113. Origami con trampa (Juan Antonio Vázquez)
A cinco metros sobre el cielo retruenan los martillazos que el demiurgo aboca contra el yunque a golpe de maza. El estruendo rebota en las paredes de la forja y muere en los oídos de la pequeña, que le adora, que le observa; aunque él la odia: su boca minúscula, sus largos dedos y su mirada traviesa le recuerdan a ella. La chiquilla quiere aprender, pero no le deja. Cuando termine de esculpir ese par de estrellas seguirá sin contestar a sus preguntas e irá a la mesa del orfebre a seguir con esos trabajos al detalle que le dan pereza: un fa sostenido, un bostezo, o labrar durante horas algunas gotas de agua. Y la niña, aburrida, se marchará a dar una vuelta por el escaparate donde su padre olvida lo que fabrica: con virutas del suelo amasará un cuerpo y una cara como las de ellos, los terrenos. Pero sus frágiles brazos aún no son capaces de sostener herramientas pesadas, por eso confeccionará su sombra con papiroflexia; voluntariosa aunque desafortunada. A toda prisa el genio constructor pulirá decenas de espejismos para que todo aquel con quien se cruce se convenza de que en realidad no ha visto nada.
Original y distinto, me ha gustado mucho. Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias por pasarte y comentar Nani. Me alegra que te haya gustado 🙂
Qué preciosidad de texto nos has regalado, Juan Antonio. Personalmente, lo mandaba directamente al libro. Artesanos de la vida que también viven su propio universo emocional. Me ha encantado. Abrazos y suerte.
Muchas gracias Salvador. El regalo una vez más viene de tu parte. Me alegra que el relato haya conectado contigo. Y te lo dice un sincero admirador de tus historias y tus letras. Un gran abrazo 🙂
Un relato muy pensado y trabajado, con personajes creativos, en el que la magia y los sentimientos se aúnan en un conjunto armónico.
Se echan de menos más letras tuyas.
Un abrazo, Juan Antoino
Muchas gracias Ángel. Siempre puntual al comentario y al ánimo. Ojalá puedo veros pronto. Ya hay ganas. Un abrazo enorme 🙂
Mi buen JuanPérez. Mil gracias por su lectura y su comentario. Es un placer leerle y disfrutar de las letras de sus bienintencionados, extensos y enciclopédicos comentarios. Admiro su forma de ver la vida y comprender los textos. Os deseo todo tipo de suertes !! 🙂