51. MEDICACIÓN (Concha García Ros)
He vuelto a perder la batalla.
No quiero despedirme de mis nubes; me sentiré extraño sin los otros que viven en mí. Pero no me resisto y bebo del vaso que me tienden. Trago y sonrío, aunque su mundo me aterroriza.
Un enfermo cuyo mundo cambia momentáneamente merced a una combinación química, que no puede vivir tranquilo, que sabe que va a perder todas las batallas por mucho que se resista, que está condenado a que la guerra sea su estado natural hasta que el cuerpo aguante. La angustia del enfermo y sus medicinas
Suerte y un saludo
La angustia del que tiene que vivir en un mundo que no es el suyo. Gracias por comentar Ángel.Un abrazo
Así lo veo yo. retirarse a la nube donde no hay dolor o sufrir y estar despierto. Ser o no ser.
Efectivamente, Mari Carmen, en su nube es feliz. Un abrazo y gracias por tus palabras.
Concha, un mundo propio en el que se siente seguro, fuera de él el caos, el miedo. Conmovedor. Muy bueno. Abrazos.
Fuera de ese mundo, el terror. Abrazos también para ti, Salvador.
Concha, coincido con los demás comentarios. Aunque puede ser otra la situación. Suerte y saludos
Calamanda, la situación es la que comenta Salvador. Prefiere su nube. Gracias por pasarte. Un abrazo.
Desertar del dolor es una noble actitud.
Un saludo
JM
Hay cosas que nos endulzan la vida, y la fantasía es una de ellas. Vivan las nubes. Un abrazo, Juan Manuel
A mí me parece que tu prota no es tan inocente, Concha. Porque esa frase inicial, «He vuelto a perder la batalla» me hace pensar que es un superviviente y que volverá a despistarlos en cuanto pueda en su batalla por su loca libertad, aunque vuelva a perder.
Precioso.
Pues has dado en el clavo, Patricia, no es inocente ni mucho menos resignado. Gracias por tu comentario. Un abrazo, guapa
Yo lo interpreto como alguien con un modo de ver el mundo diferente, en ‘sus nubes’ e incluso diferentes personalidades (o sencillamente las que él se imagina ser) y se rinde en la batalla contra los que quieren que tenga los pies en el suelo: toma la medicina para ‘curarse’ y ‘ser normal’ aunque a él no le gusta el mundo real y es plenamente consciente.
Y si no es así, a mi me ha gustado mucho, Concha. Un besote.
Es así, Eva. Me encanta que te haya gustado. Un beso
Un hiperbreve para una situación tan habitual, que nos da que pensar.
Enhorabuena, Concha.
Una situación más habitual de lo que imaginamos. Es trabajo de equilibrista el tener la cabeza en las nubes y los pies en la tierra. Un abrazo, Eduardo
Juan, es un honor para mí «engolosinarte» de alguna forma. Lo gótico me atrae, así que agradezco aún más tus amables palabras. Y la perspectiva de un «mundo feliz» pero creado y sustentado por uno mismo es tentadora. Un abrazo y gracias, maestro.
¡Esas nubes que nos acunan cuando nos hace tanta falta! ¿Quién no quiere estar en ellas? Buen micro cargado de distintas interpretaciones y salidas.
Un beso CONCHA.
Gracias, María Belén, esas nubes que nos suavizan los días. Celebro que este abierto a distintas posibilidades. Un abrazo
Impresionante como siempre, Conchi, cuanto más comprimes más intensidad y mayor fuerza!!
Gracias, Cari. Me alegro de que transmita esa intensidad. Un beso
La lucha contra una enfermedad y contra los médicos que con medicamentos intentan abatirla.
Mientras el enfermo teme salir de ella.
Un abrazo.
La lucha entre dos formas de entender la vida, dos mundos diferentes. Gracias, Virtudes, por comentar. Un beso
No he leído todos los comentarios y a lo mejor no acierto en nada pero para mí es un loco muy cuerdo que se obligado a renunciar a su particular mundo por culpa de unas pastillas.
Sí que has acertado, Lorenzo. Es un loco demasiado cuerdo. Un abrazo y gracias por pasarte.
Una batalla durísima retratada en cinco líneas. Muy buena.
Hola Reve, gracias por pasarte. Una batalla muy difícil la que se le plantea, decisiva. Un abrazo
Creo que esas personas que tienen otros mundos en sus cabezas son felices mientras viven en ellos, aunque no saben que desestabilizan el nuestro. Buen relato, para reflexionar. Suerte.
Saludos.
Tu comentario también me hace reflexionar. Gracias por pasarte, Beto. Un abrazo
El relato me sugiere un Socrates al revés. El filósofo desea irse a un mundo mejor, tu peronaje quedarse aunque no esté convencido.
Una comparación muy interesante, Daniel. Gracias por comentar. Un abrazo
Difícil batallar en el que uno no quiere perder sus nubes y ademas se siente perdedor por no hacerlo. Y todo ello con la mezcla perfecta del miedo. Una curva peligrosa difícil de evitar.
Miedo, miedo a ese mundo tan ajeno a su realidad. Gracias, Isabel, por tu comentario. Un abrazo
Me parece una mirada muy bonita hacia ese pensamiento que versa acerca de qué es la locura y quién lo decide. Ese pensamiento final de tu protagonista, dice mucho de lo que somos los que decimos estar al otro lado. Mucha suerte 🙂
Es verdad, Juan Antonio, ¿qué es la locura? Gracias por pasarte. Un abrazo
La lucha por la vida, no se rinde no se va de este mundo, acepta su situación y la vuelve a luchar, drogado pero la lucha.
Abrazos y suerte
Manuel, una lucha por lo que es y lo que se ve obligado a ser. Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo
Me has hecho leerlo varias veces para pillarlo, lo cual es el mejor síntoma de la profundidad del tema tratado. Y aún así, me han ayudado los comentarios, y volver a leer. Me ha gustado muchísimo por los matices de las frases, que llevan a un sinfín de posibilidades. ¡Bueno pero de los buenos!
Esther, me alegra mucho que te haya gustado. El que sea tan abierto puede interpretarse como una virtud o como un defecto. Muchas gracias por tus palabras. Un beso
Desde el principio me ha llevado a la imagen de un esquizofrénico, y me ha erizado no ya lo que cuentas, sino cómo lo cuentas. Qué pérdida de batalla tan terrible debe de ser que te extirpen tu mundo a golpe de química y con tu propio consentimiento, por muy alienante que ese mundo nos resulte a los demás. Muy duro. Besos y suerte, cartagenera, a ver si nos juntamos los entecianos de la ciudad (¿cuatro, cinco?) y nos tomamos unas cañicas frente al mar 😉
Ana, lo has interpretado tal y como yo lo he querido reflejar. Esa lucha debe de ser muy dura, sin duda. Y con respecto a la quedada cartagenera me parece una idea estupenda. Yo se de alguna enteciana más de por aquí. Lo dicho, cuando queráis. Un beso
Muy bien contado Concha. En la nube nada importa, nada duele, nada. Es horrible. Felicidades.