Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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37. Y llegó un ángel…

Y llegó un ángel. Menudo, de grandes ojos y sin alas; porteando una bolsa y un cepillo raído. Le abrieron mi puerta y su mirada oscura de hollín me condujo a un mundo desconocido.

‘¿Quién eres, pequeño?’ pregunté desde la mullida comodidad de mi despacho. ‘¿No tienes familia?’

Pero no pudo responderme, pues su trabajo era urgente. Como urgente era ganar algún chelín con el que procurarse algo de porridge. Para seguir gateando por otras oscuras chimeneas, cuyos humos ocultaban el sol de la capital del Imperio.

Y yo seguí escribiendo, raptado por mis Musas, olvidándome de sus sufrimientos.

A mi puerta, y a otras tantas, continuaron llegando más ángeles, de cuerpos esqueléticos y mirada oscura y vacía. Y algunos se fueron demasiado pronto, enfermos e intoxicados por los restos ennegrecidos de nuestra victoriana comodidad.

Y volaron entre fuegos artificiales, subidos en sus cepillos, a un mundo lejano, lleno de color, calor y felicidad. En el que una enigmática y sonriente niñera, a bordo de un paraguas negro, arrullaba sus sueños. Con pegadizas canciones y un poco de azúcar, que dulcificaba la oscuridad de sus vidas.

Y yo seguí escribiendo y pintando ángeles, absorto en mi mundo irreal.

13 Responses

  1. Jesús Garabato Rodríguez

    Con tu hermoso relato nos llevas, volando, a aquellos tiempos, para muchos desgraciadamente olvidados, de ilusiones y de historias revestidos de color, calor y felicidad. Y que no faltara el azúcar, claro, para disimular algunas posibles desventuras. Me ha gustado, Esperanza. Un saludo y suerte.

    1. Esperanza Tirado Jiménez

      Y es que para que una casa de aquellas funcionara había todo un ejército de sirvientes invisibles. De los que hoy día pocos se acuerdan, salvo alguna película y/o serie más o menos actual.
      Gracias Jesús.

      Saludos

  2. Ángel Saiz Mora

    Un mundo irreal lleno de pequeñas maravillas, de personajes que ilusionan, aunque sean querubines ennegrecidos por el hollín de las chimeneas. En medio de ellos esa niñera que ha encandilado a varias generaciones.
    Simpáticos guiños a una película (también novela), a una historia, en suma, de las que dejan huella. Que no dejen de venir ángeles, mientras tu escritor-narrador sigue con su tarea, y tú con la tuya de convocarlos en relatos como éste. Yo de ángel solo tengo el nombre, pero también has conseguido llamarme.
    Un abrazo, Esperanza. Suerte

    1. Esperanza Tirado Jiménez

      Pues el haberte llamado, casi sin querer, ya es un premio. Porque tus comentarios son un regalo, para disfrutar de ellos, para aprender, y también para encontrar alguna idea que no pensabas que habías escrito pero que tú siempre encuentras.

      Gracias Ángel por tus palabras.
      Un abrazo. Y suerte para tí

  3. Esperanza Tirado Jiménez

    Me encantan tus comentarios tan supercalifragilísticos, Juan 🙂

    Muchas gracias por el trocito de Mary Poppins.
    Te dejo el trocito del poema en el que me inspiré, y del que cogí el título, y un poquito del espíritu del escritor:

    Es de William Blake, de sus Canciones de Inocencia y Experiencia.

    Y llegó un Ángel que tenía una llave brillante,//
    abrió los ataúdes y los puso en libertad;//
    entonces por un verde prado corren brincando y riendo,…

    Mil gracias y un saludo Sodolipiaescotilisgifralicapersu 🙂

  4. La realidad de la triste vida de los niños deshollinadores traspuso las puertas de un escritor metido en su comodidad victoriana y se hizo carne en él y en sus letras en forma de un pequeño ángel desalado y esquelético…
    Me gustó ese contraste, ESPERANZA, de contar con palabras dulces y suaves una realidad muy triste y muy terrible.
    Hace poco leí este artículo sobre la vida de estos pequeños deshollinadores. Dejo el enlace por si alguien lo quiere leer.

    Cariños,
    Mariángeles

    https://supercurioso.com/terrible-vida-ninos-deshollinadores-victorianos/

    1. Esperanza Tirado Jiménez

      Por el poema y por lo que suponía el trabajo, me imaginaba que era algo bastante peligroso. Niños pequeños entre humos y polución no es una buena combinación.
      Gracias Mariángeles por el enlace. Alguna imagen pone los pelos de punta.

      Besos

  5. Hola Esperanza, me encanta el relato, desde la historia a como esta escrito, los múltiples guiños que contiene y saber, al leer los comentarios, que te inspiraste en un poema del gran William Blake. Todo precioso.
    Felicitaciones!!!

    1. Esperanza Tirado Jiménez

      Uy, gracias por lo de artista. Se me queda un poco grande.

      Abrazos, felicidad y suerte para ti Mercedes 🙂

    1. Esperanza Tirado Jiménez

      A veces los escritores y los que escribimos nos encerramos un poco y solo vemos el folio llenándose de palabras. Hay que mirar alrededor de vez en cuando.

      Gracias Calamanda. Suerte para tí

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