LA ACCIÓN
En palabras de Guy Michaud, la acción consiste precisamente en salir de una situación o, con mayor exactitud, es el paso de una situación a otra. ¿Cómo se opera este paso? Mediante el resorte dramático. El resorte es, por tanto, lo que hace avanzar la acción y asegura su duración. Actúa como un motor. Introduce en sus relaciones internas una modificación tal que de ella resulta una situación nueva, es decir, un problema dramático nuevo. Comprender una pieza y su acción es ver cómo evoluciona y progresa esta, es comparar la situación inicial y la situación final de cada escena y buscar el resorte mediante el cual se ha modificado la acción en el paso de la una a la otra.
La acción es todo lo que ocurre, todo lo que pasa en la narración. A través de ella, damos información sobre los personajes, el conflicto y la situación. Hacemos avanzar (y detener) la historia. Es, en resumen, el conjunto de actividades, movimientos y actos que el desarrollo de la historia comporta. Se sirve de un Agente, el que la realiza, y un Paciente, sobre quien la realiza. Los ejecutores de la acción se dividen en:
-fuerzas naturales o sociales, sin voluntad y sin propósito. En este caso las acciones provocan accidentes (ejemplo: una tempestad provocará un naufragio).
-fuerzas con voluntad y propósito (personas, animales, seres fantásticos…). Estas fuerzas producen conductas.
En ambos casos, las acciones provocan cambios, son los «motores» de la historia. No vale acumular acciones una detrás de otra sin más, pues cada una de ellas, individualmente, siempre debe conllevar un cambio. Por lo tanto, nuestra selección de acciones debe seguir una determinada «estrategia».
Toda acción tiene una re-acción o consecuencia: pasamos de una situación determinada a otra diferente. En nuestra selección de acciones debemos valorar y preguntarnos: ¿producen el cambio de situación que yo, como autor, busco?
El marco donde se desarrolla el relato lo realiza alguien en un espacio y un tiempo Por lo tanto, debemos procurar que acción, personaje, espacio y tiempo sean congruentes. Por ejemplo, un personaje pusilánime no hará una acción valiente (a no ser que la narración justifique el «cambio» de carácter del personaje).
Para que nuestra narración fluya y avance, las acciones estarán articuladas por lo que podemos llamar trama. Tramar es ordenar y organizar la sucesión de hechos. Este orden argumental seguirá un criterio temporal, lo que no es lo mismo que el orden en que los sucesos van apareciendo en el texto. El orden cronológico puede (y debe, en muchos casos) estar cambiado (por ejemplo, primero aparece el cadáver y luego el momento del asesinato).
Existen distintos tipos de acciones que se diferencian por su importancia: por ser la esencial del relato; por ser necesaria solo a efectos de inteligibilidad o del guion; por ser la desencadenante del conflicto; o por ser un mero apoyo o refuerzo.
Como no podía ser de otra manera, para imprimir movimiento y dinamismo, la expresión lingüística de las acciones es el verbo y sus diferentes tiempos.
Bonita entrada Susana,
La acción, para mí por ejemplo es imprescindible en un relato (incluidos los micros), que cuenten una historia con un inicio – un algo(s) en medio que provoca – una situación final. Lo veo como una película, con una evolución, y sin embargo muchas veces veo relatos que son como fotos estáticas, te narran un instante, una situación que igual es muy interesante, pero no hay ningún cambio ni en los personajes ni en el lector, ¿Se puede llamar a eso relato?
La frontera entre el cine y un cuadro o una foto esta clara, pero en literatura?? ahí lo dejo.
Susana, otra excelente entrada, un blog imprescindible para quienes quieran aprender a escribir microrrelatos. Mel, creo que te refieres a esos que ReC denomina de lupa de aumento. A mí me gustan más los de movimiento, los que consiguen personajes redondos en tan corto espacio, pero también es cierto que he leído algunos de ese tipo y las imágenes son tan preciosas que las colgaría en mi habitación. Un abrazos a ambas.
Bueno, pues os doy la razón a los dos. La acción es imprescindible, y en esos micros tan logrados que dice Lorenzo, lo que se consigue (muy difícil tarea) es congelar una imagen a partir de unas acciones pasadas o futuras que se desarrollan en la mente del lector, a partir de unas escenas estáticas que, como digo, requieren de una magia (llámalo talento) que no todos tenemos.