Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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17. Un viaje increíble (Ángel Barceló)

Viajar me fascina, me ayuda a crecer, a llenar mis vacíos, me obliga a salir de mi zona de confort, a mantener atención plena y a estar alerta y receptivo a todo cuanto tengo alrededor. He visitado infinidad de lugares, pero ninguno se puede comparar, allí se concentra la esencia de todos los destinos y se eleva a un exponente imposible de calcular.

Flotar por el espacio es alucinante, aunque enseguida se experimenta el miedo a no poder regresar. Sabía que se produciría y me había preparado para afrontarlo. No es lo mismo imaginar que sentir. Es necesario relajarse, dejarse llevar, olvidarse de todo y sumergirse en la nada, sin embargo, obviar el peligro no es fácil. Yo procuré concentrarme en no pensar que la nave de la que había salido era mi propio cuerpo y que solo estaba sujeto a ella por un frágil e invisible cordón de plata que, de romperse, me desconectaría del mundo material y me dejaría atrapado en el mundo espiritual. No puedo contar lo que sucedió después, porque no lo recuerdo. Solo sé que cuando desperté mi forma de ver la vida había cambiado y que ya no me asustan los viajes sin retorno.

25 Responses

  1. María José Viz Blanco

    Increíble, maravilloso y fantástico viaje, el que nos cuentas, Ángel. Comienzas compartiendo el gusto que tu personaje tiene por viajar y acabas describiendo un viaje espacial.
    Me ha encantado. Enhorabuena y suerte.

    1. Barceló Martínez

      Hola María José. Gracias por pasar a comentar mi relato. Me alegra mucho que te haya gustado. No sé si un viaje astral se puede considerar espacial, pero por lo que he leído el alma queda flotando en el espacio por encima del cuerpo, unido a él por un cordón invisible que se denomina cordón de plata. He jugado en el relato con esa imagen para asimilarla a un astronauta que sale de la nave (su propio cuerpo) al espacio exterior. Si ese cordón umbilical entre lo físico y lo etéreo se rompiera sobrevendría la muerte. Un caluroso abrazo y que pases un verano excepcional.

  2. Ángel Saiz Mora

    Un viaje de unos pocos metros, o quizá de solo unos centímetros, en el que lo importante no es el paisaje o el destino final, sino el soporte en el que el viajero se encuentre, en este caso, su propia alma, de ahí esa sensación ingrávida propia del espacio. Ese hilo de plata con el que se aferra a su envoltorio orgánico acaba por romperse o desprenderse, el viajero no regresa y todo cambia. Después de la vida material hay otra sin límites, imposible de describir porque nadie vuelve, solo puede, si acaso, sentirse.
    Original y bien narrado este «viaje increíble» y sin retorno que, antes o después, acabaremos por afrontar todos.
    Un abrazo y suerte, tocayo

    1. Barceló Martínez

      Estimado Ángel, como siempre muy acertada tu explicación. He leído bastante acerca de las experiencias cercanas a la muerte, hay libros fantásticos como: «La rueda de la vida» de Elisabeth Kluber-Ross», o «Al otro lado del túnel» del Dóctor Gaona, entre otros. Es un tema fascinante, precisamente porque nadie puede dar fe de lo que hay al otro lado, aunque hay una especie de pauta que se cumple en muchos casos y en la mayoría de las personas que sufren un ECM, se produce un cambio vital radical y dicen no tener miedo a la muerte después de haber estado tan cerca de ella. He intentado que eso se reflejara en este relato. Muchas gracias y recibe un caluroso abrazo, con mis mejores deseos para el verano.

  3. Martín Zurita

    Hola, Ángel.
    Siempre se viaja contra algo y sin saber el auténtico paradero definitivo. Tu viaje es al mismo centro del planeta interior pero flotando. Un interior ingrávido atemoriza pero, he ahí la paradoja, el cambio en el conflicto planteado, libera, devalúa la muerte, el fin del periplo. Viajar conlleva vivir contra la muerte. Viajar supone, otra paradoja, abstraerse del paisaje, centrándose en el yo más íntimo, más espiritual. El viaje a lo hondo de la sandía, a la médula, al tesoro interno. Lo has bordado en macramé con hilos de oro. Mi más entusiasta enhorabuena. Y felices vacaciones estivales. Y un gran gradísimo abrazote.

  4. Barceló Martínez

    Hola Martín, Somos principio y somos término, por eso yo comparo la vida con un círculo, ¿quién puede decir dónde empieza y dónde termina? El tema me apasiona, incluso escribí una novela corta en la que la trama gira alrededor de esa idea. Agradezco tus, siempre precisos y preciosos, comentarios. Un cálido abrazo y que disfrutes mucho del período estival, que siempre es propicio para algo que tanto nos gusta a todos los que aquí compartimos afición: la lectura.

  5. Jesús Garabato Rodríguez

    A tu personaje le fascina viajar, aunque en este caso sea por «fuera de sí», por decirlo de algún modo, y no por maravillosos parajes, y a mí me fascina tu relato. Además me ha picado la curiosidad para buscar información sobre esas experiencias que me sonaban, pero no tenía muy claro que no solo se producían por métodos «químicos». Enhorabuena, Ángel. Suerte y saludos.

  6. Barceló Martínez

    Amigo Jesús. Muchas gracias por tus comentarios. El tema, como bien dices, atrae. Los misterios siempre lo hacen y, creo que este tipo de viajes, denominados astrales, son uno de los mayores misterios que se pueden imaginar. Yo no he experimentado nunca uno, es más, me da bastante respeto, pero he podido hablar con gente que afirma haberlo hecho y he tratado de documentarme un poco para escribir este relato, que aunque sencillo, espero haber logrado dotar del trasfondo místico y misterioso que se merece. Parece ser que un viaje astral es bastante parecido a una ECM (experiencia cercana a la muerte) y que con la práctica, incluso se puede llegar a auto-inducir (sin necesidad de sustancias psicotrópicas), aunque tiene su peligro.
    Te recomiendo los libros que indico en otros comentarios y también los del Dr. Raymond Moody, mentor del Dr. Gaona, autoridad en el tema. No son mercachifles, son Doctores (cum laude) en Psiquiatría, que tratan el tema con respeto y visión científica.
    Perdón por la extensión del comentario, estaría hablando horas. Te deseo un verano estupendo. Recibe un efusivo abrazo.

  7. Nuria Rubio

    Abordas un tema que me fascina con originalidad. Mi más sincera enhorabuena, Ángel.
    Te envío un abrazo con plateados lazos de buena suerte.

    1. Barceló Martínez

      Hola Nuria, gracias por tu comentario. Recibo esos abrazos con gozo y te los devuelvo con mis mejores deseos de dicha y felicidad.

  8. Barceló Martínez

    Cordiales saludos, estimado Juan.
    He de confesar, con toda sinceridad, que mis conocimientos a cerca de todo son bastante pobres. No conocía estos autores, ni estas obras de las que hablas, pero anoto todo en mi lista de tareas pendientes en un lugar preferente. Es un gusto recibir tus comentarios y, sobre todo, disfrutar de los ingeniosos relatos que escribes. Me congratulo de haber tenido el acierto de aterrizar en «Esta noche te cuento». Ojalá algún día nuestros caminos se crucen y tenga el placer de conocerte en persona, a ti y a otra mucha gente maravillosa que escribe en este blog. Abrazos cargados de energía positiva. Espero que disfrutes de un verano elevado a grado superlativo en todos los adjetivos que significan bueno.

  9. Hola, Ángel.
    Un viaje diferente a los leídos hasta ahora. Un viaje hacia la nada, unido al todo por un fino cordón que termina rompiéndose.
    ¿Qué habrá al otro lado? Me lo he preguntado desde que me acuerdo y ni yo ni casi nadie ha vuelto para contarlo aunque tú dices mucho en esta frase «cuando desperté mi forma de ver la vida había cambiado».
    Me gusta mucho tu personaje viajero, resignado a que, en alguna de las escapadas, el regreso pudiera malograrse. Un valiente, sí señor.

    Un abrazo grandísimo y suerte.

    1. Barceló Martínez

      Hola, Towanda. Siempre es una satisfacción recibir tus comentarios.
      Estos días, por diferentes motivos, he tenido períodos de reflexión acerca de la devaluación de los valores humanos. En una sociedad que ha convertido el dinero en el valor supremo, hay quien no piensa, hasta que no le sobreviene la enfermedad, o mira de cerca a la muerte, en la esencia de existir. Creo que los que tenemos el gusto por escribir y leer nos vacunamos un poco, cada día, contra ese virus y viajamos, como el protagonista de este relato, a mundos inexplorados en busca de respuestas. Un viajero abrazo lleno de agradecimento y cargado de buenos deseos para que puedas disfrutar de un excelente descanso estival.

    1. Barceló Martínez

      Calamanda. Vosotros cambiáis un poco mi vida, a mejor, cada vez que os leo. Gracias. Suerte para ti también y recibe un más que cálido saludo. Féliz verano.

  10. No me cabe la menor duda de la «incredibilidad» de semejante experiencia, ÁNGEL; más teniendo en cuenta que ese cordón de plata bien puede ser el hilo de vida conectado a la vía de un suero que a su vez se conecta a una vena de la «nave» que es el cuerpo en reposo, tendido en la camilla de un quirófano… ¿Y qué mejor que un viaje semejante, que cambie el alma para bien? Todo muy lindo y muy plácido en este «casi viaje» del personaje de tu cuento; evidentemente no era su hora de partir.

    Un micro que más que meter miedo, te lo saca. Me gustó leerte.

    Cariños,
    Mariángeles

  11. Barceló Martínez

    Mariángeles. Me encanta que hayas hecho una nueva e ingeniosa lectura de este relato. La asimilación que sugieres es más que original. Enriqueces la historia dándole un trasfondo y una profundidad nueva. Como diría Lolita Flores, eres una «monstrua». Gracias. Me quedo con tus cariños y te envío los míos. Un abrazo y ¡FÉLIZ VERANO!

  12. María José Sánchez

    Hola, Ángel. Es muy bonita y ocurrente la comparación que haces entre el cuerpo y la nave espacial. Te puedes referir perfectamente al último viaje o a un viaje astral; para ambos sirve. Otra clase de viaje diferente a aquel en que cuerpo y alma van de la mano. Me ha gustado mucho. Un abrazo y suerte.

  13. Barceló Martínez

    Hola María José. Agradezco mucho tu comentario. La única recompensa que espero cuando escribo, es generar algún tipo de emoción en quien lee, si he conseguido que te guste, estoy más que satisfecho. Espero que tengas un verano maravilloso. Un cálido abrazo.

  14. Salvador Esteve

    Un viaje astral, un desdoblamiento corporal donde la percepción de la realidad se difumina en caminos más espirituales y la importancia de las cosas se relativiza. Un viaje cuyo billete todos deberíamos adquirir. Un texto superoriginal que nos hace reflexionar sobre el poder de la mente y del espíritu. Abrazos, Ángel, y suerte.

  15. Blanca Oteiza

    Barceló, me ha encantado tu viaje astral, cómo has descrito ese viaje alucinante sin retorno y la semejanza con lo que puede ser un viaje al espacio.
    Un saludo

  16. Barceló Martínez

    Hola Blanca. Escribir aquí ya es un premio, pero cuando alguien te dice que le ha gustado tu relato, te sientes más que recompensado por haberlo escrito. Agradezco y valoro muchísimo tus comentarios. Un abrazo lleno de cariño.

  17. María Posadillo

    La ingravidez del alma nos regala un viaje a lo desconocido que en este relato esta expresado de una manera increíble. Cruzar la línea y cortar ese hilo que une espíritu y cuerpo asusta, pero si la sensación es de tanta paz no debería importar mucho el no retornar. Felicidades.

  18. Barceló Martínez

    Hola María, muchas gracias por tu comentario y por tus felicitaciones. Paz y mucha felicidad es lo que yo te deseo, un abrazo.

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