69. MUTACIÓN
Mis sentimientos estuvieron enterrados junto a él, allí donde lo planté siguiendo los consejos de mis padres. Pero venció a las malas hierbas, a las heladas y al granizo y al despuntar mayo ya asomaba más de medio cuerpo. Sus ojos más azules y amorosos que nunca, su torso fuerte y sus brazos bien torneados, sólo tuve que regarlo un poco para hacerlo resurgir de todo.
Los vecinos nos evitan y la familia nos han dado la espalda. Sospecho que los restos de tierra que dejan en la escalera las raíces que cubren sus pies y el gorjeo de la pareja de zorzales que aletea en su cabeza les molesta. Yo también estoy experimentando cambios. En mi pecho han germinado unos coloridos pensamientos que me han ayudado en la decisión de dejar el bufete y mudarme al campo con él.
Seré jardinera. Colocaré la intolerancia dentro de una maceta que abonaré con bolitas de esperanza y, quién sabe, tal vez si soy buena en mi nuevo oficio, con esfuerzo y dedicación consiga que aflore una nueva flor que llamaré respeto.
Un relato lleno de simbolismo y lirismo, cargado de libertad y de valentía para hacer lo que se cree correcto, coincidente con lo que dicta el corazón, superando la barrera de las convenciones sociales.
Un abrazo y suerte, Yolanda