Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP117. EL REMEDIO Y LA ENFERMEDAD, de Miguel Ángel Page

Yo probaba de tu fruto maduro todos los días y, aun así, me veo obligado a visitar al Doctor Amor, que me tortura con una ristra de boleros nada más llegar a su consulta. Siempre es igual. Yo me tumbo, él se sienta, y mientras transito de nuevo los mismos caminos, conecta su equipo de música. Cuénteme más, dice, y entonces todo se mezcla.
—Recuerda Guillermo, te lo dejé caer, no te enamores de mí.
—No puedes pedirme eso, Evita —gimoteaba, mientras dos adolescentes desfilaban acaramelados compartiendo su iPod por el parque.
Bajaste la mirada, y tu indiferencia me golpeó con una fuerza de doscientos newton, tantos como palabras nos quedaban por decir antes de que acabara Septiembre, y menos de la mitad de los besos que nos dimos bajo aquellos almendros meses atrás.
—Cielo, yo… —balbucía.
—No digas más, por favor.
Esa fue la última vez que nos vimos. Justo a tres manzanas de donde empezamos a pecar.
¿Mitirgarlo? Por el momento, sólo aspiro a que calle ese maldito aparato.
«… te faltó valor de que un día hablaras, decirle a tu gente que todo tu amor le pertenecía a un loco inconsciente…«
—Eh, oiga… ¿se encuentra bien?

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21 Responses

  1. Si has decidido poner a tu enfermo en manos de ese doctor, todos los recuerdos conseguirán una cura definitiva, con olor a manzana y a olvido quizás. Miguel Ángel, ha sido un placer leerlo.

    Un abrazo
    Paloma Hidalgo

  2. En mi caso, Miguel Angel, lo he releído varias veces y tengo dos dudas : ¿Mitirgarlo? ó ¿Mitigarlo?, y la frase entrecomillada final ¿quién la dice?.

    Es que veo las dos secuencias : la de la terapia, y la de los recuerdos por un amor frustado, pero me falta el final que no lo veo claro …y cuando algo no lo veo claro, tengo que preguntarlo, porque si no, no duermo tranquila. 😉

    Gracias de antemano por si vuelves por aquí.
    Un abrazo de Laura.

  3. Hola Laura, es mitigarlo, ahí se ha colado una r… Gracias por la observación.
    Justo son las dos secuencias que dices y el final pertenece a la terapia.
    La frase en cursiva es la canción que se escucha en la consulta, es un bolero de Armando Manzanero. Y ahí se me escapó otra manzana…
    Un abrazo

  4. María Elejoste

    Curiosa apuesta con el título del mes. Reconozco que he tenido que leerla varias veces y como dice Laura antes, me despistaba un poco, más que las dos escenas lo de los adolescentes y el Ipod me descoloca en mitad de la narración. Cuando lo voy releyendo entiendo mejor, me ha hecho gracias el título, casi es peor la enfermedad con ese doctor tortura bolero-va bolero-viene no?

  5. Pues nada, los adolescentes simplemente pasaban por allí, felices, para dar un poco de contraste, el iPod es sólo para juguetear metiendo otra manzana más (de 8).
    El doctor muy malo él.
    Gracias por tus palabras.
    Un saludo!

  6. ¡¡¡Yo había visto la manzana del ipod!!! Y creo que era la única, bueno ésa y las tres que había que recorrer…Me faltan manzanas pero es que a mí me gusta más la piña ¡qué le vamos a hacer! Me ha gustado el micro Page y no pongo este comentario para decir que compito en los premios Bitácoras con mi blog sino para felicitarte 😉

  7. Nicoleta

    Me gusta tu relato, Miguel, porque está bién anclado en el presente: la música, el iPod.Es difícil de insertar la tecnología en un relato de amor, pero ella está muy presente en nuestra vida.

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