105. RECUERDOS, de Hojas
Que de recuerdos aquella casa al final del camino.
Los árboles bailaban al son de la música que ellos mismos emitian con su amiga la brisa. Hasta las hojas al caer acompañaban tan bella melodía.
Laika, la perra de mis abuelos nos salía al encuentro brincando y meneando la cola, esperando la tan querida caricia. Nos acompañaba hasta la puerta donde nuestro abuelo ya nos esperaba para darnos un achuchón.
Antes de entrar se podía oler a sol, que desprendían las sábanas tendidas. Al menos a mi me lo parecía.
La abuela, nos llenaba de besos, besos aspirados porque no se había puesto los dientes, nos sonreímos.
A continuación sacaba la lata de las galletas, eran las mismas que había en casa, pero aquellas sabían mejor.
Me sentaba junto a la ventada para disfrutar del calor, del silencio,…a veces añoro esos momentos cuando estando en la cuidad recuerdo todo aquello y más ahora, que ya mis abuelos ya no están.