Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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13. Demencia (Susana Revuelta)

Desde que encontraron el cadáver de Holly hundido en el pozo negro, mamá se pasa los días deambulando como un fantasma por los pasillos y habitaciones sin parar de repetir «no olvides bajar la tapa, hija, no olvides bajar la…» cada vez que me ve entrar o salir del cuarto de baño. Está convencida de que se escurrió por el agujero del inodoro que ahora engulle cada nuevo cachorro de setter que obstinado trae papá cuando misteriosamente desaparece el anterior.

Solo el eco de esa cantinela, las descargas de la cisterna y los ladridos suplicantes me mantienen distraída. Porque desde aquello nadie habla ya de mi hermana. Ni de ella ni de nada. Por eso yo, para sentirme menos sola, sigo llevando mascotas a su tumba y en las noches de luna llena me quedo allí un ratito a jugar con sus sombras.

 

52 Responses

    1. Es un misterio nuestro cerebro y sus reacciones. La pérdida de un hijo pequeño y cómo afecta a una familia radicada en un entorno rural muy aislado me llevó a esta demencia colectiva.
      Gracias por tus visitas aquí y allí, Juan M.

    1. Edita, siempre tan amable. Es el retrato de unos padres que no soportan ni asumen el hueco dejado por una hija muerta. Y cómo afectan sus silencios y conductas a la que queda.
      Un abrazo.

      1. Muchas gracias por la explicación, pero mis dudas no estaban ahí, sino en los pobres perritos. ¿De verdad se cuelan por el wáter o los «desaparece» la niña llevándolos a su hermana muerta? Perdona la torpeza.

        1. Metí al setter porque es perro de caza, para ambientar el caserón rural de esta familia. Pasillos da una idea de que es una casa grande.
          No, no se cuelan por la baza (como llamamos aquí al inodoro en Cantabria). Es simplemente el retrato de una una familia que mentalmente ha quedado al límite o más. El padre está con su rollo de perros de caza, la madre vigilando el cuarto de baño y la hija que queda (la protagonista) desquiciada por todo lo que ve.

  1. Gracia, Luis. Pues sí, nebulosa o tinieblas. La cabeza tiene días que juega malas pasadas, pero ya si se convierte en algo crónico y no se toman medidas pueden llegar a ocurrir cosas así.
    Un abrazo.

  2. Ana Fúster

    Me ha dado muy mal rollo el cuento, Susana, quizá porque conozco casos reales de pérdida de hermanos que son bastante espeluznantes. No cabe duda de que reflejas esos recovecos por los que la mente se adentra, a veces para no volver, ante la pérdida traumática de un ser querido. Un abrazo y suerte.

    1. Susana Revuelta

      A mí también me da escalofríos, Ana. Aunque pienso y estoy segurísima de que la realidad sigue superando a la ficción.
      Un beso.

  3. Eduardo Iáñez

    Comento a continuación de mi querida Ana Fúster y me ha plagiado el principio, jeje. A mí, Susana, también me ha dado muy mal rollo el relato, y es de suponer que es lo que pretendías. La idea es magnífica, y la cantinela de la madre, los perros del padre, pero sobre todo esa alusión a los juegos con las sombras de los perros junto a la tumba de la hermana me han parecido imágenes dignas de Tim Burton. ¡Ay, el dolor, a dónde nos lleva…!
    Saludos.

    1. Susana Revuelta

      No me pongo límites en los temas que desarrollo, pero tampoco pretendo hacer un diagnóstico a los personajes ni les asigno un cuadro de síntomas. Simplemente me interesan sus reacciones ante las adversidades de la vida.
      Un abrazo, Eduardo

  4. Modes Lobato Marcos

    Una última frase antológica.
    Una mezcla perfecta entre locura y poesía.

    Relato a años luz de dejar indiferente a nadie.
    Triste, muy triste.
    Y, a la vez, tremendamente inquietante.

    Susana, me encanta leerte.
    Palabra.

    1. Susana Revuelta

      Estoy de acuerdo contigo en lo de no dejar indiferente, Modes. Pero que sepas que también puedes meterme caña, no te cortes. Estoy segura de que el relato es mejorable y así lo veo yo.
      Beso grande.

      1. Modes Lobato Marcos

        Me ves pinta de cortarme en alguna faceta?
        Pues eso…

        El relato me ha gustado un huevo. Que le vamos a hacer.
        Ya tendré más ocasiones de darte pal pelo…

        1. Susana Revuelta

          Ah, que estás ahí, Modes. Me gusta que me señaléis lo que no os parece bien, y no solo lo que os gusta. Y de ti espero sinceramente sinceridad. No conozco mejor camino para aprender a caminar que aquel lleno de charcos, pedruscos y curvas.

    1. Susana Revuelta

      Ya puestos, el padre podía haberse puesto a recolectar setas alucinógenas. El final del cuento habría quedado parecido, pero lo del medio habría necesitado reformas… y no quería yo escribir sobre estraperlos, María Jesús, sino sobre demencias.
      Un saludo.

  5. bmateosg@hotmail.com

    Como bien dicen inquietante relato de locura. Cada familiar manifiesta su dolor y su trauma por la gran perdida de la niña de manera diferente. Me encanta ese jugar con las sombras en el cementerio…
    Un beso Susana

    1. Susana Revuelta

      Del mal asumir la pérdida o del hueco que deja un hijo muerto a tierna edad, daría para gastar litros de tinta de los antiguos bolígrafos.
      Un abrazo, B.

  6. Virtudes

    La pérdida de un hijo debe de ser un trauma para cualquier madre.
    si encima lo encuentran ahogado en un pozo…
    No es de extrañar que sea un caos esa familia.
    Pocos siquiatras han estado a su lado en los peores momentos.
    Besos.

    1. Susana Revuelta

      Eso está claro, Virtudes. Si alguien cae por la borda los de arriba tienen que tirarle un salvavidas. Pero a veces no queda nadie en el barco y todo se va a la porra.
      Un abrazo.

  7. Tétrica pero buena, esta historia que describe la maldad de esta niña que mata a los perritos. El final deja abierta la duda de si ella también mató a la hermanita. Buen relato, me gusta.
    Saludos.

    1. Susana Revuelta

      Ya, pues puede ser que fuera ella la mala malísima que ha provocado el desenlace de esta locura. O quizá es la víctima más desprotegida. Yo quiero (prefiero) pensar esto segundo. Quizá en un relato más largo saldríamos todos de dudas. Ahí queda para que cada uno lo complete como desee.
      Un abrazo.

  8. Creo que este subgénero, no sé si llamarlo de terror, está un poco infravalorado. No sé si es porque a la gente no le gusta pasar miedo, o por lo que dicen arriba de que da mal rollo. Yo cada vez escribo menos de este tipo, tal vez por ello, pero eso no quita que me gusten menos leerlos. Como también he leído en los comentarios, hay personas que se quedan mal tras una pérdida muy querida, probablemente, lo exageramos cuando lo plasmamos en letras, o no porque debe de ser un horror. De todos modos, a mí me ha gustado cómo has enlazado las demencias de toda la familia, que tienen como punto de encuentro la muerte de Holly.
    Veo que cada mes presentas un micro de temática variada por lo que presiento que te gustan casi todos los géneros.
    Saludos y suerte, Susana.
    P.d. Distraida (gazapo)

  9. Susana Revuelta

    A mí escribir sobre la locura me parece un reto. Si da mal rollo, que a mí también me lo da a veces, pues por lo menos provoca alguna emoción, que ya es un logro. Las historias que se me ocurren exigen un determinado tratamiento (erótico, terror o humor) y sería tontería negárselo.
    P.d. Qué haría yo sin Lorenzo y Rafa.
    Un abrazo.

  10. ¡Hola, Anita! Esa parte sí te la puedo explicar: No los arroja por el inodoro, eso es la obsesión de la madre: que se los traga. Para mantener a sus padres «activos», la niña mata a los cachorros y los lleva como mascotas a donde la hermanita muerta. Allí se siente acompañada por sus espectros. Y su padre seguirá trayendo más perritos, y la madre seguirá dirigiéndole la palabra… Un bucle de locura.
    Un beso.

  11. Hola, Susana, la verdad la pérdida de un hijo puede conducir en la perdida de la razón. El micro está muy bien escrito y demuestra el dolor que experimenta una madre, hermana… por la pérdida de un ser querido. Un abrazo, Sotirios. ( He sido finalista en el primer certamen de microrelatos “Madrid historias breves” el ganador lo anunciarán el día 20 en la cafetería la flauta mágica, también está nuestro amigo Rafa Heredero. Colgué el relato en mi blog para que mis amigos puedan leerlo. Sotiriosmoutsanas.blogspot.com)

  12. Blanca Oteiza

    Susana, qué preciosidad de relato. Triste historia la que narras, pero me parece fántastica la forma en que la cuentas.
    Un abrazo

    1. Si esta historia triste te resulta preciosa, me doy por satisfecha. La intención no era ni mucho menos hurgar en heridas, sino contar la soledad desde el personaje más indefenso.
      Un abrazo, Blanca.

  13. Tremendo el relato. Además de bueno. Has huido de todos los estereotipos para presentarnos una macabra relación entre luna y protagonista, que yo recuerde, no escrita hasta el momento. Me gusta mucho el relato. Lo encuentro completísimo y terriblemente acertado. Mucha suerte 🙂

    1. Muchas gracias, Juan Antonio. Uno de los consejos que leí para escribir es no temer a nada y arriesgarse. Y una frase que he leído justamente esta mañana (de Millás) es que «Somos una herramienta al servicio de la lengua y no al revés». La idea inicial o borrador va tomando vida propia y hay que dajarla fluir sin reprimirla.
      Un abrazo.

  14. Reve Llyn

    Buffff…que relato más duro, y el caso es que más que por lo que dices es precisamente por lo contrario. Buffff…da dolor leerlo. (Lo que no quita que sea muy, muy bueno)
    Saludos.

    1. Sí que es cierto, Reve, que el tono es duro. Pero si no te sirves de esa voz, el relato no prospera. La verdad, tengo ganas de escribir alguna cosa en tono humorístico, pero estoy de servicios mínimísimos este verano. ¡Hasta que vuelva el REC!
      Un abrazo.

  15. No se puede evitar sentir un escalofrío al leer tu historia. Es un relato redondo, un retrato de la demencia conseguido con tres pinceladas: la cantinela de la madre, la obsesión del padre y el modo macabro en que la niña le va llevando los cachorros a su hermana. Para mí la pieza clave es la hermana superviviente, pero con gran acierto has dejado su papel en la historia en el aire, lo que la hace aún más inquietante.
    Suerte y abrazos

  16. Es el juego que nos da el inventar historias, Anna. Podemos dejar que nos las cuente cualquiera de los personajes desde su perspectiva, desde su sufrimiento o su apatía… Es lo más grande de escribir.
    Un abrazo.

  17. El relato me ha gustado Susana, aunque te confieso que me ha venido muy bien la explicación de los primeros comentarios porque yo también pensaba que los cachorros desaparecían por el inodoro.
    Una vecina que conozco perdió a su hijo en un accidente de tráfico y todavía no lo ha superado. Dicen que anda por toda la casa con la urna de las cenizas a cuestas y que le habla como si dentro estuviera él y pudiera oírla. muy triste, la verdad.

    Suerte y saludos Susana.

    1. Susana Revuelta

      Si al principio no se entiende es porque la voz que narra, la de la niña, miente cuando dice que «misteriosamente desaparecen»; y si miente (algo que nunca debemos hacerle al lector) es porque no está en sus cabales y cuenta lo que la madre cree y quizás ella también se lo llega a creer. De toda esta locura el título. Los cachorros son las mismas mascotas que lleva a la tumba.
      Un abrazo.

  18. Esther Cuesta

    Impactante, Susana. Me puso los pelos de punta, no quiero ni imaginarme esa vida de profunda tristeza y soledad compartida.

    1. Susana Revuelta

      O peor: soledad en estado puro y sin compartir. Dos adultos y una niña que de rebote se «contagia» de la enajenación.
      Un abrazo, Esther.

  19. Que buena historia, que visual, parece que en vez de leer asistimos a una película de terror, donde cada miembro de la familia esconde un misterio. Y de fondo un drama, el de esa hermana de la que nadie habla.
    Felicidades.
    Abrazos.

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