63. Madrid 1940
Mi hermano Nando dice que tiene un trozo de mar escondido en un libro y no lo puede abrir porque se derramaría toda el agua. Es un mentiroso. Todo lo hace por darle en las narices a Luisito que desde que su padre se dedica al estraperlo nos mira por encima del hombro. Antes compartíamos en el descansillo de la escalera la fruta pasada que nos regalaba el frutero de abajo, pero ahora él merienda pan con aceite y nosotros seguimos con las peras podridas. Ayer nos dijo que se van a un piso exterior y con puerta de servicio y que si accedo a ser su novia tal vez su padre pueda conseguir un trabajo al mío, dice que lo piense bien, que no va a tener más oportunidades porque nadie le va a perdonar que haya luchado en el bando equivocado. Hoy han empezado la mudanza y Nando ha sacado al descansillo una caja llena de cielos despejados y dice que cuando la abre, todo se llena de luz, pero a Luisito solo le interesa convertirse en mi príncipe azul y yo odio las coronas. Anoche madre lloraba porque no podemos pagar el alquiler este mes.