5. FIEBRE AMARILLA (Mariángeles Abelli Bonardi)
Bajo el río, a la luz del sol, relucen las pepitas de oro. El hombre no las ve, ocupado como está en su pintura; pintura que es su obsesión y obsesión que es clara señal de peligro, porque no hay mayor peligro que la locura; locura que corre en sus venas y sale a presión por la oreja cercenada… El balazo cercena la vida pero no los sueños, que lucen su fama diferida en los quince girasoles del cuadro.
Sí, muy amarilla la fiebre de la pintura, de la locura y de los girasoles, y también muy distinta, aunque también sea amarilla, a la fiebre del oro, aunque al cabo, también sea fiebre.
Muy buen texto, Mariángeles.
Son fiebres distintas pero vaya si se las traen… ¡Si lo sabrán Van Gogh y los mineros!
Muchas gracias, MANOLI.
Un beso grande,
Mariángeles
Un ser obsesionado es un ser atormentado. Al menos, Van Gogh dejó un legado único que todos podemos disfrutar. Sus padecimientos fueron solo suyos. Loco, tal vez: genial, también. «El balazo cercena la vida pero no los sueños», una frase para enmarcar, culmen de un buen relato y un buen homenaje.
Un abrazo, Mariángeles. Suerte
«Yo no puedo hacer nada si mis cuadros no se venden. Sin embargo, llegará el día en que se verá que valen más que el precio del color y de mi vida, en suma muy pobre, que ponemos en ellos», escribió Van Gogh, y también escribió: «Elegí conscientemente el camino del perro a través de la vida. Voy a ser pobre.Voy a ser pintor». Creo que Van Gogh es un tema en sí mismo y el amarillo enteciano me dio la excusa perfecta para homenajearlo. Sus padecimientos fueron solo suyos porque su pintura se salía de los cánones artísticos de su época, y eso es lo que lo hace un genio y lo que evitó que en ese entonces lo valoraran como lo valoramos ahora.
Y en cuanto a enmarcar, yo enmarcaría tus comentarios, que no fallan en subirme la autoestima literaria.
Otro abrazo y suerte para vos, ÁNGEL.
Mariángeles
La pasión por la pintura, la locura, el balazo que no cercenar los sueños, los quince girasoles…
Con qué pocas y bellas palabras has sabido rendir homenaje al genio holandés.
Un cálido abrazo amarillo, Mariángeles. Y suerte.
¡Muchas gracias, CARMEN! Creo que cualquier homenaje que se le haga es poco.
Mucha suerte y otro abrazo amarillo para vos,
Mariángeles
Precioso homenaje. Poco más puedo añadir a lo que te han dicho, un beso.
¡Muchas gracias, MAITE!
Otro beso para vos,
Mariángeles
Muy bueno, Mariángeles. No hay amarillos como los suyos. Me encantan sus cuadros, con su original visión y con su locura.
Te deseo mucha suerte.
Besos apretados.
¡Muchas gracias, PILAR! Totalmente de acuerdo contigo… Van Gogh es único en sus colores, máxime si se trata de amarillo, de ahí que me remitiera inevitablemente a sus girasoles…
Toda la suerte para vos también.
Cariños,
Mariángeles
Me parece muy acertado haberte inspirado en Van Gogh para escribir sobre el amarillo, pues es el color que predomina en muchos de sus cuadros. Has conseguido en pocas pinceladas traernos su esencia, hablando de su arte y su locura, a modo de pequeño homenaje. Mucha suerte y un beso, Mariángeles.
¡Muchas gracias, JUANA! Me complace que te haya parecido acertado mi elección de Van Gogh como «muso amarillo», pero sobre todo que se haya podido ver su arte, esencia y locura en apenas unas pocas líneas, así que más contenta no puedo estar…
Otro beso y mucha suerte para vos también,
Mariángeles
Estupenda síntesis, Mariángeles sobre el legado artístico de uno de los más importantes genios de la pintura, el hombre al que le persiguió la locura, hasta el punto de cercenarse la oreja izquierda, aunque en su autorretrato se pintara con el vendaje en la derecha (tal y como se veía en el espejo).
Cierto también que la desgracia del balazo, no logró empañar un ápice sus sueños, como así relucen en su cuadro de los quince girasoles.
De nuevo me sorprendes con este espléndido texto poético.
Un gran abrazo.
Muchas gracias, ESTRELLA, por tus palabras y tu análisis tan minucioso. Hemos sido dos las sorprendidas, porque descubrí tu comentario hace muy poco, cuando ya estábamos bien adentradas en la propuesta del color marrón…
Me alegra que el micro te haya parecido espléndido.
Otro abrazo para vos,
Mariángeles