33. Un mundo feliz (Josep Maria Arnau)
Por fin el espejo le hacía justicia, pensó mientras admiraba su voluminosa figura. Esta vez sí, la ropa le iba holgada y podía respirar. El probador era espacioso, no la cámara de tortura habitual. Apartó la cortinilla, salió con paso firme y fue rodeado por una nube de dependientas cuchicheando. Lo hicieron pasar al despacho del director de la tienda: lo había estado observando y quería que fuera la estrella de la campaña «Tallas grandes» de la cadena. Era el chico ideal, transmitía un equilibrio perfecto entre sobrepeso y felicidad. Podía empezar las pruebas ese mismo día. Él consultó su agenda y no lo dudó, aceptó la oferta. Luego canceló la vista al dietista, la comida en el restaurante vegetariano y su sesión con el monitor del gimnasio. Y habría más cambios. La nueva etapa empezaría con un banana split doble como celebración.
Josep, qué bien contado. Al principio reflejas la liberación de los problemas asociados a la gordura: la ropa apretada que no deja respirar, los probadores minúsculos… Algo que se puede solucionar con tallas grandes y más espacio. Después, nos hablas del «equilibrio perfecto entre sobrepeso y felicidad», dos conceptos que no tienen porqué estar enfrentados: aceptarse uno mismo es el primer paso para ser feliz.
El problema viene al final, cuando vemos que el protagonista va a perder la salud a causa de la falta de hábitos de vida saludable. Realmente es un problema, no ya el sobrepeso en sí, con el que se puede convivir hasta cierto punto si se tienen buenos hábitos, si no los problemas de salud que le puede acarrear.
Un micro que pone el foco entre la aceptación del propio cuerpo y los problemas de salud derivados de ello. Muy acertado.
Un abrazo y suerte.
Pues nada, a ponerse hasta arriba de calorías. Ahora tiene un motivo de peso para tirar por el camino más fácil, sin sacrificios. Pura inconsciencia que le va a costar muy cara.
Un buen ejemplo de las contradicciones humanas, y muy bien narrado.
Tu protagonista va a ganarse la vida y a triunfar siendo él mismo, sin sacrificios. Cuántos quisieran lo mismo para seguir.haciendo lo que más les gusta. El problema es que todo tiene una contrapartida, en este caso, la salud.
Un relato que, a contracorriente de la marea reinante, de gente esbelta y comida sana, considera un tipo de belleza fuera del cánon actual. Yo siempre digo en mi casa que triunfarían los programas televisivos con gente corriente, no tan escogida, esbelta, joven y guapa, pero ninguna cadena se atreve a dar el paso.
Un abrazo y suerte, Josep Maria.
No me extraña que que el protagonista acepte el empleo de modelo de tallas grandes y deje a un lado la vida de sacrificios que está llevando para intentar frenar su sobrepeso. Sería lo ideal, aceptarse y que lo aceptarán tal como es, pero si la salud entra en juego, la cosa ya cambia. Es una felicidad que le puede costar demasiado cara.Un tema muy interesante para la reflexión. Un abrazo y suerte, Josep María.