40. REGALARÉ TU NOMBRE, de Hada
Aún no sé cómo llegué hasta allí, probablemente alguna amiga harta de mi melancolía decidió, desesperada, hacer un último intento con la naturaleza ya que nada había podido hasta entonces con un dolor de tan dura coraza.
Poco a poco el bálsamo del paraje se coló por los poros de mi piel y mi alma.
Y un día me encontré con mi sonrisa en el espejo. Me costó reconocerla, le daba a mi rostro un aspecto divertido, retador y envolvente, que había olvidado. Recordé que siempre decías que era lo que más te gustaba de mí.
Me paré a escuchar el silencio rasgado por los trinos tempranos de los pájaros, desde mi ventana contemplé el sinuoso sendero que los árboles dibujaban… Era el entorno que me había rodeado los últimos veinte días, el que –paciente- me había devuelto a la vida.
Salí afuera y corrí –agradecida-, y grité y grité tu nombre, se lo entregué a los árboles, a los senderos, a las ardillas, a los riachuelos, a las flores silvestres, a todos les regalé tu nombre, segura de que ellos sabrían custodiarlo y que si me olvido alguna vez de ser feliz siempre puedo volver a buscarlo.
Una saludable y bonita recuperación. Me ha gustado mucho!!
Romántico y precioso.