93. Banda Sonora (Montesinadas)
Chun chun, chun chun, chun chun, chun chun.
Y no soy capaz de dar un paso más. Allí me quedo, petrificado, en la orilla con un nudo en la garganta.
Chun chun, chun chun y la música me golpea de nuevo las sienes, me cierra el cardias y el corazón que bombea como si fueran dos.
Chun chun, chun chun, chun chun, chun chun.
Me lame la ola los pies hundidos ya en la arena. Miro al frente, el sol reflejado en la superficie oceánica me ciega, pero llego a ver niños jugando con ruedas de neumáticos que flotan a la deriva.
Una esbelta rubia que nada deportiva hacia el fondo rompiendo por un hueco las olas. Una balsa de goma llena de adolescentes a punto de volcar y algo parecido a una aleta dorsal que ronda a todos, que se desplaza y vira al acecho.
Chun chun, chun chun…
Vuelvo a la piscina de plástico que he preparado para mi hijo pequeño cerca de la orilla, la lleno de agua del mar y me doy un chapuzón con él y sus tiburones de plástico.
Han pasado más de treinta años, chun chun, chun chun. Pero aún no estoy preparado.
Me ha gustado el relato con su banda sonora, chun chun, chun chun. Una vez puestos en situación es fácilmente reconocible jjj. Saludos.
Manuel, es que ese ritmo marcó durante mucho a quienes lo escuchamos. Bien descrito y ambientado. Suerte y saludos
Qué bueno, Manuel. Hay quien tampoco se atreve a ducharse tras una cortina en la bañera, debido a cierta psicosis.
Suerte y saludos.
Muy buena y poética tu versión de una película de leyenda.
Mi enhorabuena.
Ese chun chun chun repetido entre el relato te sitúa perfectamente en la peli. Pero no te esperas ese final, que te arranca una sonrisa.
Mucha suerte.
¡Qué buenoooo! Manuel, qué bueno.
A veces eres genial (no sonrías, que he dicho «a veces»), cuando quieres… Y una de esas veces es está.
Redondo, nada que objetar.
ME HA ENCANTADO!!!
Un abrazoooo, Montesinos.
Manuel, muy original tu relato… ese Tiburón que parece acercarse a la orilla…
Un abrazo
Jajaja! Qué bueno, Manuel.
Ese chun chun llega muy bien, me parece estar metido hasta el fondo en tu historia.
Me ha encantado la originalidad.
Enhorabuena!
El chun chun me había despistado pero a medio relato cobra todo el sentido y ya te acompaña hasta que llegas a esa encantadora escena de los tiburones de plástico en la que el ultraprudente protagonista nos enseña las secuelas de visionar aquella cinta años atrás. Maestro Montesinos, el miedo es muy malo, pero cuando se aliña con buen humor y buenas letras quedan en relatos para releer y disfrutar. Un abrazo y suerte 🙂
Jajaja si es que hay miedos que son imposibles de superar chun chun chun chun
¿Cómo no recordarlo si hasta leyendo tu Chun chun, chun chun, chun chun, chun chun se me hiela la sangre?
Muy buena la idea de musicalizar el texto…y encima que bien te ha quedado.
Una mezcla de Muerte en Venecia y Tiburón, pero con gracia y ternura.
El trauma fue acuático. No me extraña. Relato que he disfrutado más en la segunda lectura con todas las piezas encajada. Claro que el chun chun es difícil de digerir, como la música en letra.
Manuel, me has engañado, como tengo muy mal oído, con el chun chun he empezado a cantar una de sonrisas y lágrimas y el texto no encajaba. Luego ya bien.
Un abrazo
Jajajajaja Epiiii eres grande jajajajajajaj. A todos y todas gracias por el comentario y la lectura siempre generosa por todos, me salió así, experimental y de música de plaza de pueblo, de susurrar al oído jajaja y sé que en este foro se permite todo porque tenéis el santo vicio de la lectura man que pierda.
Abrazosss
Genial sintonía para un relato con un final estupendo, que hace que sonrías. Esa película creo que ha marcado cada uno de nuestros baños en mar abierto, esa aleta y el eco de ese chun chun,chun chun… se repite en nuestros recuerdos.
un abrazo Manuel.
El miedo llegar a incrustarse en una persona, además de fusionarse en perfecta simbiosis con una impactante banda sonora.
La cabeza puede gastar malas pasadas cuando va por libre.
Un saludo y suerte, Manuel
Al principio no identifiqué el chun chun, pero en cuanto apareció la aleta dorsal en el horizonte empecé a oírlo en mis oídos, y aya no me lo pude sacar de la cabeza. Esa musiquilla se nos quedó a todos grabada en el alma, junto a los miedos más irracionales y tu la has explotado muy bien.
Suerte y abrazos