125. TRUEQUE (Relato fuera de concurso)
Esta ha sido una de tantas otras noches insomnes. El tiempo se agota inexorablemente, algo en mi cerebro me dice que se acerca el final. Nadie, ni siquiera en mi propia familia puede ayudarme.
Tumbado en la cama de mi habitación de hospital con el sonido de las maquinas que me mantienen vivo como única compañía, he hecho repaso de mi corta vida. Un recuerdo me ha llenado de añoranza. Me he visto a mi mismo con la cabeza sobre el regazo de mi abuela. Ella, acariciándome el pelo con sus manos ásperas me dice que he sacado los ojos azules de mi tío Julián.
Yo le respondo que no tengo ningún tío con ese nombre y ella, con el rostro desencajado me cuenta que nació muerto.
—Eran otros tiempos, había que hacer sacrificios—murmura para sí misma, y sus lágrimas salpican mi mejilla.
Esta mañana ha venido a visitarme y le he preguntado si todavía tengo los ojos del tío. No sé el por qué, pero se ha marchado apresuradamente sin contestarme.
Al final de la tarde ha aparecido el hijo del alcalde, estaba emocionado, dice que su hígado me salvará.
Me he fijado en sus ojos: Son azules
¡Excelente!
José buen relato me ha gustado te ha llevado lo rural a otro lado pero has dejado l impronta de esa sabiduría casi mágica de las abuelas de entonces.abrazos y suerte
Pues parece que, al menos, Julián atesora algo de ese corazón que la vida partió en pedazos en el pecho de la abuela. Enhorabuena y saludos.
Al leer el título y asociarlo al tema de la mujer rural, no era fácil imaginar este resultado, que realmente sorprende, donde lo sobrenatural, el sacrificio, la generosidad y la esperanza se dan la mano.
Un saludo, José
Me gusta mucho este relato que sorprende por su desarrollo y final.
Abrazos enredados con suerte.
José Ángel. Bella historia y pprecisa narrativa. Saludos