39. Juego de niños
Pertrechado tras las cortinas espera impaciente para llevar a cabo su plan. Los huevos que le sisó a la señora Ramona y un cubo de agua helada son su munición. Oye la puerta y se le escapa una risita que por suerte pasa desapercibida. Entonces la ve y su corazón se acelera. Le cuesta hasta respirar. La chica que se desnuda ante el espejo no es la niña con la que jugaba a las canicas el verano anterior. Un bulto en la entrepierna le recuerda que él tampoco es el mismo. Mañana le devolverá los huevos a la vecina.
Tan sencillamente y tan bien contado. ¡Suerte!
Gracias!!
La naturaleza que se abre paso a golpe de hormonas, un juego que les abre la puerta de la adolescencia.
Mucha suerte.
Gracias!