23º Microscopio : La misma sangre
Celebramos nuestro primer aniversario en la web con un texto «especial», nos hemos atrevido a colocar bajo nuestras lentes a un autor conocido por todos, que jamás ha participado en ENTC, y que nos presta su sangre al análisis…
¿Qué descubrirán nuestros tres opinadores?
Gina acompaña al texto con la banda sonora de «La isla mínima» de Julio de la Rosa.
LA MISMA SANGRE
Sale del refugio para recuperar algún despojo de los que hayan dejado los lobos. Les ha escuchado toda la noche, persiguiendo a un venado joven, acechando, degollándolo, enzarzados entre ellos por obtener su parte del botín. Pero, mientras busca su rastro, se ha asomado a Peña Bermeja y ha visto a los civiles subiendo por la ladera. Ha decidido ser cauto y regresar al chamizo medio hundido donde se cobija. Hace unos días que agotó la munición. A quién entre, ha decidido, le atravesará el cuello de una puñalada.
Desconoce que a quién siguen los guardas es a su hijo mayor, que le trae pan y balas. Al joven le empuja el miedo, convirtiéndolo en un muñeco torpe y desesperado. Cuando el muchacho descubre un chozo abandonado para ocultarse, un espino le arranca la bufanda, desnudándole la garganta.
Ilustración de Eva García
(+) En su primera lectura se entiende todo, lo cual es bueno para el lector pues no se ha perdido, y se estremece, pues el relato es así.
(+-) Abuso de gerundios en el primer párrafo, a mí no me importa mucho, pero creo que hay expertos que les molesta. No sé.
(+-) Alguien me dijo que no se deben empezar las frases con un «Pero». No sé, en este caso creo que se puede quitar sin más.
(+) El título, aunque adelanta tampoco trata el autor de ocultar.
(+) Especificar «Peña Bermeja» es positivo, hace más creíble el relato.
(-) «A quién entre, ha decidido,…» a mí me gusta más «Ha decidido que a quién entre…» sin necesidad de esa pausa aclaratoria, no sé.
(+-) A mí normalmente en textos tan cortos me despista el cambio de focalización, el primer párrafo en el padre y el segundo en el hijo, pero sobre todo que el cambio se hace en mitad del segundo. Por ello, quizás, la frase «Desconoce…» debiera ir en el párrafo anterior.
(+) Me gusta cómo anuncia lo que va a pasar, «un espino le arranca la bufanda, desnudándole la garganta».
(-) Repetición próxima de «ha decidido», creo que el primero debe ser en presente, «decide» y el segundo quizás sobre.
(+-) Ligera «incongruencia«, el hijo lleva pan y balas al padre y desconoce que su padre está en el chozo, luego se suelen ver en otro sitio. No sé.
(+) Es un relato muy potente que estremece cuántas más veces se lee.
(+) Empiezo por el título. Una vez leída la historia, me parece acertado, (la palabra sangre donde quiera que esté anticipa algo monstruoso) que algo violento o macabro va a ocurrir entre miembros de la misma familia. Y que se va a derramar sangre. El título contiene un morbo que me llama la atención. Y la tensión parece garantizada.
(+) Otro acierto lo encuentro en la primera frase, al entrar sin más preámbulos en materia, cosa que un microrrelato por su extensión agradece y el lector de este género también. Promete este primer párrafo y te deja con ansia de seguir leyendo, de saber en qué desembocará el miedo, la desesperación del personaje. Contiene el suficiente material, bien dispuesto y organizado, como para hacer que la lectura resulte interesante y atrape.
(+) Buena presentación y buen enganche.
(-) El fallo lo encuentro en el cierre, que coincide con el clímax del cuento. Es a partir de la frase «al joven le empuja el miedo…», donde se me viene abajo la trama que yo había creído interpretar. Sinceramente, no me esperaba (ni me apetecía) encontrarme escrita la palabra «miedo»: así, con todas sus letras, justo detrás de un párrafo estupendo donde el «miedo» se sugiere, se materializa y se presenta de una manera tan visual. Y sin necesidad de mencionarlo.
(-) El miedo es el eje del micro, rezuma en cada salto de línea y opino que el acierto y el éxito en un cuento como este es que esa palabra no salga a la superficie en ningún momento.
(-) Tampoco me parece atinada la frase «convirtiéndolo en un muñeco torpe y desesperado» ya que no define al personaje del hijo en ninguna dirección. ¿Qué le está pasando por la cabeza a ese muchacho (que en el último párrafo va a convertirse en protagonista)? Un muñeco torpe y desesperado no acerca la idea de lo que se quiere contar. Si me apuras, sirve para todo: Un niño gafotas del que se burlan los otros niños al robarle un balón; un cuñado en una boda donde no conoce más que a los novios, que encima no le hacen ni puñetero caso; hasta para algún personaje débil de «Toy Story».
Un muñeco torpe y desesperado también puede ser un «playmobyl» asediando un fuerte, ya te digo.
O sea, que no es una buena imagen de lo que pretendes contar.
Es una incógnita que si se aclarara al final, bien; pero si no, queda como una hilacha. O quizá este tema podría desarrollarse mejor en un texto más largo.
Espero que el autor nos desvele el final que se había trazado; hacia qué dirección tenía encaminado este micro.
(—) La tilde en (a quien entre, a quien siguen) es incorrecta.
Releyendo el cuento varias veces, creo que el autor quería hacer un paralelismo entre las fieras del bosque y las del cuartel en la época de las resistencias o guerrillas. Y lo consigue en el primer párrafo. Pero ese final, con el hijo perdiendo la bufanda con un rasguño en el cuello, queda para mi gusto descolgado. Flojo. Quizá el tono intenso del primer párrafo exigía un desencadenante más virulento en el segundo. O quizá es que a mí me va el dramatismo.
O quizás es que no he captado los matices para llegar a ese final.
No obstante, no veo nada difícil para el escritor dar un giro al cuento y sacarlo adelante de una manera más literaria, más potente y más precisa. Si le apetece, por supuesto. Incluso le sugeriría que experimente ponerlo en pasado. Por probar, sin más. A ver qué le parece.
Muchas gracias por tu generosidad al permitirme expresar mis opiniones sobre tu cuento. Y a la espera quedo de cualquier puntualización que quieras hacer a este comentario.
Un abrazo.
(+/-) Título: me parece un título llamativo y sugerente, que además puede jugar con la ambigüedad en cuanto a su significado, pero en este relato creo que desvela demasiado antes del final; anticipa la conclusión de la historia y todo el poder de sugerencia que tiene pierde efectividad una vez que en el inicio del segundo párrafo queda desvelada la identidad del muchacho.
En el análisis de este texto he preferido centrarme en los dos párrafos por separado, ya que me parecen muy diferentes entre sí.
(+) El primer párrafo nos cuenta una historia en tres actos que me parece muy acertada por las descripciones y sugerencias que utiliza, de tal forma que a mí ha logrado meterme en la angustia, el miedo, el hambre, la desesperación de ese hombre huido, sea de la justicia o de los ganadores de la guerra (como me imagino, por las referencias utilizadas). En cuanto a la fuerza, significado y expresión creo que está más logrado que el segundo. El hombre aparece muy bien definido a través de las descripciones. No nos explica que tiene hambre, nos lo muestra al hablar de cómo busca los despojos del venado que han podido dejar los lobos; no nos explica que está huido, nos lo muestra al hablar de la cautela que tiene cuando ve a los civiles y se refugia en su precario escondite; no nos dice que está desesperado, nos lo muestra al contar que ya no tiene munición y lo que se propone hacer en cuanto alguien descubra su paradero.
Otro acierto de este párrafo en el relato es la forma en que está narrado, de manera que la escena en la que los lobos están persiguiendo, acechando y degollando a un venado para obtener su botín, se convierte en una metáfora de los civiles que persiguen y acechan al fugitivo. Al menos es lo que me ha sugerido a mí.
Por poner un signo negativo (-) señalaría el uso de una misma construcción, que en un texto tan corto resulta excesivamente repetitiva: ha escuchado… se ha asomado… ha visto… ha decidido (dos veces casi seguidas).
(-) El segundo párrafo tiene un tono diferente, y también un punto de vista que rompe con la trama del primero. Aquí se centra en el hijo del huido y sus acciones, y se convierte también, a su vez, en protagonista. Para mi gusto hubiera sido preferible seguir poniendo el acento en un solo protagonista, en el padre, en sus sentimientos o en sus acciones, y no desviar la atención hacia otro personaje, que aunque sea el que va a provocar la tragedia no deja de estar en segundo plano. Sería una forma de no distraer más de lo necesario, una vez que se nos ha presentado al padre con la fuerza con la que se ha hecho al principio. Además, tal cual ha sido presentada la desesperación del padre, el drama final se anticipa precipitadamente; en mi opinión, mantener esa incógnita hasta que el padre se diera cuanta de a quién había degollado resultaría más efectivo.
Con relación al acierto del primer párrafo, en este caso el hijo sí que se nos explica cómo es: tiene miedo, es torpe y está desesperado, en vez de mostrarlo o sugerirlo, como se ha hecho con el padre (por otra parte, el que tenga miedo, sea torpe o esté desesperado puede dar igual al lector, ya que no influye para nada en lo que va a suceder). No es que me parezca malo en sí, me refiero a las dos formas de describir los personajes. Dos protagonistas, dos formas de tratarlos, uno huido y cuidadoso, el otro perseguido sin saberlo y torpe. Aún así, ese cambio no me acaba de convencer.
Lo que sí modificaría es algo que ya he apuntado cuando mencionaba el título. En el inicio del segundo párrafo ya conocemos el desenlace del micro, sin ninguna sorpresa, de tal forma que el interés de la lectura decae desde el momento en que sabemos lo que va a suceder inevitablemente. Sí puedo decir que, y ahora pongo un signo de más (+), la última frase, un espino le arranca la bufanda, desnudándole la garganta, me parece preciosa y todo un acierto por su potencia y cómo es capaz de describir gráficamente lo que sucede.
(-) Por último, me imagino que los dos quien utilizados en el texto deberían ir sin acento.
Me ha gustado la historia del maquis. A los excelentes análisis de X,Y y Z solo añadiría que me parece que el hecho de que el hijo «descubra» el chozo confunde al lector. Si ya lo conociera porque es donde le entrega a su padre alimentos y munición parecería más lógico. Quizás el autor ha querido remarcar el efecto «casualidad» pero creo que despista.
Gratitud para autor, analistas, la DJ, a Eva por su excelente ilustración (ha conseguido incluir todos los elementos del relato, magnífico) y, cómo no, a las microscópicas; felicidades por el primer aniversario.
Me ha pasado igual que a Rafael, de hecho he leído un par de veces más el relato por ver si me había precipitado leyendo y no había visto si el padre se había metido en un lugar distinto al de siempre, pero no es lo que se desprende del texto.
De cualquier modo es una historia con suspense hasta que aparece el hijo, ahí ya se ve venir que será la víctima de alguien.
Espero que sigáis teniendo mucho éxito con este espacio y por supuesto podéis seguir contando conmigo para dibujillos o lo que sea.
Un abrazo en septiembre.
Pues … declaro mi autoría de este relato. Gracias por la invitación.
Lo primero… felicitar a Eva y Gina. Creo que ambas han acertado plenamente con la imagen y la música para el relato, me parecen perfectos.
De X, pues me parece que todo lo que dice es interesnte. De la “incongruencia” que apunta… pues en mi cabeza, ciertamente, el hijo no sabe donde va a encontrarse con el padre, ha salido solo a buscarle. Esto también vale como pobre explicación para Mercedes y Rafa en los comentarios.
De Y. Asumo el error de la tilde… Imperdonable. Y no coincido en el cierre del relato. El personaje se presenta como “muñeco torpe e desesperado” porque pretendo justificar la facilidad con que va a ocurrir la tragedia: va a entrar en el chozo a la carrera, sin mirar, y justo ese ansia por salvarse … le condenará. Esa era la intención. Y lo de más sangriento… pues evidentemente el relato no lo es, apuesta por la sugerencia que se va sumando con los demás elementos que han ido apareciendo. Y con Z es poco más o menos igual… la escena de los lobos sirve para incitar, para preparar en la mente del lector una escena que no voy a contar: la muerte, sangrienta e inevitable, aunque en este caso no sea de los que le atosigan… Presentar a los personajes de la misma manera podría haber sido mejor, es cierto, pero hubiera necesitado algo más de espacio y no lo tuve, porque era un relato para un concurso (que por cierto ganaron dos entcianos, malditos… ja ja ja)
Finalmente, los comentarios de Ana también son acertados; es un planteamiento diferente a éste y podría funcionar.
Muchas gracias a todas, a todos, por haber dedicado un poquito de vuestro tiempo a analizar este trabajo. Ha sido una bonita experiencia. Y felicitar a las chicas de la sección, porque creo que es una propuesta muy muy interesante, que nos sirve a todos para aprender y entender que muchos textos no funcionan lo bien que creemos porque gran parte de la información no hemos llegado a plasmarla como pensábamos o porque, simplemente, nuestros lectores no están leyendo del mismo “modo” que nosotros lo hacemos. Gracias. Un abrazo¡¡¡
¿Jams el autor? Pues en tal caso el relato me parece perfecto.
X
Digo lo mismo que Ximens.
Y
No voy a ser yo menos, faltaría más.
Z.
Ya decía yo que eran muy buenos comentarios… buenos de calidad y sobre todo en bondad¡¡¡ ja ja ja ,y es que me ha tocado … muy buena gente¡¡¡ Gracias Su, Javi y Rafa.
Un placer ensangrentar un poco más tu relato, un día frente a la caña que te debo, te cuento laprocedencia de sus elementos 😉
Felicidades por esa música, Ginette.
La ilustración es im-presionante, Eva. ¿Sabes hacer algo mal?
Todo, Javier. Ya sabes, la ignorancia es atrevida… beso.
Ja,ja,ja. ¡¡Os hablo desde el más allá, desde el Paraíso Terrenal, desde el Sendero del Agua!!! En fin, no voy a seguir dando envidia.
Yo hice un comentario bastante extenso, cambié de página, lo perdí, y ya no lo repetí. En él decía lo de las dos tildes y dos chirridos que había apreciado. Reconozco que uno no lo era, y ya lo ha aclarado Jams: lo de conocer el hijo el escondrijo del padre. El otro chirrido fue el «OÍR que era un venado joven y acorralado». Con un «imaginó», hubiera sido perfecto. Por lo demás, me parece un gran relato.
Chicos, os aseguro que no es necesario morir para encontrar la paz. Lo encontraréis en el Sendero del Agua. El camposanto y sus epitafios, pueden esperar.