75. Evolución de un sistema binario
Nunca le prometí la Luna, pero le regalé un sistema binario. Dos estrellas que orbitan alrededor de un mismo centro. Con un certificado de autenticidad, donde se hacía constar que los objetos con las coordenadas R.A 21h30m41.4s y DEC 51°36m15.8s ahora tenían nuestros nombres. Con un mapa celeste que marcaba su posición en el firmamento.
Eso fue después de enseñarle que los anillos de Saturno son de hielo. Después de trazar demoradamente perfiles de constelaciones sobre su piel. Después de besarla bajo las lluvias de Perseidas y Leónidas. Antes de que me confesase que ya no soportaba la astronomía. Antes de que las alianzas convirtieran nuestros anulares en pequeños Saturnos. Antes de que su trayectoria se cruzase con la de un cuerpo de magnitud superior que la atrajo sin remedio y que, él sí, le prometió la Luna.
Quizá el sistema binario se haya extinguido, pero su luz aún llega a la soledad de mis noches, como un guiño cómplice al tiempo que ella y yo viajamos juntos por el espacio. Y todavía murmuro el nombre de su estrella, la que le regalé en vez de hacerle una promesa absurda que nadie puede cumplir.
La historia de amor y desamor de una persona honesta, que no se atreve a ofrecer la Luna porque es una promesa que sabe que no podrá cumplir, lo que no quiere decir que no se entregue desplegando todo el Universo que sí está a su alcance. Siempre hay un cuerpo de magnitud superior, pero no siempre alguien dispuesto a darlo todo con sincera entrega, sin engaños, con las cartas sobre la mesa, haciendo caso a aquello de «obras son amores y no buenas razones». Para bueno tu relato y, si me permites que te lo diga, en nada desmerece este sistema binario a la propiedad conmutativa, con la que podría hermanarse de alguna forma y tan bien dominas.
Un fuerte abrazo y suerte, Ana
Para buenas las disecciones que haces de los relatos, con reflexiones más que acertadas sobre su contenido, y para buenas las palabras que nos regalas en cada texto que dejamos por aquí, siempre positivas y desbordantes de generosidad. Lo sigo diciendo, lo mejor de esta locura de escribir es que me haya dado ocasión de conocer a personas como tú. Muchas gracias por pasarte y por el tiempo que has dedicado a este comentario, Ángel. Un abrazo grande.
¿Quién necesita la Luna teniendo para siempre su lugar especial en el firmamento? La luna deslumbra cuando está llena pero nadie se para a pensar en lo que oculta su lado oscuro.
Lo auténtico siempre deja poso y acaba diluyendo la farsa. Tú eres única y auténtica. Y brindo por la evolución de tu sistema binario. Un beso Ana.
Los deslumbramientos te ciegan temporalmente, es lo malo que tienen. En cuanto a ser único, todos lo somos, pequeñas lunas irrepetibles, con nuestra superficie visible e iluminada y nuestra cara oscura. Muchas gracias, Eva, un besazo.
Me gustó el cómo ha dado la vuelta a la tortilla: ¿por qué seguir a una promesa cuando te han regalado una realidad?
Los seres humanos podemos llegar a ser contradictorios y… muchas cosas más, no todas necesariamente buenas.
Está muy bien el micro, ¿lo he dicho ya?
Porque somos así, y no sólo pensamos que la hierba crece más verde al otro lado de la montaña, sino que nos gusta ir a comprobarlo, aunque nos suponga una decepción. Muchas gracias por tu lectura y tu comentario, Luisa, un beso.
Un tour de force que humaniza el tema propuesto con una visión que hace poesía incluso de las abstrusas coordenadas espaciales. Un viaje cósmico mucho más interesante que al que nos hemos atrevido otros mortales menos osados que tú, Ana. Me rindo a tus pies anillados. Un saludo.
No he tenido tiempo de leer ni la mitad de los relatos publicados, pero ya he encontrado más de uno que demuestra que los viajes más reveladores tienen lugar en nuestros microcosmos particulares. Muchas gracias por tus generosas palabras y tu lectura, Eduardo. Un beso.
¿Pero tú no eras de letras? Con la propiedad conmutativa y el sistema binario demuestras que también se te dan fenomenal los números. Y apuntando ya, bien pronto y de nuevo, al cielo de ENTC. Siempre es un placer leerte.
Suerte, Ana, y un beso.
De letrísimas. Las matemáticas y la física siempre se me dieron fatal, igual lo de sacarlas a relucir ahora en los relatos es la venganza, que dicen que es un plato que se come frío. Muchas gracias por leer y comentar con tanta generosidad. Un abrazote.
Ana, te estás revelando como una narradora científicamente redonda en crecimiento exponencial. Cada relato tuyo que leo me gusta un poquito más que el anterior. No había tenido ocasión de felicitarte todavía por ese -merecido-premio enteciano. Seguiré orbitando a tu alrededor. Felicidades por tu(s) trabajo(s). Un besazo.
Muchas gracias por tus felicitaciones, compi, a ver cuándo repetimos lo del relato a seis manos (Tierra llamando al Sr. Jarque). Orbitar alrededor de un solo cuerpo es muy aburrido, sobre todo habiendo tantas estrellas en este espacio… Besos.
No decaes, ¿eh? Me ha gustado mucho, pero mucho, la estructura de este relato, cómo hilas la historia y lo bien escrito que está.
Tres veces lo he saboreado.
Un beso, Ana, y suerte.
Ay, Cristina, no decaigamos ninguno, que luego hay que delevantarse y no mola. ¿Tres veces? Guau, espero que te haya dejado buen sabor de boca. Muchas gracias por leer y por la generosidad de tus palabras. Un abrazote.
Impresionante. Será gracioso ver cómo los de Diapasonng son capaces de representar esas coordenadas. Doble reverencia con vuelta de campana. Estructura perfecta. Felicidades bonita
Los de Diapasongs son unos fieras, capaces hasta de representar a un astronauta hablando del IVA cultural y de cuerpos barnizados de oscuridad sobre una banda sonora de gemidos broncos. Ya verás como sí.
La próxima vez que nos veamos me enseñas lo de la vuelta de campana, ¿vale? Es para hacérsela a una amiga que se llama Arantza. Mil gracias y besotes.
Seguro que ella se arrepentirá de haber rechazado esa conjunción de estrellas por una promesa de luna inalcanzable. Qué magnífico relato y qué maravillosa idea. Muchos besos y enhorabuena, eres una escritora estelar y mereces la luna y hasta el sol.
Nunca sabremos si se arrepintió. Por lo demás, alguna vez soy estelar y otras estrellada, como los huevos pero sin el jamón. Muchas gracias por tu comentario superlativo, y aprovecho para felicitarte de nuevo por ese relatazo de Antoine, que me ha tocado la fibra sensible. Un besazo, Belén.
Hola, Ana.
Me hubiera gustado que alguien me hubiera hecho un regalo como ese: un sistema binario, además de una estrella con mi nombre con su certificado y todo. Eso es amor.
La pena es que cuando vienen esos regalos, a la que se los hayan hecho, una no esté preparada para valorarlos en su inmensidad y te distraigas más en el tipo que te ofrece la luna, tan lejana y tan inalcanzable.
Muy bonito, me encanta.
Felicidades.
Hay varias webs que ofrecen la posibilidad de regalar una estrella o incluso un sistema binario con certificado y mapa celeste, déjalo caer a quien corresponda 🙂 Sí, estoy de acuerdo, es un regalo precioso, original, lleno de romanticismo y que demuestra mucho amor. Pero hasta las estrellas se extinguen…
Muchas gracias por leer y por tu comentario, Towy. Un abrazo grande.
Yo no sé que sistema utilizas para hilar estas maravillas pero a ver si me lo pasas.
Quedará precioso en el libro
Enhorabuena!!
No necesitas que nadie te pase nada, Yolanda, eres una escritoraza que escribe relatos de altísima calidad. Y encima eres amiga, así que me alegra un montón que te haya gustado. Mil gracias y un besazo.
Precioso relato. Ese tipo sincero que sólo promete lo que puede regalar.
Enhorabuena
Hay mucha promesa vacía suelta por ahí, así que debe ser un lujo tener a alguien que en vez de prometer chorradas demuestra con hechos sus sentimientos. Muchas gracias por pasarte y por tu comentario, Blanca. Un beso.
Segura que es un relato triunfante. Felicidades por lo maravillosamente que escribes Ana Fúster.
Muchas gracias por tus palabras tan generosas. No sé si llegará a alguna parte, pero sinceramente no me importa demasiado, y te aseguro que no miento. Había escrito otro relato para esta convocatoria, pero creo que este ha sido mejor idea. Con eso me basta. Un beso, María.
¡Wow! Qué chulo.
Ana, me ha gustado ese sistema binario, con certificado de autenticidad, que has escrito con una prosa cuidada y poética. El argumento atrapa desde el principio y me has hecho leer ávidamente el relato hasta llegar a ese melancólico y magnífico final. He leído tu comentario anterior y, supongo, que cuando se escribe como tú y se gesta una historia como la que nos has dejado, te debes sentir orgullosa de tu trabajo y eso, está por encima de cualquier premio pues el premio es estar a gusto con lo que se ha escrito y, en tu caso, es podrá estar la mar de a gusto.
El premio es para nosotros, que podemos leerte.
Un besote.
Pablo.
Encantada de saber que lo has disfrutado. Cuando consigo que un relato quede a mi gusto más que orgullo siento satisfacción, vamos, como si fuera un rey pero al 50%. Muchas gracias por su comentario, Sr. Grant, jamás pensé que un caballero como Vd. comentase uno de mis relatos. Bromas aparte, gracias de corazón y un beso.
Un placer volver a leerte, ya sabes, en esta reunión de genios (excluyéndome a mí, naturalmente)en que consiste este concurso.
Una original y perfecta historia de desamor, hasta con coordenadas precisas en los regalos, una estructura formidable y rescoldos.
Todos queremos la Luna, pero me da que has conseguido una buena parte de ella merced a este texto científico-romántico calificable de estelar. Felicidades por tu premio del año pasado.
Besos.
Bueno, la historia no es original, la verdad, es lo de siempre: chico conoce chica/ se enamoran / se apaga la llama /chico pierde chica por una tercera persona. Sólo parece distinto por el paralelismo con las estrellas. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por tu felicitación y por pasarte por aquí a leer y comentar. Besos.
Una bonita reflexión sobre el desamor en clave de firmamento. Y es que a veces nos hace perder el contacto con la tierra y orbitar alrededor de cometas hasta que se disuelven calentados por nuevas atmósferas donde estrellarse.
Emotivo y poético ese último párrafo, en el que se vierte toda la melancolía que ha marcado el tono de la narración.
Buen relato, Ana. Enhorabuena.
Un beso.
La verdad es que el tema del mes da para mucha metáfora en asuntos amorosos. Cuando el amor desaparece la melancolía es un refugio habitual, y algo bueno tenía que tener, porque ha producido más de una obra de arte a lo largo de la Historia. Muchas gracias por tu lectura y comentario, Antonio. Besos.
Una maravilla de evolución en tu sistema binario.
Prometer la luna es facíl, pero regalar estrellas, acaricias y besos eternos es la base de un amor que a veces no se aprecia y termina en el infinito del olvido para quien no las merece. Un desamor adornado de poesía y destreza en tus manos.
Un gusto leerte siempre Ana. Cada día tus letras están más arriba del firmamento.
Un beso.
Prometer es muy sencillo, lo difícil es mantener vivo el amor bajo las lluvias de meteoritos que a veces nos lanza la vida. Quien salga indemne de ellas se puede llamar afortunado.
Muchas gracias por pasarte a leer y por tu comentario, Belén. Besos. Con un poco de suerte, los próximos serán en persona 🙂
Ana, yo quiero un sistema binario cómo ese y una estrella con mi nombre!!!! Me gusta la gente de palabra. Las personas que cumplen lo que prometen y predican. Creo en las palabras y las letras. Por eso creo en ti. Porque tus letras, tus historias saben a auténticas. Como el personaje de este relato, que no hace promesas que no puede cumplir (un sencillo desenlace para un magnífico relato).
Un abrazoooo grande, Ana.
Pues ya he dicho por ahí arriba que hay varias webs que bautizan estrellas y sistemas dobles con los nombres que desees, así que… A mí también me gusta la gente de palabra, sincera y cuidadosa a la hora de prometer o jurar. Muchas gracias por pasarte y por tu comentario, Amparo. Me gustó mucho conocerte, en especial después de haber estado «formando equipo» a distancia. Besos.
Enhorabuena Ana. Leo (siempre que la visión periférica me lo permite) sin saber el autor. Mi pensamiento ha cerrado tu relato cuando he leído la autora con un «de quién si no». Primo hermano del fin de la propiedad conmutativa en la enorme calidad que avala a ambos. Que se prepare el cielo que allí va Ana dispuesta a surcarlo de nuevo (con todo merecimiento). Gracias por estos regalos. Suerte y un abrazo 🙂
Es una gran idea lo de leer sin saber el autor. De hecho, estaría genial que entc fuese un concurso anónimo, donde el relato sólo se identificase por su número. Ya nos vamos conociendo y seguro que algunos serían reconocibles por el estilo, pero también nos llevaríamos grandes sorpresas. Toni, muchas gracias por tu visita y tus palabras llenas de cariño. Besos.
Ana, coincidocon los de por ahí arriba, precioso relato. Suerte y saludos
Muchas gracias por leerlo y comentar, Calamanda, encantada de que te guste. Besos.
El amor real, un acto de romanticismo gravitacional y la complicidad de la convivencia diaria, no pueden con promesas en el aire que embaucan los sentimientos. Genial viaje por el desamor y ese poso de tristeza que deja. Abrazos, Ana, y mucha suerte.
Los viajes emocionales siempre nos transforman, al final de ellos siempre somos diferentes, a veces más alegres, otras más tristes, espero que siempre con mayor experiencia y más sabios. Muhas gracias por tu visita y tu comentario, Salvador. Besos.
Me parece un relato excelente Ana. De los que se merecen pasar al papel.
Voy a lanzarme al vacío, dándote la enhorabuena por adelantado. Ojalá no me equivoque.
Abrazos,
Ton
Te equivoques o no con lo del papel, me alegra mucho que el relato te parezca excelente. Ya sabes, a veces salen y a veces no. Gracias por pasarte a leer y comentar, Ton. Besos.
No sólo tú relato es magnífico. Lo son también tus respuestas a los comentarios, al igual que merecidos los elogios que has recibido. Y tienes razón con eso que dices, que la historia es esa que tantas veces hemos podido leer, pero es que hay que saber volver a contarla como tú lo has hecho para que nos emocione como si la leyésemos por primera vez.
A este paso te vas a doctorar en ciencias (exactas), también.
Suerte, no por haber escrito un relato como este, tan medido y trabajado, sino para que tenga la que se merece.
Un abrazo.
Merecería la pena la mención aunque solo fuese por leer tu comentario, que no había visto hasta hoy. Rafa, me dejas sin palabras, así que te mando un abrazo. Gracias.
De cómo los sistemas binarios pueden desequilibrase en sus órbitas, por muchos candados que pongan en un puente. Es curioso cómo, sin embargo, cumple la promesa que no hizo. Son los misterios de los astros, y el peligro de los asteroides. Lo malo de los sistemas binarios es que la atracción sea sustituida por cadenas. Me has hecho pensar, Ana. Suerte.
Hala, a rascar lista. Jo.
Muchas gracias por leer y un beso. Tenemos pendiente una charla de cine 😉
Algunas noches, la luna se ríe de aquellos que la prometen en vano. Algunas noches, lo que se escuchan son las lágrimas de los corazones rotos.
Algunas noches, te encuentras relatos como este y te oyes supirar.
Besos, Ana.
Qué bonito comentario, Carles, si lo hubiera leído antes te habría dado las gracias en persona ayer. Un abrazo.