104. Los árboles de color marrón
En los tiempos de kairós, cuando el tiempo se tocaba en los anillos de los árboles, que iban de los marrones secos al verde savía, que con fuerza brota en primavera. En el país de los mundos sin banderas hubo un árbol de frondosas ramas, alto torso, arrugada y elegante corteza. Cuentan que una niña se sentaba a su sombra, mientras acariciaba con las yemas de sus dedos la dura piel, hablaba a sus retorcidos nudos y se sentaba sobre sus raíces. Un día y otro día, quitaba las hojas que se caían, cuando había tormenta lo abrazaba, las noches de luna llena le cantaba hermosos poemas, los días de sur le daba pena irse por si el viento se lo llevaba. Así se fue quedando pegadita a sus ramas. Cuentan no se sabe cuando, que a la niña le salieron arrugas como cortezas en la piel y hojas en el pelo.
Ya nadie sabe de ella, pero a veces la luna se viste de color canela, el firmamento brilla como una estrella encendida, y en el silencio de la noche se escucha el batido de alas de unas ramas que se abrazan.
Ya en los tiempos de Kairós se abrazaba a los árboles. Me gusta, Gema