Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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47. OTRO ARTISTA DEL HAMBRE (Eduardo Iáñez)

No hubiera sido nada en mi país. Nada ni nadie. España me ha hecho lo que soy. A los españoles les debo mi arte, ese don especial que mis padres me animaron a cultivar. Después de tímidos ensayos en Costa de Marfil, mi baño de masas fue en territorio español. Aquí presenté ante una multitud atónita mi primer número. Me sacaron muchas fotos, muchas. Ocupé portadas de periódicos y noticiarios. Me hice famoso nada más poner el pie en el país y junto a mis padres me convertí en un chico con estrella. Mi habilidad no solo dejó asombrado al mundo, sino que pude hacer de ella una profesión. Y desde que salí de esa primera maleta en Ceuta, todos recuerdan mi nombre y mi arte: Abou el Contorsionista.

12 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    En tu protagonista se cumple claramente el dicho de hacer de la necesidad virtud. La flexibilidad de su cuerpo le permitió salir del infierno. Su habilidad insólita le ha facilitado una profesión con la que se gana la vida. El hambre es una gran motivadora, aunque no todos tienen la misma suerte, algo que él sabe, reconoce y proclama.
    Un abrazo y suerte, Eduardo

    1. Eduardo Iáñez

      Muchas gracias, Ángel. Dudé entre escribir el micro en tercera persona, dejando que el hecho pareciese más insólito, o en la primera persona por la que me decidí, que le da al suceso un aire de extraña proclama, de confesión alienada que creo que tú señalas. Espero haber acertado.
      Un saludo.

    1. Eduardo Iáñez

      Hola, Edita. Efectivamente, y como digo más arriba, ese aire de disculpa que parece encerrar la voz del narrador protagonista pretende darle al micro un tono más chocante, acorde con su intención.
      Gracias por tus comentarios. Un saludo.

  2. Martín Zurita

    Hola, tocayo.
    Colosal guiño a Kafka en el título que parecía que, por elipsis, iba a resultar la clave del texto, pero, qué va, le das la vuelta justito al final con ese desenlace inesperado. Muy buen texto. Felicidades. Un abrazote.

  3. Eduardo Iáñez

    Hola, Eduardo, y honrado con tu visita.
    He de confesarte que la ilustración de Petra Acero y la frase «más cornás da el hambre» fueron las que tiraron del recuerdo del pequeño Abou saliendo de la maleta en la frontera de Ceuta, deshaciendo esa posición fetal imposible que nos dejó la imagen del escáner de la Guardia Civil. Un simple paso había que dar para llegar a Kafka y a sus artistas del hambre y del trapecio, a esas historias en las que el checo nos deja una imagen íntima y dolorosa del ser humano, gracias a un tono de confesión espeluznante por lo sorpresivo. Y, en efecto, algo así quise hacer, lector avezado. Otra cosa es que lo haya conseguido, jejeje.
    Un abrazo tremendo.

  4. María José Viz Blanco

    Pienso que la referencia a la obra de Kafka es adecuada, pues, indudablemente, tu protagonista, Eduardo, es un verdadero «artista del hambre». La vida da muchas vueltas, dicen, y uno no sabe nunca para qué le puede servir una habilidad determinada. En el caso de tu personaje, es indudable que ser «elástico» le ha ayudado mucho. Me ha gustado.
    Un abrazo.

  5. Jesús Garabato Rodríguez

    Siguiendo los comentarios y tus respuestas, solo me queda decirte que has conseguido lo que pretendías. Además, me has hecho repasar la historia de Abou y releer el relato de Kafka. Enhorabuena, Eduardo. Saludos y suerte.

  6. Eduardo, consigues tener al lector a la expectativa de «Qué pasará», «Deseo llegar al desenlace», «Qué nos tendrá preparado para el final»…
    Has sabido crear esa intriga que incita a leer, y desvelarla creando, además, una tímida sonrisa al lector (pues no podemos alegrarnos del pobre chaval).
    Original relato y muy bien llevado!!!

    Un abrazo.

  7. José Luis González

    El título y el planteamiento maquillan el resultado. Confieso que he imaginado incluso algún deportista. Los marfileños son muy amigos del fútbol y convertirse en un chico estrella… Pero también podía ser lo contrario. Bien encerrada la conclusión de donde ha salido de una maleta un hecho real. Suerte

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