05. THE BLUES (Mariángeles Abelli Bonardi)
Aprecia el atardecer de fuego con que termina el año y, sin embargo, algo se condensa húmedo en sus ojos… Pensaba que el primero de enero lograría desprenderla pero no, sigue ahí, como un viejo suéter que cuelga de sus hombros, tenaz, agazapada, lista para tomarla por sorpresa cuando cree que ha logrado deshacerse de ella, ella, que se basta a sí misma y siempre es dos: la de lo que ya no podrá vivir y la de lo que aún no ha vivido; la de esos estados intermedios en los que no sabe qué es lo que echa de menos…
El mundo aún brinda en todos los idiomas y ella abre el botiquín del baño: la felicidad, que tan fácilmente gorjea en el pecho de los otros, se disuelve en su lengua siendo lo que es: para ella, ni más ni menos que una pequeña pastilla.
Hola, Maríángeles. La lectura de tu texto nos imbuye mansamente en esa tristeza que tu protagonista intenta superar otro día más. Bendita sea esa pastilla que tal vez poco a poco le ayude a conseguirlo. Creo que lo malo de las «celebraciones obligadas» es que en no pocas ocasiones resultan contraproducentes para algunos. Buen relato para iniciar el año. Saludos.
Hola, JESÚS. En estos tiempos de días festivos y «alegría obligatoria», como bien decís, esa tristeza a destiempo no es otra cosa que lo que en términos más fuertes solemos llamar depresión, que justamente en estas fechas, se ensaña aún más con quienes la padecen, de ahí que la protagonista recurra a la pastilla que le devuelva esa alegría que ella no siente y, según el calendario, debería tener…
Pese a las sombrías emociones que en esta ocasión nos convocan a escribir, me complace que el relato te parezca bueno.
Cariños,
Mariángeles
El aturdimiento del que nos hablaba Rosa Montero trasladado a la noche de fin de año. Nos muestras como vive sus contradicciones la protagonista en un día tan especial. Y el final nos descubre su triste solución. Has utilizado muy bien el recurso intertextual con una protagonista a la que le va como anillo al dedo.
Enhorabuena, Mariángeles.
Un abrazo, feliz año y mucha suerte.
¡Muchas gracias, JOSEP MARÍA! Rosa Montero es, de hecho, mi novelista favorita; la vengo leyendo desde hace aproximadamente quince años, cuando salió su libro «La Historia del Rey Transparente», así que esa cita suya sobre la nostalgia fue de lo más inspiradora para ponerme a escribir…
En cuanto a la pastilla que la chica decide tomar (hecho muy triste, por cierto), más que «solución», yo creo que es más bien una «muleta» en la que ella busca apoyarse y levantar su ánimo, porque solucionar, me parece que no le soluciona nada…
Otro abrazo, feliz año y mucha suerte para vos,
Mariángeles
Terminar un año parece que es motivo ineludible de alegría, al tiempo que de esperanza en el siguiente. Más todavía después de uno como el que hemos vivido, o más bien sufrido. Pero hay personas para quienes la realidad no varía porque hayan pasado unas horas, por mucho simbolismo social que ese pequeño tránsito de cambio de dígito conlleve.
Tu protagonista vive en un infierno, que es solo suyo, al margen de lo que pueda dictar el exterior. El día que lo supere lo verá todo de otra manera, por negro que siga el mundo.
Has creado un personaje que parece real. Dan ganas de mandarle todo el apoyo y un empujoncito. Un relato que prueba la magia de la literatura.
Hay que decirlo: feliz año. Un abrazo y suerte, Mariángeles
Tenés razón, ÁNGEL; hay que decirlo: ¡Feliz Año y, como ya nos dijimos vía Facebook, que no nos falten las letras! Y ahora que ya está dicho, te cuento lo que más me gustó de tu esperado comentario: «Has creado un personaje que parece real. Dan ganas de mandarle todo el apoyo y un empujoncito. Un relato que prueba la magia de la literatura»… No es fácil – al menos para mí no lo es – crear personajes que parezcan reales y no acartonados o que no suenen ni se vean planos… En esta ocasión, supongo que no me fue difícil crearlo porque, como decía Eduardo Galeano, me lo regaló la realidad de estas fechas festivas… A diferencia de lo que muchos no pueden o no quieren ver, hay muchas personas que, por motivos anímicos, psicológicos y personales, más que disfrutarlas las padecen, cosa que la tristeza y la nostalgia propuestas para escribir en esta ocasión, me invitaron a mostrar, independientemente del jolgorio y el simbolismo social que el cambio de año conlleva…
Otro abrazo y suerte para vos,
Mariángeles
La química conmuta la tristeza por una realidad ficticia, pero el tiempo diluye rápido la sustancia en el mar de su amarga realidad. Un relato que te hace vivir en tus carnes la angustia de la protagonista. Muy bueno, Mariángeles. Un abrazo y feliz año.
¡Muchas gracias, SALVADOR! Me pone más que contenta que sea así. Lo has expresado muy bien: la pastilla le enmascara la realidad, pero sólo hasta cierto punto; una vez que pasa el efecto, su amarga tristeza arremete, y en oleadas más grandes…
Otro abrazo y feliz año para vos,
Mariángeles
Mariángeles, nos llevas por tu historia acongojados por esa realidad, bastante habitual, movidos por el deseo de ayudar a tu protagonista. Bien contada. Suerte y saludos
¡Muchas gracias, Calamanda! Cuando vi la fecha de inicio de la propuesta y el duo de emociones sugeridas, enseguida pensé en la celebración del año nuevo y en que para muchas personas (quizás más de las que pensamos) son fechas que les remueven, renuevan y acrecientan las tristezas y nostalgias; me alegra haberlo podido reflejar en el micro.
Besos y suerte para vos,
Mariángeles
¡Cómo comprendo a tu protagonista! ¡Qué bien lo has plasmado! Parece que la tristeza se alimentase de la felicidad ajena. Aunque no es un blues, no puedo dejar de identificar tu relato con un título propio de esta tierra: Negra sombra.
¡Muchas gracias, Edita! Me encantó lo de Negra sombra; lo voy a googlear para saber más.
En cuanto a «The blues»- el título del micro – no lo pensé en su acepción a la música folklórica afroamericana sino más bien teniendo en cuenta los significados no literales de la expresión idiomática inglesa, en concreto, «estar deprimido» y «andar tristeando»…
Me alegra que veas bien plasmado el sentir de la protagonista.
Cariños,
Mariángeles
Hola, Mariángeles. Veo que has empezado el año con fuerza.
Decirte que creo que la grandeza de tu relato está en habernos hecho empatizar con tu protagonista. Refieres una situación lamentablemente común, pero la narras tan bien que nos haces sentir esa tristeza y esa necesidad de aliviarla como si fuera propia. Un microrrelato excelente, en mi opinión.
Son tiempos difíciles y sería fácil quedar atrapado en ese «blues» que nos cuentas, por eso, te envío toda la energía positiva que puedo.
Un abrazo.
Querido Barceló: tenés razón; son tiempos difíciles los que transitamos, y quedar atrapados en el «blues» de la tristeza es más que factible, por eso agradezco la energía positiva que me enviaste y aprecio sobremanera tu lectura a mi relato… La tristeza y el comienzo de un año son cosas que no son necesariamente incompatibles, es decir, son incompatibles para la persona que no las vive y no las experimenta así, como algo abrumador de lo que no se puede escapar, así que si logré transmitirlo y crear empatía con la protagonista, me doy por bien servida… Ni que decir tiene, obviamente, la alegría que me dio encontrar tu comentario.
Un beso grande, lleno de verano argentino,
Mariángeles
Hola, Mariángeles, qué bien retratas la melancolía de esta mujer que tiene que recurrir a una pastillita… aunque por desgracia, son muchas las personas que recurren a ellas. Lo de aparentar, sentir, felicidad en una celebración que igual ni te va ni te viene… es algo que deberíamos elegir, sin pastilla mucho mejor, claro.
Me ha gustado mucho. Aunque lo leí en su día, hoy me he animado a comentarte.
Un abrazo y MUCHA suerte.
Hola, Rosy. Me alegra que te hayas animado a comentarme el micro porque entiendo que el tema que abordé no es fácil de leer. Cuando ese 31 de diciembre vi que el tema era la tristeza, me resultó contradictorio que fuera propuesto en una fecha tan relacionada con la alegría y la algarabía, así que me surgió mostrar justamente eso, cómo la vive una persona cuya tristeza es moneda de todos los días y quiere anularla como sea para la fiesta de fin de año, momento en que la tristeza le sobreviene con aún más fuerza… Es cierto, no podemos elegir lo que nos pasa sino cómo sentirnos con lo que nos pasa, pero está visto que hay gente que no sabe manejar sus emociones y prefiere adormecerlas antes que enfrentarlas…
Otro abrazo y mucha suerte para vos,
Mariángeles
Hola Mariángeles, ¿conoces a alguien que no sea dos, de vez en cuando?
La tristeza y la alegría luchando por el territorio, y a veces, la segunda ganando terreno, se enraíza y estrangula a su gemela amable.
La luz y la sombra siempre caminando de la mano y nosotros, siempre tratando de dar la espalda a la sombra, sin saber, que si ella no existiera, la luz no brillaría.
Un abrazo amiga. Desde el Mediterráneo con amor.
Admiro la sencillez y profundidad de tu comentario, MERCEDES, sobre todo, porque es totalmente cierto; los seres humanos vamos por la vida entre ambivalencias: alegría y tristeza, luz y sombra, gozos que nos elevan y depresiones que nos hunden… Hay personas, como mi protagonista, que sufren las sombras de su sombra y, sin poder hacerles frente, para poder tenerlas a raya, recurren a los medicamentos… Si es o no el camino para ellas, es el tiempo, que dicen que todo lo cura, quien lo dirá…
Besos desde la Patagonia Argentina,
Mariángeles
Hola, Mariángeles, como dicen los compañeros, casi todos nos hemos sentido alguna vez en la piel de la protagonista. Las expresiones que utilizas para reflejar esos cambiantes estados de ánimo, «La de lo que ya no podrá vivir y la de lo que aún no ha vivido» no pueden ser más acertadas. Yo suelo jugar con las expresiones «Aquí estamos de paso» y «Pero ya que estamos aquí…». En la primera para justificar no entusiasmarnos con nada; en la segunda, todo lo contrario, para aprovechar cada momento. Decirte que me parece un micro muy interesante por el tema que trata y por lo bien que lo hace. ¡Enhorabuena! Mucha suerte y besos desde Pamplona.
Hola, Juana. Esa expresión en el micro es una cita de Rosa Montero; una de las que dieron al comienzo de esta propuesta de la tristeza y la nostalgia, y me pareció que muestra acertadamente ese estado de ánimo que a muchos les provocan las fiestas de fin de año.
Sobre tus frases, por otra parte, te diré que me encantaron, especialmente la segunda, de vivir cada momento,que es lo que este tiempo de pandemia nos está enseñando.
Me alegra que te hayan gustado las dos cosas: el tema abordado en el micro y su tratamiento.
Mucha suerte para vos y besos desde la Patagonia Argentina.
Cariños,
Mariángeles
Muchas gracias por tu aclaración sobre las frases de Rosa Montero. Ya veo que no estuve muy atenta cuando leí la propuesta. En fin, le echaré la culpa a la pandemia. Besicos.
Un relato poético pero que duele y golpea. Mucha suerte, Mariángeles.
Besos apretados.
¡Gracias, PILAR! Imaginé que por el tema que lo motiva y por su tratamiento, tendría ese impacto en el lector… Menuda propuesta enteciana la de este principio de año… Si los escritores no la tuvimos fácil, me imagino cómo será para «el jurado de la tristeza», por más que se alegre de leernos…
Más besos apretados para vos.
Cariños,
Mariángeles