Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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11. PROMESAS

Manolo se había enamorado como lo que era: un adolescente. A sus dieciséis años, ese mes de julio había conocido el primer amor, pero Esther tenía que volver a Barcelona. Ella había suplicado, implorado, exigido y amenazado a sus padres para conseguir quedarse en el pueblo con los abuelos todo el verano, pero habían alquilado un apartamento en Cádiz para agosto y no hubo forma de convencerlos. Tenía que reunirse con ellos y su hermano pequeño.

Acurrucados en el pequeño banco de piedra de la Fuente del Rosal, mientras la luna llena lucía en el cielo castellano, él no era capaz de soltarse de su abrazo, aunque sabía que no había remedio. Tenía que acompañarla a casa y despedirse de ella hasta, por lo menos, Semana Santa.

Repentinamente, un último rayo de esperanza le iluminó: –Esther, la luna que se ve desde Barcelona y Cádiz es la misma que ésta, ¿no? Pues mírala todas las noches. Yo la estaré mirando también. Le diremos un “te quiero” y será como hablarnos a través de ella. Así estaremos juntos todas las noches.

Manolo era un romántico. Y además, un ingenuo. ¡Con la de chicos guapos que veranean en Cádiz!

16 Responses

  1. Modes Lobato Marcos

    Arsa…que arte… Ole…Ole…
    Oju, chiquilla… Te canto algo de Andy y Lucas?

    Y claro, la buena de Esther se pilla del gaditano como una perra, y empieza a pensar…Manolo? Manolo?, Me suena, ese no presenta un programa de deportes en Cuatro?

    Y mientras, en la otra punta del país, Manolo empieza a comprobar que la otra no le llama, ni le escribe por wassap, y del color de rosa pasará al gris, y luego al negro, y luego, pues venga llanto y crujir de dientes, y la borro del Facebook, y…

    Y un día, tiempo después,descubrirá que el corazón se dobla, pero no se rompe.

    Y la rueda volverá a girar…

    Eso sí, a estas alturas el gaditano cantarin y empotrador ya ha despachao a la plasta de Esther hace un porrón tiempo…

    Ay la pubertad…

  2. Inés Z.

    Yo también tengo claro que Esther se la pega con uno de Cádiz. Todo el romanticismo del principio cae en picado en la frase final.
    Es divertido.
    Besos, Aurora.

  3. Ana Fúster

    Dice un amigo que las relaciones a distancia terminan fallando porque siempre uno de los cuatro es celoso… No sólo hay chicos guapos en Cádiz, también hay chicas guapas bajo el cielo castellano, así que a ver si con un poco de suerte no hay problemas de celos y se apañan bien entre los cuatro. Besos y suerte.
    PD: Por cierto, lo de ponerse romántico e ingenuo no pasa solo en la pubertad.

  4. bmateosg@hotmail.com

    Divertido final para un relato lleno de romanticismo adolescente.
    Yo también creo que la muchachita pronto dejará de pensar en el ingenuo mozo. Me ha gustado la frescura con la que nos has contado esta historia.
    Un beso Aurora.

  5. Salvador Esteve

    Aurora, imagino la postal, Manolo mirando embelesado la luna y Esther haciendo el amor con un apuesto extranjero bajo su mismo reflejo, y es que el romanticismo está poco valorado. Divertido relato. Abrazos y feliz verano.

  6. Manolo que se dedique a escribir poesía, parece que tiene vocación de poeta. Esther, mientras tanto, se dedicará a probar las “delicias” de cada pueblo que visite. Me gusta este pícaro relato.
    Saludos.

  7. Esther Cuesta

    Pues claro que sí, que siendo tan joven la luna está muy bonita pero muy lejos y los chicos de Cádiz más cerca. Tierno y gracioso a la vez.

  8. Cuántos recuerdos me has traído. Qué bonitas algunas edades cuando se tiene todo por delante y se vive todo tan intensamente. Tu relato apuntaba hacia esa evocación del recuerdo, pero tu magnífico final la retuerce y la hace divertida y singular. Mucha suerte 🙂

  9. Las emociones adolescentes y toda su intensidad retratadas con frescura y poesía a partes iguales. Esa imagen de la luna como nexo es muy romántica, aunque hoy día tus adolescentes estarían más pendientes del teléfono móvil que de la luna.
    Suerte y abrazos.

  10. Daniel Irazu

    Reflejas con ternura aquella inocencia que en los juegos de amor adolescente precede al conocimiento de la realidad, mediante dos caracteres divergentes: el femenino, que prevé racionalmente el inmediato futuro, y el masculino, sujeto siempre a cualquier instante de dicha efímera.

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