19. Soñador de Jose María Escudero Ramos
-Abuelo, ¿por qué tengo que pasar el verano en Arganda? A mí me gusta estar en Alcalá, ayudando a papá en la consulta.
-Tu padre tiene mucho trabajo estos días. Estarás mejor jugando en el campo, respirando aire fresco.
-¿Sabes, abuelo?, cuando sea mayor quiero ser espía de la corte; o un valiente marinero que luche contra los corsarios otomanos. Si caigo prisionero, me rescatarán los trinitarios.
-Para llegar a ser todo eso has de obedecer. Para ser un buen caballero se ha de haber sido un buen escudero primero.
-¡Sí!, un valiente caballero andante. Eso seré. Cruzaré todos los reinos de la tierra en busca de aventuras, montado en mi caballo, lo llamaré Rocinante, tendré un escudero a mi cargo que me ayudará en mi noble ideal; socorrer al indefenso haciendo justicia.
-Con esa imaginación, querido nieto, mejor podrías dedicarte a escribir.
-¿Escribir? Pero si aquí no lee nadie, la gente apenas saben leer.
-¿Quién sabe? A lo mejor tus lectores todavía no han nacido.
-Cierto, abuelo. ¡Grandioso! Seré un respetado escritor… Escribiré una novela que hará historia. Podría comenzar así:
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…
-¿Así? Empezamos bien, Miguelín, empezamos bien…
www.escuderoramos.com
Todo gran proyecto comienza con el sueño de alguien que lo ha imaginado. Se necesita terreno abonado y, no menos importante, apoyo, en este caso, de un comprensivo abuelo.
Un repaso a la primera inquietud de un jovencísimo autor, uno de los más conocidos de todos los tiempos
Un abrazo y suerte, José María
Genial, me ha encantado ese Miguelín. Parece que acertó el abuelo en su pronóstico. Con suerte, nosotros también estamos escribiendo para lectores que no han nacido, jaja.
Un abrazo y suerte.
Bien podría ser su biografía. Está claro que si era tan versado, su familia debía tener posibles. ¿Su padre era realmente médico?
Interesante.
Hola
Sí, se puede ver su casa en Alcalá de Henares. También se dice que pasó veranos en Arganda del Rey con los abuelos. Una plaza en la iglesia de Arganda pone que allí vivieron los abuelos. Y parece ser que también fue espía y que luchó contra los otomanos en Lepanto donde fue hecho prisionero, su rescate lo pagarían los trinitarios y en su iglesia descansan anónimamente los restos de Don Miguel.
Me ha gustado lo de «A lo mejor tus lectores todavía no han nacido». Gran verdad. Una buena recreación de los tiempos en que don Miguel era Miguelín. un saludo y suerte, José María.
En términos actuales, estamos ante la precuela.
Muy original.
Suerte.