forma de mi historia. La próxima vez intentaré merecerlas de verdad, ;-). En cualquier caso, con este relato corría el riesgo de caer en el humor simplón y, aunque para algunos seguramente lo habré hecho (ya sabes los críticos como son), me alegro de que a ti no te lo haya parecido.
      Muchas gracias por tú amabilidad y otro fuerte abrazo de vuelta.

  8. Nuria Rubio

    «Su carrera dio un giro espectacular nada más morir»… Magnífico comienzo para un relato que, haciendo del absurdo su mejor baza, esconde -o eso interpreto yo- una crítica a esa triste tendencia a ensalzar a los artistas (a todo el mundo en general) cuando ya no están entre nosotros.
    Mi felicitación por esta divertida historia que despierta una sonrisa e invita a la reflexión.
    Un afectuoso saludo y suerte, Enrique.

  9. Enrique

    Muchas gracias, Nuria. Esa frase, desde luego, condiciona el resto de la historia a discurrir por el sendero del disparate. Y dentro de ese planteamiento resulta curioso el parecido que a menudo el absurdo guarda con la propia realidad.
    Me alegra que te haya hecho reflexionar y, más que nada, que te haya divertido.
    Gracias de nuevo y un afectuoso saludo.
    Enrique

  10. Salvador Esteve

    Un relato audaz y mordaz en el planteamiento, y en cuyo fondo subyace una crítica a la injusticia del éxito, no siempre proporcional al talento. Me ha parecido genial, Enrique. Abrazos y suerte.

    1. Enrique

      Muchas gracias, Salvador. A veces tengo la impresión de que la realidad humana es tan criticable en casi todas sus facetas que cualquier cosa que escribamos puede resultar crítica con ella. El concepto del éxito es sin duda un fenómeno digno de estudio, jajaj.
      Un abrazo.

  11. Asun Paredes

    Una genialidad, Enrique. Me he divertido mucho leyéndolo y he reconocido a tu personaje en muchas películas de culto. Te lo digo también por aquí: de lo mejorcito de esta convocatoria de ENTC.
    Suerte y un beso.

    1. Enrique

      Tú siempre tan generosa conmigo, Asun. Si te ha divertido la historia ya me parece más que suficiente. Y si has reconocido al personaje por ahí, quién sabe, pero igual ha sido en algún papel posterior al relato, porque creo que sigue… 😉
      Muchas gracias por todo.
      Otro beso para ti.

    1. Enrique

      Muchas gracias de nuevo, Manuel. A la alegría de haber sido seleccionado tengo que añadir la de ver entrañables muestras de amabilidad como esta tuya.
      ¡¡Un abrazo!!

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