8. La cosecha
Una de las leyendas más tenebrosas de la mitología nórdica es la del hombre transformado en un Grolek, o «Siervo del Diablo», por robar la daga que los demonios regalan a las brujas cuando fornican con ellas en los aquelarres.
Con su filo, forjado en el infierno, lograba extraer las almas condenadas de los ajusticiados en el patíbulo antes de que abandonasen sus cuerpos. Después las sumergía en agua bendita para conseguir una falsa apariencia de pureza que le permitiese intercambiarlas por otras de recién nacidos. Así el mal se perpetuaba en el mundo. Las de los inocentes que podía sustituir acababan arrojadas desde un acantilado al mar, que la tradición sitúa en un fiordo cercano a Soderling, al norte de Noruega. En aquel lugar de cielos grises y aguas cristalinas, donde una tristeza opresiva permanece suspendida como la niebla, puede escucharse por encima del lamento de las olas el llanto eterno de esas ánimas que nunca podrán unirse a Dios.
El grito repentino de un bebé al que han dejado solo en su cuna, una fiebre inexplicable que lo consume o el oscurecimiento de sus ojos infantiles serían evidencias de que la cosecha del Grolek aún no ha terminado.
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In micro con todo el aire de una leyenda. Muy bueno
Un micro, perdón.
Menuda cosecha (literalmente)… ¡Eriza los vellos de la nuca! Salvando las diferencias, me recordó a la película «La aldea», a su atmósfera de bosque, leyenda, y capas color rojo y color mostaza…
Muy buena propuesta, RAFA; te felicito.
Un beso a todo color,
Mariángeles
Tras leer tu relato, en un principio pensé que habías recreado una leyenda existente, enriqueciéndola. Pero Google me dice que todo parece original, de tu propia cosecha, lo que tiene el mérito de imaginar de la nada una historia que sobrevive al tiempo y pende como una amenaza ineludible sobre los hombres de todas las épocas. Un combinación inquietante y fascinante de brujas, diablos y objetos punzantes. Aunque este derroche de adjetivos terminen o rimen»antes», suena a actual y presente.
Un abrazo, Rafa. Feliz año y suerte
¡Qué miedito! ¡Qué aire de leyenda tan bien logrado!
Muchas gracias por vuestros comentarios, Luisa, Mariángeles, Ángel y Edita. Me alegra que os haya gustado esta leyenda (esperemos que no tenga un fondo de realidad). Sois muy amables; seguro que ningún «Grolek» rondó vuestras cunas ni de lejos.
Un abrazo.