Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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96. Victoria, victoria (David Moreno)

La Luna llena de agosto sorprendió a todos no sólo por el espectacular tamaño que dibujaba en el cielo: el enamorado creyó que eran sus sentidos los que andaban locos, el astrónomo aprovechó para descubrir con su telescopio rincones nunca vistos del satélite, el creyente agradeció a Dios semejante belleza, el filósofo reflexionó sobre si era posible la realidad que se presentaba ante sus ojos y el escritor levantó la vista del teclado incapaz de seguir escribiendo.
Sorprendió a todos además porque su grandeza venía acompañada de susurros agónicos a la par que esperanzadores mecidos en el viento de la noche:
“Bosa, bosa. Bosa, bosa”.
Susurros de origen desconocido que les conmovió apenas un instante para seguir después cada uno a lo suyo: el enamorado contempló a su amada, el astrónomo enfocó el telescopio, el creyente regresó a sus oraciones, el filósofo se perdió en sus pensamientos y el escritor dirigió de nuevo la vista a su teclado para seguir escribiendo.
Y mientras los susurros se convirtieron en gritos lanzados desde lo alto de una valla.

33 Responses

    1. Gracias Patricia por comentar.

      No sé cuál será la solución (seguramente pasa por permitir y apoyar un verdadero desarrollo del Sur sin que recaiga en manos de dictadores) pero a mi esa escena de la valla me hace tener vergüenza de ser de la especie humana, la racional, ja.

      Un saludo indio
      Mitakuye oyasin

  1. Es precioso, me gusta la enumeración que has hecho y el simbolismo de cómo miramos las noticias embobados, dejamos lo que hacemos para admirar terribles noticias como inmigrantes cantando bosa, bosa y, después, miramos hacia otro lado como si nada.

    1. Gracias Lorenzo por comentar.

      Lo has definido muy bien, y es verdad que muchas, muchas veces YO me pongo como «culpable» de esta situación, la de enojarme en el momento y que el ritmo diario de mi vida no me permita hacer algo más.

      Un saludo indio
      Mitakuye oyasin

  2. Esperanza Tirado Jiménez

    Has conseguido algo que a mí me resulta complicadísimo: Crear cinco personajes en una historia de 200 palabras y todos perfectamente definidos e identificados. Cada uno en su mundo propio del que salen apenas un segundo y vuelven a él como si no pasara nada que les afectara.

    Muy bueno.
    Suerte.

    1. Gracias Esperanza por comentar.

      De esta manera, que la ves con muy buenos ojos, he intentando expresar de manera «agradable» un drama que se vive ahí cerquita nuestra.

      Un saludo indio
      Mitakuye oyasin

  3. Javier Palanca

    Un buen relato con un contenido amargo. Así hacemos la mayoría, por eso reconozcámosle el valor ha todos esos que no lo hacen y se implican en echarles una mano amiga
    .Abrazos

  4. Gracias Javier por comentar.

    Por supuesto que vaya mi homenaje y gratitud a todas las personas que de manera altruista son capaces de ayudar a los demás. Un aplauso de admiración.

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

    1. Gracias Juan M. Sánchez por comentar.

      Estoy de acuerdo, a veces, muchas veces, nos quedamos en la postura de la indignación sin hacer mucho o nada más.

      Un saludo indio
      Mitakuye oyasin

  5. Me ha parecido genial la naturalidad utilizada para enlazar el tema del mes con un drama tan presente y vergonzoso.
    Me pasa un poco lo que a Esperanza. Me parece genial cómo has creado cinco mundos con tan pocas palabras y cada unos de ellos con sus respectivas vallas entre sí.
    Me ha encantado,David. Gracias.

  6. Mª Belén Mateos

    David me ha encantado. Las diferentes maneras en los que los humanos nos comportamos en una misma situación, en esta caso mirando la hermosa luna, y el mismo comportamiento ante una realidad cruda y dura que cada día salpica las noticias.
    Un abrazo.

  7. María

    David, no sabía que los africanos cantaran a la hora de brincar la valla de la ignominia, parecida al muro que separa EU de México. Ambos artilugios infames, no sólo porque uno tiene navajas y el otro garantiza cuerpos rotos al saltar, sino por lo que representan, incluida nuestra indiferencia. Me encantó tu denuncia alumbrada por la luna… En el mes del «laberinto» yo también aproveché para contar lo que por aquí pasa. Un gran abrazo. Si me permites, publicaré tu historia en mis redes tu historia. Mil gracias!

  8. Gracias María por comentar.

    Por supuesto que puedes hacer mención de este micro en tus redes, un honor.

    Confieso que detesto las fronteras, ¿utópico? quizá… Pero las vallas y muros de aquí y allá tan sólo provocan que sienta vergüenza de pertenecer a la especie racional…

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

    1. Gracias Beto por comentar.

      Dicen que para que haya ricos tiene que haber pobres, será que no queda otra. Pero en el siglo XXI esperaría otra manera más justa de proceder. Quizá iluso de mi.

      Un saludo indio
      Mitakuye oyasin

  9. No quisiera ser una más de los que somos capaces de admirar, investigar e idolatrar algo tan lejano como la luna y no somos capaces de escuchar a nuestros congéneres que ponen toda sus esperanzas en una valla.
    Una llamada de atención muy buena.
    Abrazos

  10. Es que esta luna de Agosto era para mirar y mirar sin hacer otra cosa, y el relato que haces sobre la visión de cada uno es muy acertada,pero para los que la ven tras una valla la cosa es muy distinta.
    Abrazos

  11. Salvador Esteve

    David, tienes toda la razón. Si miramos hacia arriba la luna nos desvelará realidades vergonzantes, un instante de indignación para volver al olvido en nuestras mentes. Muy bueno. Abrazos.

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