SEP111. EL PEQUEÑO PRINCIPITO, de Patricia Mejias
El aviador recorrió el desierto en busca de su joven amigo. Al mediodía tuvo que volver al agua del pozo, a la sombra del árbol y al muro con su serpiente.
—“Regresó a su planeta, a su estrella, a su flor”– fue la respuesta al no encontrar el cuerpo del niño. Arriba, encima de él, entre las hojas, la serpiente realizaba la digestión con el vientre distendido como fruta madura.
¡Pues nos ha fastidiado el bicho¡ que si Eva , que si el principito. Divertido giro el que has hecho.Imaginativo. Suerte.
Curioso relato Patricia, hay que tener cuidado con la bicha.
Un beso
Pobre principito lo has convertido en aperitivo de serpiente, que penaaaa. Siempre es divertido versionar a los clásicos, muy ocurrente.
Es lo que demanda el libro, imaginación, como la que has echado al montar este relato. Suerte,Patricia.
Imaginativo, genial, pero doloroso. ¡No me gusta que la seriente se digiera al principito!
La propuesta cumplida, yo le agregaré un tercer personajeque abre el vientre de la víbora y saca a nuestro bello protagonista . Seguro que el principito se vuelve más hermosoluego de un baño que lo libere de la suciedad de los jugos gástricos.
¡Pobre pincipito! convertido en aperitivo de la sepiente.
Muy imaginativo, Patricia.
Besitos