17. MIRACOLO (Susana Revuelta)
Ni por asomo se le habría ocurrido a nadie llamar «lamparones, cagarruta y pis» a las manchas del sudario… hasta que vino la signora Albertina desde Palermo a visitar a su sobrino el obispo.
Nada más llegar se puso a curiosear por el patio, y al ver las sábanas y toallas agitándose al viento en el tendal se quedó maravillada. Eran de un blanco tan inmaculado que cegaban. Ya preguntaría a las monjas qué le echaban al agua para conseguir ese albor. Pero luego, cuando entró en la iglesia, se cabreó muchísimo al descubrir aquella tela toda sucia dentro de una vitrina. Obsesiva con la limpieza, porfiada y medio sorda, no oyó lo de la santidad de la sábana y urdió un plan para esa misma madrugada.
En cuanto se aseguró de que no había luz en ninguna de las habitaciones, bajó a la capilla con un trozo de esparto y una garrafa de sosa cáustica. Pero el aleteo de un ser translúcido, surgido como por ensalmo del retablo, y al que Albertina confundió con un tábano descomunal, hizo que olvidase su misión y saliera persiguiéndolo por el claustro, por los jardines, dando bastonazos al aire, intentando espachurrarlo.
Tal vez los milagros existen, lo que no quiere decir que, necesariamente se revelen a la persona adecuada. Ya es mala suerte que, para una vez que hay un testimonio que podría ser esclarecedor, la agraciada que lo contempla sea alguien con una mentalidad, digamos, demasiado pragmática para creer en nada ni apreciar las grandes cuestiones, a caballo entre lo divino y lo humano.
Un relato bien ambientado y, sobre todo, muy divertido, Susana
Un abrazo y suerte
Ángel, para el próximo año te voy a proporner como enteciano de honor, cogiendo el testigo de Esperanza. Un honor para mí recibir tus comentarios, siempre tan atinados.
Un abrazo.
¡Qué difícil es hacer reír, Susana! Tu relato lo consigue. Déjame decirte que me encanta el universo paralelo que describes, en el que la sábana santa casi desaparece bajo el jabón, ¡enhorabuena!
Hola, Alicia. Cuando estoy dando al teclado y me encuentro con personajes como Albertina me considero muy afortunada por su visita y disfruto muchísimo dejándoles hacer sus trastadas. También me gusta saber que gustan al lector, así que gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Qué simpático, imaginativo y visual tu relato. Me ha encantado Susana. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Un beso de vuelta, Nani, suerte para ti también.
Susana, no le falta nada al relato, me gusta mucho. Suerte y saludos