70. CRIMEN PERO NO CASTIGO (Rosa Gómez)
Tuve la certeza de que eras culpable cuando sentí tu ruidoso silencio. Esquivabas la mirada, te movías nerviosa, y hasta tu cara enrojeció.
Eso, y que las comisuras de tu linda boca delataban que mi Nigeria Golden, con ochenta y cinco por ciento de cacao, había pasado a mejor vida.
Por un hijo o hija se hace cualquier cosa. Hay que educarles, pero también perdonar sus debilidades (de las que ninguno estamos libres), y ambas cosas son correctas. Tu protagonista (a la que imagino madre), ha detectado una falta, pero, ha decidido ser magnánima y ko sancionarla.
Un abrazo y suerte, Rosa
Gracias Angel, yo lo había situado en el entorno de una pareja. Pero tu propuesta es estupenda, porque también se puede interpretar así. La clave está en que los reproches se hacen con cariño, hacia una hija, novia, pareja, etc.
un saludo.
Ja ja ja. Una incorrección venial y muy visual.
¡Quien se puede resistir a un Nigeria Golden, por Dios!
Las prohibiciones no alcanzan a ese placer gustativo.
Gracias Edita.
Bueno, terrible crimen, pero entendimiento.
No sin mi Nigeria Golden!!
Un abrazo y suerte.
Si Rosalia, con cariño se perdona todo.
Un beso y gracias por el comentario.
Mi más sincera comprensión con la pobre culpable de tan cruento crimen. Quién puede resistir tal tentación… yo habría hecho lo mismo que la protagonista silenciosa, aunque golosa, de la historia. Un abrazo muy grande, Rosa.
Hola Jesús, para los chocolateros, que somos muchos, la tentación está por encima del autocontrol. Y si no que lo hubiera escondido!
Gracias! Un beso!
Hay crímenes ‘incastigables’ por compresibles, y éste es uno de ellos.
¿Qué es mayor, el delito por caer en una tentación incontenible o la incompetencia por no ponerla a buen recaudo? Ahí lo dejo.
Un relato muy disfrutable, Rosa. Enhorabuena.
Un saludo
Gracias Antonio, y tanto. Para los que disfrutamos del chocolate sobre todo!
Gracias!