45. CUESTIÓN DE NÚMEROS (Concha García Ros)
Cien veces al día me repetía que no podía seguir así, pero aguantaba. Diez años tristes que se escurren por el sumidero. Tan sólo cinco minutos para largarme, para dar el portazo definitivo.
Sé que es el momento preciso, no en vano dejo atrás la 115 de este miserable motel. Titanic, ¿qué se puede esperar con un nombre así?
Sonrío, voy a ser una de las supervivientes.
¡Hola, Juan! gracias por ser el primero en comentarme y por tus palabras siempre animosas. Un abrazo, amigo.
Hola, Concha.
Naturalmente que sí, que diez años son demasiados y muy largos si no son felices.
Olé por la superviviente.
Jó, qué chulo!
Un besazo.
Hola, Towanda!Sí que son muchos esos años de dudas y dolor. Pero esta vez la historia tiene final feliz. Un besote.
Que vuelta de tuerca más buena para este trillado Titanic.
Me ha gustado mucho además por lo que conlleva esa ruptura tan valiente con su vida anterior por parte de la protagonista.
Muy bueno.
Besos Concha
Gracias, Asun. Desde que surgió el tema del mes mi prota buscaba escapar. Ya ha encontrado su momento. Un abrazo.
Desde luego, quien le ponga «Titanic» a un motel tiene poco sentido comercial. Muy original tu propuesta, que se escapa del transatlántico del mes, del 115 y, sobre todo, de esos diez años tristes. Enhorabuena a los supervivientes, y a ti suerte y un abrazo que espero darte pronto en persona.
jaja, es verdad, Ana, nula visión comercial y macabra forma de entender el negocio. Escapando del Titanic, del 115, del desastre… eso es lo positivo, comenzando de nuevo tras ese portazo. Un abrazo también para ti. Nos vemos pronto.
Original como siempre, Conchi, muy ágil ese recorrido temporal y buena la solución «superviviente» aunque haya tardado en llegar. Hay lugares que son en sí mismos premonitorios..
Enhorabuena!
Besos
Gracias, Cari. Sí, a veces lo obvio no es tan obvio pero existen señales. Mi protagonista ha necesitado unas cuantas para darse cuenta, pero por fin lo ha hecho. Un besote
Al final, una existencia puede reducirse a una suma de números, algunos son largos y tristes, pero se puede sobrevivir a ellos y comenzar una cuenta nueva. A veces no hay nada como un buen portazo.
Suerte y un saludo, Concha
Gracias, Ángel. Los números, al igual que las palabras, a veces nos son propicios y otras no. Lo importante es no dejar de contar (en los dos sentidos). Un abrazo.
Cortito y bien resuelto. Saludos.
Gracias, José Ignacio, me alegra verte de nuevo por aquí. Un abrazo
Preciosa metáfora, Concha. No importa cuánto tiempo le haya costado tomar impulso porque, finalmente, sí que va a ser la superviviente del naufragio.
¡Muy grande!
Hola, Patricia! Pues sí, lo verdaderamente importante es que va a sobrevivir y ya nada la va a parar. Un beso.
Concha, tu protagonista cogió una decisión correcta y se libró de este energúmeno. Una decisión acertada puede cambiar una vida. UN abrazo, Sotirios.
Hola, Sotirios. Hay grandes decisiones que lo cambian todo. Mi protagonista se libro de toda una forma de vida que estaba acabando con ella. Una abrazo
Gracias, Ana, pues en esta ocasió me costó encontrar un título. Me alegra que te guste. Un abrazo
Bien llevada esa cifra. Para ella esos números no le deparaban nada bueno. Supo cortar a tiempo.
Suerte y besos.
Sí, Virtudes, al final la cuenta le salió bien. Un abrazo
Concha, se puede ir a la deriva de muchas formas. Tu protagonista aprovecha el motel con nombre de tragedia para empezar su viaje hacia una nueva vida. Muy bueno. Abrazos.
Sí, Salvador, y también hay supervivientes por todas partes.Gracias por pasarte. Un abrazo
Esta pareja se hundió como el Titanic. Buena metáfora.
Suerte.
Su vida se iba a pique, pero decidió dejar a tiempo el 115. Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo
Concha, ese naufragio personal que cuentas con final feliz, además es una metáfora esperanzadora. Suerte y saludos.
Gracias, Calamanda. Sí, lo importante es que el final es el comienzo de una vida mejor. Un abrazo
Concha, olé por tu superviviente. Nunca es tarde para cambiar de vida si es a mejor. Me ha gustado mucho tu relato.
Un abrazo
Gracias, Blanca, me alegra que te haya gustado. Un beso
Original y escueto, como me gustan a ní.
Gracias, Edita. Un abrazo.
Joe, un mes que me da a mí por agotar las 200 palabras, llegas tú y, en un pim pam pum de los que me gustan, completas una historia que nos deja boquiabiertos por la velocidad, el sentido del ritmo, el encaje portentoso entre piezas y lo mejor, por ese luminoso final lleno de esperanza.
A ver si aprendo de mi mejor amiga, carajo.
Gracias, Modes, por tu comentario. La que tiene mucho que aprender soy yo, sobre todo de un maestro del hiperbreve como has demostrado ser tú. Un abrazo de mejores amigos;)))
Como si cada uno de nosotros llevara una habitación 115 en el alma.
Pues tienes razón, M Carmen, todos llevamos algún 115 al que tenemos que dar portazo. Gracias por tu comentario. Un abrazo
Me ha gustado cuatro de las tres veces que lo he leído. Por el principio, por la decisión, por el final. Tres motivos para una mujer. Dos veces interesante.
Y a mí me ha encantado tu comentario. Un abrazo.
Bravo!
No importa todas las veces que se lo repita, ni el tiempo que lleve haciéndolo.
Lo importante son esos 5 minutos en los que una decisión pone un diez a la vida.
Ahora puede empezar a repetir, todo el tiempo que quiera que tiene un montón de minutos para elegir ser feliz.
Bravo!
Así es, Isabel, nunca es tarde si la dicha es buena. Gracias por tu comentario. Un abrazo
Me sé de alguien que se va a hundir sin ella. Muy bien, Concha, me gusta cómo has huido del barco al igual que tu protagonista. Que tengas mucha suerte.
Una escapada a tiempo, Lorenzo. Gracias por pasarte. Un abrazo
Me encanta la decisión de tu protagonista, la vistes harta, valiente, decidida y positiva, todo un logro. Bien por ella, bien por ti.
un beso
Muchas gracias, Belén. Un abrazo
Con lo mal que pensaba de tu protagonista, por esa indolencia ante los que se quedaban por el camino, en una segunda lectura entiendo que no hablas del Titánic…. barco, ¡sino de un Hotel!… ¡Que simple hubiera sido lo primero y que latigazo me has dado después! Estupendo, Concha
No era mala si no víctima. Y ahora es una mujer nueva y fuerte. Gracias por tu comentario, Luis. Un abrazo
Buenísimo Concha, no sabes la envidia que me dais los que con cuatro palabras (palabra arriba o abajo) sois capaces de contar una historia completita y encima os salís por la tangente del tema del mes.
Me consuela que los hay más torpes que yo y le ponen Titanic a un hotel.
Felicidades a ti… y a tu prota.
Muchas gracias por tus palabras, eres muy amable. Y de torpeza sólo la del que le puso el nombrecito al hotel (que ocurrencia, jeje) porque tú demuestras tu destreza mes a mes. Un abrazo