78. Mundo interior (montesinadas)
Suena el disparo y me sitúo en los puestos de cabeza. Mantengo el ritmo. En cada zancada siento la textura del terreno, la dureza del asfalto. Una respiración cercana me persigue y detecto la pronación en su mirada.
Comienza a llover, un agua tibia, agradecida. El trazo de mi pisada queda grabado en la moldeable arcilla de la que surgen, burbujas de oxígeno de algún insecto, que intenta llamar la atención para no morir aplastado.
Comprimo el empeine y los músculos extensores hasta conseguir, de nuevo, una pisada regular que soporta bien las vibraciones que emiten las maderas del puente que cruzamos.
Evito algunos restos de dietas disociadas mal asimiladas, y rostros pálidos tendidos de cúbito supino con la mirada desgastada y el ritmo a la deriva.
En el barrio antiguo sorteo los cuerpos que resbalan y dejan codos y rodillas tatuadas o trozos de piel de atleta, hecha fósil, sobre los adoquines milenarios. En la última cuesta tenso con fuerza el pie y marco bien el talón para evitar la onda de choque.
Cuando rompo la cinta, lo primero que hago es mirarlas. Me gustan mis nuevas zapatillas.
No me extraña que las mires y remires, después de lo que han contemplado y sufrido, las pobres, albergando los pies de alguien capaz de, además de ganar, dejarnos estos muy visuales asertos, en ocasiones eufemísticos, o así, al menos, lo creo yo. Enhorabuena y suerte. Un saludo.
Gracias jesús, lo mismo digo.
Abrazos y suerte
Una zapatos nuevos siempre siempre han sido un puntazo, como para soñar un par de veces o tres.
Bien contado. Felicidades
Luisa gracias como siempre tan atenta, ahí seguimos con esta gran familia de entcianos.
Jo,Manuel, me llevas tan bien en la narración de lo que debe ir pensando el atleta que el final me sorprende, pero claro, quizás para un corredor las zapatillas es lo más. Suerte.
Amigo Ximens, ahí estamos , seguimos intentando sacar alguna cosa decente.
Y sí es cierto para el corredor enfermizo, nada hay que le distraiga de su reto interno y son muchos minutos corriendo y las zapatillas pueden ser sus únicas aliadas.
Otra cosa es que lo haya encajado en condiciones . Como siempre ximenbs, una amigo, un admirador, un esclavo un siervo…
Unas zapatillas tan estupendas como tu relato, estoy por comprarme unas iguales…
Una carrera de letras con gran intensidad hasta la misma cinta de la meta. Creo que has conseguido subir al podio. Suerte.
Un abrazo Manuel
Belén con tu nivel que me digas cosas tan alentadoras es un impulso hacia la cinta. Abrazos y enhorabuena por tu libro.
Abrazos y suerte
Querido Manuel, casi me entra flato al intentar seguir tu, aparentemente,fácil ritmo narrativo. Que fluidez transmite cada frase en forma de zancada prosaica. Un gusto leerte a 3,40 palabras/km.
El título me hace pensar en una carrera interior de tu «prota», y sus reflexiones en cada uno de los pasos cotidianos, impulsado por el motor de sus zapatillas.
Saludos.
Hola Manuel a mi me han llamado la atención, eso de la pronación de la mirada, o aquello del decúbito supino. Por lo demás me parece un relato muy imaginativo, con un final original que además te saca ina sonrisa.
Me ha gustado mucho.
Besos
marcela, que bien trasmites esas sensaciones ante lo que le gusta y rodea. Suerte y saludos
Manuel, perdoname el despiste con el nombre.
Un relato de sensaciones y ensoñaciones. Unas zapatillas nuevas que casi parecen mágicas. Suerte y abrazos, amigo Manuel.