Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP105. VERANO, de Eduardo Mesa Leiva

El columpio todavía se movía, arrastrado por una fuerza invisible, cuando llegamos a casa. Una leve sombra cruzó la frente de mamá, mientras abría la puerta. El árbol de Navidad brillaba en la oscuridad. En la chimenea dos leños se abrazaban consumidos por el fuego. Hacía un calor insoportable y otra vez las fotos descoloridas estaban esparcidas por el sofá. Mamá las recogió cuidadosamente y ya iba a guardarlas en su caja cuando cayó una. La de siempre. Esa en la que papá no dejaba de sonreír.

12 Responses

  1. Como sonreirás tú ahora, al ver que te han premiado un relato que ni un comentario suscitó, ni para bien ni para mal.
    Ahora, a toro pasado y releído varias veces te diré que lo que me gusta de él es la atmósfera, las imágenes, la historia entre fantasmal y cálida por los leños, las luces y los colores de la foto. Buenas descripciones en los detalle, y ciertamente esta´muy bien, quizás es que había mucho contraste entre la intirga y el final.
    Felicidades.
    p.d.
    Ya hay un comentario 🙂

  2. Sutil, bonito y me gusta la progresión de los detalles para acentuar el clímax. Mea culpa por no haberlo leído antes, los siento. Intentaré corregir el error de no leer todos los micros por que de esta forma me pierdo muchos como el tuyo. Saludos.

  3. Muy bonito relato. No lo había leido, pero ahora que lo he hecho no me pena para nada. Es una historia muy bien contada, recreando una atmosfera llena de detalles cálidos y a la vez fríos.
    Felicidades!

  4. Enhorabuena, Eduardo, por la selección de tu relato para formar parte del libro. Relato críptico para lectores 2.0 o superior. Es tan abierto que presenta algunas lagunas y no comprendo exactamente lo que ocurrió. El «otra vez» de las fotos, que indica que el muerto-fantasma (pues creo que el padre está muerto y atormenta a la madre, pues debió ser asesinado por ella) ya se ha presentado en diversas ocasiones, ese «siempre» de la foto que se cae creo que confirma la reiteración. Vuelven a casa en verano (eso creo) y aún está el árbol de Navidad y la lumbre encendida, vale, pero entonces en qué otros lugares hace aparición el padre y cómo levitan las fotos de un escenario a otro? Si es siempre en esa casa ¿cómo la madre no tira el árbol de navidad o simplemente no vuelve a ella? He llegado a pensar que las muertas son la madre y el hijo, y en la voz del niño me sorprende ese «abrazo» de los troncos. En fin, relato queso «gruyere» lleno de agujeros que es lo único que me como yo.
    Me gustan este tipo de relatos que me hacen estrujarme pero me quedo frustradito cuando no llego, problema mío, sin duda. Felicidades, pues el jurado ha visto lo que yo no alcanzo. Un abrazo y espero que no me odies (jeje)

  5. Enhorabuena, me alegro de que gane un relato que no tiene ni un comentario, porque es muy bueno. Tejes las imágenes una tras otra para componer toda la escena, primero con misterio, luego con esa insoportable rutina de algo que se repite y que duele ver de nuevo. Y esto para Ximens: no le des tantas vueltas a las cosas, déjate llevar por las palabras y una historia surgirá, sin tanto esfuerzo. Sugiere muchas cosas este relato, ausencias, fantasmas, locura.

  6. Después de leer varias veces este micro, me dije …¡jo, qué tonta soy!… al leer los comentarios seguía sin entenderlo, y repitiéndome lo mismo, por eso no quise decir ni mu. Hasta que llegó Ximens y Barlon, huelga decir, que me alegro por Eduardo y le doy mi más sincera enhorabuena, pero en cierto modo me congratula saber que no soy tan… ¿tonta? jejeje espero que perdonéis mi sinceridad, que va sin maldad alguna.
    Por supuesto chapeau para los que sí lo entienden.
    Un abrazo

  7. Yo entiendo, pero sin darle muchas vueltas, que es un fantasma alegre, juguetón que se columpia, que ama la parte lúdica de las fiestas, por eso el fuego en verano, las luces en el árbol de Navidad y la tarjeta de visita es esa foto sonriente, porque de todas, escoge la de la felicidad.
    Y la madre, como es natural, ya está hasta el moño de un hombre que es como un niño, nada nuevo bajo el sol 😛

  8. Recién llegada a este grupo he leido los relatos premiados del mes pasado y me encanta el tuyo. Creo que es la demostración palpable de la importancia de «lo que no se cuenta» en un microrelato. Felicidades

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