Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP06. NODRIZA REAL, de Jesús Alfonso Redondo Lavín

Octubre de 1875, Orejo, hogar de mis bisabuelos Castanedo-Agüero.
Virginia, en su octava falta, sentía las pataditas de mi abuela Florentina.
Aquella tarde de mortecino sol otoñal, una calesa paró frente a la casa familiar. De ella se apeó un larguirucho personaje ensombrerado. Acarreaba maletín, estampado con el escudo real, acreditándose así como médico de la Corte.
—Virginia, desnúdese de medio cuerpo, tenga la bondad.
Aplicó la trompetilla sobre espalda y pecho, no apreciando rumores que indicasen tisis. Examinó y palpó los pechos encontrándolos firmes y de buen color; no se apreciaron grietas, ni estrías, ni pústulas; los “caños” bien marcados, sin riesgo de “pelo-teta”. No sería necesario “hacer los pezones”, al uso, con un dedal sin fondo.
Las referencias morales de familia, ya fueron proporcionadas por el párroco beneficiado del pueblo.
Virginia quedó “nominada” como “ama de retén” de vástagos reales.
A primeros de noviembre nació mi abuela y a finales el que fuera Alfonso XII.
La legendaria María Gómez, de Vega de Pas, fue llamada a Palacio.
La calesa no volvió.
Mi prima Tere, la de Llerana de Saro, dice que a la romería de Valvanuz, frente al museo del Ama-de-Cría, va poca gente, pero pasiegos, a montones.

37 Responses

  1. Halaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!! Otra crónica de las buenas, buenas, buenas. Me ha encantado lo de la «octava falta». Tengo que mirar a ver que es eso de pelo-teta, pero lo que si que te puedo asegurar es que seré una visitante del museo del Ama de Cría.

    Conocía la Valvanera estaba de La Rioja, no sabía que había otra en Cantabria. Todos los días aprendemos algo contigo.

    Un abrazo, Jesús.

  2. Si se me fuese a creer, diría que este relato combina con maestría el diálogo y la narración, en unas dosis tan bien distribuidas que resultan dignas de un estudio detenido, pues el ritmo que lo atraviesa de principio a fin, es casi puro lenguaje cinematográfico. En primer lugar, primera escena: presentas. A continuación, el personaje de Virginia nos inicia en la historia. Más tarde, ligero travelling a exteriores con esa tarde otoñal, una calesa se detiene ante la casa. Bueno, y no os cuento el final, para que la veáis vosotros.
    Jolín!eres como el buen vino: cada vez mejor.(entre Ricardo, Marcos y tú, voy a tener que esmerarme)
    Decía » si se me fuese a creer». pero lo digo: chapeau!
    Besos

    1. Gracias Azucena. Esta historia de las amas de cría pasiegas y asturianas, eran a la postre un sacrificio obligado, no exento de un cierto toque de honor. María Gómez, que menciono, creo que donó a la Virgen de Valvanuz un mantón de manila, regalo de la casa real y figura en los retratos con la dignidad, no exenta de autosuficiencia, de un indiano afortunado tras volver a su pueblo a gozar de la admiración de sus convecinos. El vástago legítimo de la nodriza era compañero de juegos de los mamones de la nobleza a los que alimentaba la nodriza, los llamados hermanos de leche. Pero el marido y el resto de la prole, indemnizados con algún dinero, tenían que verse privados de esposa, madre y eficiente trabajadora del campo y las vacas, durante los años de leche del noble chupón. Antes de las leches naturalizadas, el oficio, que a su vez operaba circunstancialmente como eficaz anticonceptivo, era muy extendido y a las horas de mamar entraban las matronas en los hospicios a recibir algun dinero a cambio del servicio de leche a los pequeños, que por cierto mamaban de unas y otras aún después de hablar. Curiosas historias que hoy nos parecen inverosímiles.

    1. Muchas gracias Azucena. Estoy organizando una reunión de los Lavines descendientes de mi abuela Florentina, en Orejo, para el sábado 21 de Septiembre. Somos entre descendientes y allegados 200 y se han apuntado 60. Es un buen porcentaje. Recopilaré más historias como la que has leído.

  3. Otra nuestra más , al mismo nivel que muchas anteriores, del inagotable filón que tienes interiorizado sobre esa nueva familia de Aureliano-Jesús Valle-Lavín, en ese tu Macondo cántabro particular. Sigue, sigue no pares.

    1. Marcos, ya me explicarás qué tengo que ver con Aureliano Valle, ya que yo no sé tocar ni el pífano ni la tibia ni los atabales. Mi cultura musical terminó cuando cantando antifonarios me cambió la voz y el hermano Felipe, detectado el autor de los «púberes gallos» me expulsó del coro.
      Gracias por comentar.
      Un abrazo.

    1. Esta bien eso del Macondo, aunque debo confesar que 100 años de soledad, está en la cola de mis lecturas. Las constantes referencias a esta novela dentro de este blog, me están animando a empezar ya mismo a leerlo, ventajas del tiempo libre que te ofrece este estado de jubilado.
      Gracias Kistila. Supongo que nos veremos en Bilbao.

    2. No, Jesus, no lo leas…. Ya comenté en otra ocasión que nunca he entendido la fascinación de la peña por ese… peñazo.

      Se que lo de Macondo te lo dicen con mucha admiración, porque les gusta y les gusta mucho, pero… tu «Cantabria-Lezama-Infinitas» son inconmensurablemente (si no me he inventado el palabro) «más mejores», más llevaderas, más enternecedoras, más cercana y muchísimo más entrañables. Un abrazo,

    1. Gracias, Fernando. Esta historia no me la contaron en la familia. Leí, a propósito de las amas de cría pasiegas, que esta, que coincide con lugar y nombre, fue nominada por un tal Dr. Agüero. No se si lograré saber si el tal doctor estaba emparentado con Virginia. Ocupaciones accesibles para jubilados, ya sabes.
      Gracias, de nuevo, por comentar.

  4. Con una sonrisa triste he leído tu relato, Jesús. Pues te cuento que mi padre nos contaba que con cinco años todavía cogía la banquetuca y se colgaba hambriento del pecho de su madre, una Sañudo. Poco después quedó huérfano del todo. Tiempos muy crudos.
    Un abrazo.

  5. Al principio sorprende, luego se abren los ojos de admiración, después apabulla, luego se te va escapando una risita tonta, se te abre la boca y te sale, igual que al primer comentarista, un … Halaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!! como una traca final. En ese momento seguro que oyes aplausos en tu cabeza. No sé si estás viejo. Lo que estás es en vena.
    ¡Y yo que quería cogerte fallos!.

  6. Entre tantos micros es fácil que alguno se quede sin leer. Por suerte encontré este tuyo y me ha gustado. Sabía que ocurrían estas cosas, pero nunca pensé conocer a algún descendiente de estas nodrizas reales. En cierto modo te hace emparentar con la realeza no?
    Saludos.

    1. Asun, así se llama también mi mujer. A los americanos, con los que he trabajado muchos años, y que les costaba retener su nombre, yo les decía: remember “As soon” as posible”. A mi hija, del mismo nombre la bautizamos con la versión euskera: “Yasone”.
      Gracias por leer mi relato. Como ves mi bisabuela no llegó a ejercer de nodriza más que para los vástagos de nuestra familia, y quizás para algún vecinillo. En aquellos tiempos la leche materna era muy compartida en el entorno vecinal de los pueblos. Era un buen sistema anticonceptivo.
      Otra historia que abres es muy interesante ya que los hermanos de leche de la realeza gozaron de algunas ventajas y muchos de ellos fueron miembros muy destacados en el ejército.

  7. Casualidad te leo hoy, espero que estés pasando un muy buen rato con toda la familia. Vaya suerte que tienen con un cronista familiar!!!. Me admira los conocimientos y memorias familiares que teneis. Está muy bien escrito, coincido con el comentario de Nieves, es que lo tiene todo… El sábado que viene nos vemos, abrazo

  8. Según te he leído hoy te has reunido con más miembros de tu familia y vas a poder recopilar alguna que otra historia. Si son la mitad de buena que esta, por favor cuéntanoslas todas. Me gusta mucho cómo has seguido la narración y cómo concluyes con el orgullo de los pasiegos por sus paisanas.
    A mí sí que me gustó «Cien años…» cuando lo leí hace ya ni me acuerdo. Tu familia, con sus crónicas, podría ser un buen sucesor.
    Un abrazo y mucha suerte.

    1. Hola, Jesús. Pues no, no soy el de Comillas, aunque sí he estado allí un verano (antes de la crisis), y una prima de mi mujer tiene un piso en el casco urbano donde pasa parte del año. Ya he visto en Internet que no solo está el de Comillas… hay más de uno con ese nombre por ahí y a veces me ha llegado un correo «raro» de gente que no conozco. No sé si tendrá algo que ver y hay alguien que se lía con las direcciones.
      Un abrazo.

  9. ISABEL GÓMEZ

    Santander, 8 de mayo 2014
    Hoy las hadas pasiegas me han traido a este relato. y qué magnífica sorpresa porque estoy tratando de establecer contacto con Jesús A Redondo Lavín hace tiempo. Según leí en un foro Ud tiene constancia de los antepasados de su bisabuelo Victoriano Lavín Lavín y francamente me emocionó porque mi bisabuela Carmen Lavín Lavín era su hermana y nosotros no sabemos casi nada de ella de antes de 1906 que es cuando ella afincó, ya casada, en Galizo.
    Si las anjanas le hacen llegar este correo y tiene a bien contestarme le estaría muy agradecida. ISABEL GOMEZ

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