22. Yugo (Susana Revuelta)
«Con qué poco se conforma una», piensa Remedios mientras pulsa el piloto de la cocina de gas y se inclina para prender un cigarrillo. Aspira con deleite el humo, expulsa lentamente cada bocanada y cuando termina de saborear el primer pitillo que se fuma en paz dentro de la casa, enciende otro con la llama azul y contempla a Leoncia, su madre, sentada frente a un cuenco de sopa de fideos volcado sobre el mantel, toda rígida y morada. Se suelta el delantal que lleva puesto desde que tiene memoria y lo tira al cubo de basura junto a los chantajes y amenazas que le ataban a la tirana.
La mira con desdén, echándole el humo a la cara. Pese a ser centenaria, menudos chillidos pegaba, «¡¡¡putaaa, inútil, marranaaa!!!, y con tal de armar follón, y para arrearle unos guantazos, solía reprocharle que la sopa estaba aguachirri o hirviendo o helada. Era incluso capaz de arrancarse un pelo del pubis y echárselo al caldo para insultarla.
Mientras apura el cigarro, observa pasmada las antenas de un insecto que asoma entre los labios azulados. «¿El grillo de la jaula? Vaya descuido que ha tenido, ¿eh, madre?» murmura dando otra calada.
No sabemos si habrá llegado pronto o tarde, pero nadie puede negar que tu protagonista acaba de ser liberada de un yugo, algo que por su actitud se diría que pensó que nunca llegaría, pero la rigidez y el color morado lo atestiguan. El óbito materno podría haber sucedido por emanación de gas, aunque el encendido posterior de cigarrillos provocaría una explosión; también por atragantamiento con un insecto, pero el bichito parece intacto. Aún queda la muerte natural. En todo caso, pese al desahogo poco comedido de esta hija, siempre se ha dicho que encontrar un grillo en la cocina es símbolo de buen augurio y futura prosperidad, habría que añadir, en este caso, de libertad.
Un abrazo y suerte, Susana
Si es de buen augurio lo del grillo, para Leoncia no creo, jaja, que se atraganta al olvidarse del insecto que puso en la sopa ella misma. El pobre bicho y la hija sí tendrán futura prosperidad.
Abrazo, Ángel.
Gracias por desvelar la duda que tenía con el grillo.
Excelente relato, mezcla de ironía y amargura.
Suerte Susanna.
Gracias por tu lectura, Rosa. El grillo todo un superviviente. Abrazo.
Una relación madre e hija tormentosa. Me ha gustado mucho a pesar de lo siniestro y del humor negro, o a lo mejor por eso… Un saludo.
Sí, son además casos reales estos en que una hija con poco arranque renuncia a su vida, abrazo, Antonio.
Pobre Remedios, debe ser terrible tener un madre como Leoncia. Me gusta mucho la forma directa y visual con que construyes el micro, y el humor negro que destila.
Un saludo y suerte.
Estos personajes afortunadamente pertenecen a épocas pasadas donde se confundía y manipulaba el respeto a los padres y esas cosas. Abrazo.
Para mí, tu micro está muy bien relatado, sin andarse con tapujos ni sensiblerías; pero a la vez me resulta muy duro ese odio eterno hacia una madre que además cuida a diario. Es un tema difícil que has conseguido contar sin disimulo. Te felicito Susana.
Nos leemos.
Es lo bueno de contar: la libertad de hacerlo como cada uno disponga, sin censura ni pleitesías de ningún tipo. Abrazo, Isabel.
Susana este relato está envuelto en el humo de las novelas negras, un relato crudo, social y odiosamente humano. Me gusta, lo veo top. Suerte y abrazos