93 – Trucos contra el frío (Patricia Collazo)
Empezar por los pies, me recomendabas de pequeña, cuando me negaba a meterme en el Cantábrico. Vas entrando de a poco, aclimatándote. Pero ahora no hay olas, y en cambio, una enorme superficie de agua plana y silenciosa se extiende bajo mis plantas descalzas, que cuelgan sin tocarla.
Sé que estoy soñando. Jamás he usado la tobillera que adorna mi pie izquierdo. Sin embargo, no me animo a estirar el empeine y hundir los dedos porque temo volver a experimentar ese frío que sentí cuando marchaste.
Ahora, he conseguido confinar el frío en mi pecho y ya no me envuelve entera. La sicóloga dice que debo transitar el duelo. Y tal vez el duelo sea esta extensión inabarcable de agua.
Empezar por los pies, me repito. Y comienzo a caminar. Mis plantas se hielan al contacto con el agua, pero no se hunden. Tenías razón. Se van aclimatando. Ya puedo mirar tu llavero colgado en la entrada sin llorar, y contestar a Juanma cuando pregunta por ti.
Que si algún día lo llevaré a pescar, dice. Como hacía el abuelo. Y yo me hundo hasta las rodillas para irme aclimatando, antes de prometerle que en un tiempo, seguro que sí.
Patricia, bella y nostalgica tu historia cargada de simbolismo. Suerte y saludos
Sin duda, a menudo, los recuerdos son más duros que la pérdida en sí, del ser querido. Tu relato lo demuestra. Una historia llena de belleza, ternura y nostalgia. Un placer leerte.