04. Push-up labial
Me la recomendó Teresa, mi amiga viuda, experta en cambios radicales urgentes de todo tipo. A mí jamás se me hubiera ocurrido. Pero la situación era desesperada.
Me puse en manos de aquella profesional que ayudaba, por una pequeña fortuna, a las personas que, como yo, habían perdido los papeles del saber estar. Me miró, me escuchó y apenas pude soportar la vergüenza de descubrir lo que vio en mí, pero realmente era lo que había. Por eso estaba allí.
Su voz, inesperadamente dulce, me empapó y peinó mi corazón suavizando cada enredo del nudo de mi pecho. Relajada, como hacía mucho que no me sentía, dejé que acariciara mi cabeza con sus palabras y sentí que los rizos de mis neuronas rebeldes dejaban de encresparse. Noté que poco a poco afloraba la sonrisa que hacía tanto que no sabía componer y ella pulverizó una nube de silencio necesario y cómplice para fijarla. Y me entregó la pastillita insípida de mi felicidad.
Fue así como, al día siguiente, soporté ver a mi hermana casarse con el amor de mi vida. Y fui capaz de dejar caer la dosis mortal en su copa y sonreír mientras brindaba con ella sin despeinarme.
Hola Eva. Tienes un talento bestial y tus relatos nunca defraudan. Le has sacado muchísimo partido a esta fotografía, que considero una de las más difíciles para inspirarse de toda la serie propuesta hasta la fecha.
Solo una cosa, todavía no encajo muy bien qué tipo de profesional es la que ayuda a la pobre y desdichada protagonista. Hasta el último párrafo, pensé que era una psicóloga, pero después del fantástico y sorprendente final no sé muy bien qué título otorgarle.
Enhorabuena. Un abrazo.
Hola Ángel, me parece que exageras un poco mucho. A mi me parece una fotografía muy inspiradora, precisamente porque es fácil ‘salirse de ella’ y tiene muchos elementos y connotaciones por los que tomar camino. En cuanto al tipo de profesional… pues lo dejo a tu imaginación. Desde luego es competente ¿no crees? Gracias y un abrazo.
Eva, tu relato es una maravilla. Original y le das la vuelta a todo. Desquiciada la protagonista, parece que la terapeuta consigue asentarla, pero ese final descoloca totalmente. Desquiciada y cruel, llega a ese inesperado brindis que deja en el aire muchos posibles remates. Excelente relato. Tu imaginación es un prodigio.
Besicos muchos.
Nani, siempre tan dulce. Muchas gracias. Reescribe la historia como prefieras 😉 Muchos besos.
Eva, muy buena historia fenomenalmente contada. Suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda, Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
Tu protagonista necesitaba de esa profesional. Dos personajes singulares, sin duda. Una que trata de recomponerse del despecho y el dolor de ver en su propia familia al amor de su vida con su hermana; la otra, una experta en reparar el estado de ánimo más desastroso, en dibujar el mejor aspecto en una persona derrotada anímicamente. Volvemos a la protagonista que, llevada por ese nuevo estado de gracia, es capaz de todo «sin despeinarse». Esa hechicera, estilista, peluquera y bruja moderna hizo con ella un trabajo de primera, aunque no sabemos qué pensará el resto de la familia tras el funeral que seguirá a la boda.
Otro relatazo de los tuyos.
Abrazos y suerte, Eva
Gracias Ángel. A veces no pensamos en nadie más cuando se trata de buscar commo sea nuestra propia felicidad. Un abrazo.
Detalles que marcan la diferencia: una amiga viuda, una pastillita insípida,… qué importantes los adjetivos y saber usarlos, claro.
Buen final, sorprendente.
Felicidades y suerte
¡¡Luisa!!! Que satisfacción que te lean como has tratado de escribirlo Muchísimas gracias, ya andaba pensando cabizbaja por los rincones que no había dejado pistas suficientes. Un besote feliz. ¡¡Gracias!!
ME ENCANTA
Y no solo por lo q cuenta, como lo cuenta de sutil pero está todo ahí delante, por lo bien q encaja y le da una vuelta de tuerca a la foto q ilustra eso de «arreglar la cabeza» sino y sobre todo porque .. es que tenía yo en mente escribir un relato del mismo ‘pelo’ y cuando veo que mis neuronas coinciden con las neuronas de alguien tan genial como tú, pues eso. De admiradora a admiradora.
Plagio telepático que se llama eso ¿no?. Suelo practicarlo mucho al parecer, no es la primera vez que me lo dicen, no creas… Pues ya lo siento, seguro que tu arreglo cefálico mola un montón. Un beso.
Simplemente genial Eva. Contado de una forma magistral y con un final sorpresa. suerte
Muchas gracias Dolores, me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
No suelo comentar pero no me he podido resistir. Me ha encantado este relato. Lo he leído tres veces porque con cada lectura gana más y más. Cada frase esconde un detalle importante y ¡todas suenan tan bien! Enhorabuena.
Muchísimas gracias Elena por la excepción y por tu comentario. De verdad que me alivia que llegue y se vea lo que puse ahí. Un beso.
Ya se sabe en qué frasco dicen que viene el veneno. Y que hay que estar muy enamorada muy desesperada para acudir a una mujer que es todas en una: peluquera, amiga, psicóloga, bruja.
Está claro que esta chica no es de las que hacen limonada cuando la vida le da limones… ¡Al contrario!
Una mujer para temer en un micro de una escritora para admirar…
Felicidades, EVA.
Cariños,
Mariángeles
Hola Mariángeles. Si hay alguien capaz de convencernos de hacer algo…es que ya teníamos el germen en la cabeza. Tus palabras me vienen grandes, muchas gracias y un beso fuerte.
Qué buen relato y qué bien llevado de principio a fin. Esos detallitos sutiles… Bravo. Mi enhorabuena por él.
Saludos y suerte.
Muchísimas gracias, Nuria por tu comentario. Un abrazo.
Hay que saber elegir la profesional adecuada en cada ocasión. Tu protagonista ha acertado con su elección y tras dejar que esta trabaje en su cabeza encuentra la solución a su dolor.
Muy buen relato, escrito con maestría e ingenio. Al final, todo encaja.
¡Enhorabuena y Mucha suerte, Eva!
Besos apretados.