Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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7. No me mandes flores

No, ya no me hace falta. Me gustaban. Sí. Sobre todo los geranios reventones. Y aquellas enormes rosas rojas sin olor que conseguiste en tu invernadero, después de mil experimentos. Y las amapolas del campo, mecidas por la brisa y acariciadas por el sol cálido en primavera.

Y eso que yo era de las urbanitas que, si se manchaba con un poco de tierra, enseguida ponía cara de asco buscando un baño hiperesterilizado.

Tú y tus flores. Y tus obsesiones. Y yo y las mías. Que no llegaron a ser totalmente nuestras.

Cegada de roja ira, porque te vi un día de la mano de otra, quien de verdad entendía tus pasiones y tu fascinación por las flores.

Solo pensaba en rojo. En arder. En quemarlo todo. En que ardieras en el infierno. En que también ardiera ella.

Y al final fue el cruzar un semáforo en rojo lo que me llevó a mí allí.

Aquí… Allá…

No sé dónde estoy. Está todo rojo, pero no veo nada.

Tampoco hay flores.

7 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    El desamor, el amor no correspondido o los celos, son mechas que avivan interiores de fuego que terminan por erupcionnar como un volcán. A veces, ese fuego dañino, que no conduce a ningún sitio, produce venganzas, hasta el punto de llevarse por delante existencias, propias y ajenas. Tu protagonista sufrió un atropello mortal, pero el conductor no tuvo la culpa, en realidad la mató su alma atormentada.
    No sabemos cómo será el infierno, ni siquiera si realmente existe, pero no creo que nadie contradiga la hipótesis de que debe de ser rojo y sin flores.
    Un relato en el que el drama se incrementa por momentos, en la misma medida que el sufrimiento angustioso del personaje, que transmites muy bien.
    Un abrazo y suerte, Esperanza

    1. Esperanza Tirado Jiménez

      Me gusta esa idea de que la mató ‘su alma atormentada’. Gracias Angel por tus análisis, son un lujo.
      Suerte para tí también.
      Abrazos.

  2. Blanca Oteiza Corujo

    A ves la ira te hace perder el camino y como dice el refrán «Quien juega con fuego, se quema». A la protagonista fue lo que le pasó.
    Un saludo

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