02. La profesión más bonita del mundo
Son las cuatro de la madrugada. Suena el teléfono. Una voz imperiosa le urge a abandonar el lecho calentito: Greta lleva todo el día intentando parir. Se levanta, se viste y sale sin despertar a nadie. Es diciembre, hace frío, llovizna y una niebla pertinaz se ha tragado el paisaje. El coche protesta, pero arranca a la tercera y Mario, con la nariz congelada y los dedos entumecidos, recorre los treinta kilómetros. Se siente afortunado al vislumbrar una lechuza sobrevolando la carretera y un hermoso zorro apostado en el arcén.
Hay luz en el establo. Ringo ladra y se frota contra sus piernas al reconocerle. Entra presuroso y se encuentra la siempre mágica escena de una vaca lamiendo a su ternero. Se hace un silencio espeso. Lucas le mira compungido, el vecino trata de esconder las cuerdas que ha usado para sacarlo y Carmen corre a buscar una botella de coñac que descongele la mueca de estupefacción de Mario. Solícito y profesional, mete el brazo para comprobar que todo esté correcto.
Conduce hacia casa manchado de sangre, con pulgas y sin remuneración. Los faros iluminan a un lobezno atropellado. Conmovido, se detiene a ayudarle. Son las seis de la mañana.
La descripción de todo lo que le sucede a tu protagonista, visto desde fuera, es una sucesión de pequeñas desdichas, pero para él es algo útil, le llena, es mucho más que un simple oficio, o una actividad con la que ganarse la vida. El título es un complemento perfecto para comprender su motivación.
Un abrazo, suerte y feliz año, Eva
La vocación favorece la kalopsia seguro. Sobre todo al principio, cuando todo es nuevo, se tiene fuerza, juventud y ganas de cambiar el mundo. Gracias Ángel. Feliz año también para ti y los tuyos. Un abrazo.
Cuando alguien que sabe escribir, además escribe de lo que sabe, el resultado no puede ser otro que un espléndido relato repleto de belleza y sensibilidad.
Muy feliz 2024, Eva y un abrazo a Mario, digo a Juan.
Colorá me pones. Abrazaré a Juan cuando le quite las pulgas. Feliz 2024 Rafa y gracias por tu comentario
Con la elegancia que te caracteriza nos describes con todo tipo de detalles una jornada nocturna de uno de los miles de James Herriot que viven en nuestros pueblos, y que cuidan de las criaturas grandes y pequeñas que los pueblan. Yo conozco en Arzúa a dos de ellos que son ángeles de la guarda de esas criaturas.
Decirte que me ha encantado es quedarme muy corto.
Besote grande y feliz año nuevo. 😘
James Herriot siempre fue mi ídolo. Y ya no quedan tantos, no te creas, hace falta mucha kalopsia para renunciar a un horario razonable o a librar fines de semanas y fiestas de guardar. Aparte de que todo ha cambiado mucho… Gracias por pasarte y por tus palabras Pablo. Besazos y feliz año nuevo a ti también.
Vaya historia más tierna y más poética que te has marcado, Eva. De esas que hacen que se te escape una lagrimilla. Nunca he tenido vocación sanitaria, ni con humanos ni con nuestros primos de cuatro patas, pero tal y como lo cuentas, sí que parece la profesión más bonita del mundo.
Un abrazo y feliz 2024.
Debería serlo, lo fue, tal vez permitan que siga siéndolo. Pero cada vez ponen las cosas más difíciles. He recortado del relato muchos papeleos y obligaciones administrativas que lo empañarían Gracias Rosalía y feliz año nuevo para ti también
👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏
Mucha kalopsia se necesita para ver lo bueno de algunas cosas, pero cada uno es como es (afortunadamente) y esperemos que siga habiendo mucha gente como la de tu relato, Eva.
Suerte y besotes de Año Nuevo.
La kalopsia también se esfuma con el tiempo, Ana. Pero qué maravillosas son las cosas cuando está presente y qué fácil nos puede hacer la vida. Gracias por comentar y Feliz año. Un beso.
Un precioso relato que se ajusta perfectamente a lo que estamos tratando: Kalopsia.
Una de sus interpretaciones es que no vemos las cosas como son, vemos las cosas como somos; en tu pequeña y preciosa historia hay quienes viven esa noche llena de sangre, insomnio y dolor y otro personaje, la cubre de bondad y belleza. Te ha salido redondo. Enhorabuena.
Nos leemos
Gracias Isabel Cristina. El mundo es rico por la diversidad de puntos de vista, aunque haya algunos que no sean muy deseables. Ver lo bonito de la vida siempre es más agradable que buscar defectos a todo, creo yo. Un abrazo.
Igual que me ha pasado a mí, quienes os conocen no habrán podido evitar ver en este relato una escena cotidiana de vuestras vidas. Lo has titulado La profesión más bonita del mundo, y sin duda lo es para quienes sentís esa vocación, pero además nos enseñas todos los sinsabores que la acompañan, y lo haces con tal ternura y sensibilidad, que a pesar de estar patentes en la narración, nos convences de que es así, de que el protagonista de este cuento, su familia, a la que trata de no despertar seguramente sin éxito, así lo siente, y así nos contagias esa kalopsia a quienes te leamos.
Enhorabuena por el relato y gracias por enseñárnoslo.
Un beso grande!!!
Pues claro, aunque a veces la realidad supera a la ficción. No es exagerado que una vez hecha la llamada se pongan a tirar de una cría después de esperar el día entero, no es exagerado que no puedas cobrar por ir, y cosas peores, jajaja. El síndrome de burnout se puede compensar con kalopsia, al menos al principio… Gracias por tus palabras lagarto, me alegra que te haya gustado. Un beso enorme.
Qué relato más bonito y poético. Y qué bien narras la pequeña odisea de tu protagonista y qué bien la transformas en una bella aventura. Lo he leído varias veces, me parece precioso. Muchas felicidades y mucha suerte.
Gracias por tus amables palabras y por releerlo varias veces, Sara. Me encanta que te guste. Un abrazo
Hola Eva. Todo el micro destila ternura, rabia, pasión, crudeza y, cómo no, profesionalidad. Desde la ignorancia y sin conocer tu/vuestro trabajo me parece un relato potente.
Me quedo con ese final; tras un viaje de ida, de vuelta, plagados de emociones y esfuerzo, aún siente que tiene que pararse a ayudar a ese pobre animal.
Enhorabuena, Eva, un abrazo
Muchísimas gracias Alberto. Está resultándome muy grato que consideréis el texto interesante y os guste. Y eso que esta es solo una pequeña cosa de las que podría escribir, kalopsia mediante, sobre el tema. Un abrazo fuerte.
Hola Eva,
un relato que nos mete a todos en vuestra casa, en vuestravida y sacas belleza en la cotidianeidad. UN bnito relato,
Suerte, Besotes y abrazo altipo grande que ayuda al lobo.
En mi casa caben todos. Gracias Manuel por pasarte por ella a dejar bonitas palabras, le daré al tipo grande el abrazo del tipo grande. Besazos.
Eva, un hermoso relato lleno de amor, entrega y pasión por esa vocación que tiene la vida como centro. Y a pesar de todas las penalidades y sinsabores al veterinario únicamente le mueve su deseo de ayudar, aunque se trate de un animal salvaje, y después de una noche frustrante. Sigue así, escribiendo como los ángeles, querida Eva. Un abrazo inmenso. Gloria
Gracias Gloria por pasarte por aquí a dejar unas palabras tan generosas. Siempre merece la pena cuidar la vida, en todas sus formas. Pero bien sabes que no siempre es fácil. Cuídate tu mucho querida, un abrazo gigante para ti.