01. Comprensión
—¿Ya son las 8? Debería descongelar la dorada. Hoy cenamos solos. Ya sé que no sabes cocinar, pero busca una receta y yo me encargo. Siiii… valoro tu silencio. Podías haberme dicho algo, podías haberme recordado que cenamos solos todos los días, pero admiro tu capacidad de callar. Hablar. Hablar. Aprendemos a charlar como cotorras a los dos o tres años pero ¿cuántos años necesitamos para aprender a callar…? Callarse tiene algo de superarse a sí mismo. ¿Sabes que te llamamos así por la biblioteca de Alejandría? Claro que lo sabes. Y en cambio no te empeñas en decirme lo que hay que hacer o lo que “sería conveniente”. Conveniente ¿Para quién? ¿Para qué? Estoy contento de que te hayas instalado y puedas quedarte. No pido mucho. Un saludo amable por la mañana. Un aviso de que tengo que tomarme el ramipril, o los cumpleaños que olvido. O que me busque bien la emisora para oir el partido. O escuchar una bonita canción. A veces la vida es eso, una canción alegre que alguien canta contigo… ¿Me pones una bonita, Alexa?
—No te he entendido bien.
—Aparato de mierda. Alexa, ¿me pones un villancico?
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Pues sí, nos has enredado bien con las «apariencias» del texto… ¡Resulta que hablaba con Alexa!
Incluye buenas reflexiones: «¿cuántos años necesitamos para aprender a callar?», así como información que desconocía: «te llamamos así por la biblioteca de Alejandría».
Un relato bien llevado hasta la sorpresa final, donde vemos que quien no se conforma es porque no quiere (en este caso, a la soledad), pero que el protagonista tampoco lo lleva tan bien («Aparato de mierda») – y es que la tecnología acaba sacando lo peor de nosotros, jaja.
Feliz año, Juan. Un abrazo.
Carme.
ja,ja,ja te han vendido una Alexa sorda.
La tecnología ayuda y facilita la vida, qué duda cabe, pero a la postre le sucede lo que a las personas, sus creadores, que no son perfectos; el defecto principal de este artilugio es precisamente ese, que aunque lo parezca: no es persona. Lo admitamos o no, necesitamos relacionarnos con algo más que una máquina. Si todos aprendiéramos a callar a tiempo mejor iría el mundo, lo que no es incompatible con una buena comunicación.
Divertido, original y actual. Buena arranque de año, que aprovecho para felicitarte.
Un abrazo grande, Juan
Reflexiones demasiado profundas para que las entienda una máquina. Al final, por muy inteligentes que sean y muchos Gb que tengan de memoria, nunca seran humanas. Bueno, ¡eso espero!
Un abrazo.
Algunas personas son tan frías e insensibles como las máquinas pero las máquinas, por mucha apariencia humana que tengan (que todo llegará), nunca podrán sustituir la compañía y el cariño de una persona.
Genial tu micro, JAMS, y geniales las propuestas para este 2023 aún en pañales. Gracias por ese permanente derroche de imaginación que os gastáis por esta santa casa.
Feliz Año y un abrazo muy enteciano.
Feliz año, estimado Juan.
Ingenioso relato el que nos presentas y que trata de soslayo el tema de la soledad (posiblemente no deseada).
Que 2023 te sea propicio en grado sumo. Un cálido abrazo.
Un inicio genial con Alexa. Un texto original y fácil de leer. Seguramente, sería mejor compañía un perro. Feliz Año. Nos leemos.
Que bueno después de tanto tiempo vuelvo y encuentro este micro tuyo, aparte de ser un gusto sirve para reflexionar sobre la soledad que aunque estemos acompañados podemos sentirla, hoy el móvil suele reemplazar a Alexa pero no a la soledad. Un abrazo amigo y feliz año
Un bello homenaje el nombre de Alexa a la biblioteca de Alejandría, lástima que no haya entendido bien lo que el señor le pide, y que carezca de la empatía que él necesita para no sentirse solo…
Tu micro muestra, y muy claro, que ningún «aparato de mierda» puede ni podrá reemplazar la interacción y el calor humano…
Muy buen micro, Jams, me gustó.
Besos😘😘😇😇
Muy original y divertido tu micro, Jams. Nos hace reflexionar sobre la soledad tan dura de sobrellevar, que ningún aparato, por muy moderno que sea podrá mitigar. ¡ Donde esté una persona, con sus virtudes y defectos, que se quite cualquier máquina!
Entiendo perfectamente la rabia que le produce a tu prota la «incomprensión» de Alexa. De mi parte, y por si acaso está pensando en cambiarse de acera, Google, vamos, su equivalente, sufre del mismo problema: no entiende lo que se le dice, y se toma libertades que a veces…
Un abrazo, Jams.