59. MONTAÑAS DE PAN (PURIFICACIÓN RODRÍGUEZ)
Nunca pensé que una frase tan sencilla, de tan sólo tres palabras, fuera a provocarme tal torrente de lágrimas.
—Montañas de pan—, repetía un anciano republicano español superviviente del campo de exterminio nazi de Mauthausen. Esas tres palabras habían sido su única obsesión dentro del infierno.
Con tristeza, aunque sin rencor ya, hablaba del horrible frío, del trabajo inhumano pero, sobre todo, del hambre sin bordes que atenazaba continuamente su estómago como una garra atroz. Para conservar la esperanza, olvidó los manjares que más le gustaban antes de llegar a aquel campo y decidió pensar en un alimento posible, básico y humilde. Y eligió el pan.
Desde entonces, cada día soñaba con montañas de barras, y cada noche se juraba a sí mismo que, si escapaba vivo de allí, serían lo primero que comería. Hasta hartarse.
Concentró sus mermadas fuerzas en sólo esperar la salida y pudo cumplir su sueño porque sobrevivió al horror para contarlo.
Yo tardé mucho rato en dejar de llorar.
Has escrito un relato muy triste, desgarrador, que nos recuerda el terrible pasado para que nunca lo olvidemos.Y lo representas tan magistralmente en ese deseo que le ha mantenido con vida, el de poder saborear algo tan sencillo como es el pan.Enhorabuena. Un abrazo. Gloria Arcos
Me gusta cómo has construido el relato en torno al pan y también me parece muy acertada la elección del título. Muy original tu propuesta, Puri. Un beso.
Una vez más, muchas gracias por vuestros cariñosos comentarios, amigos, aunque vuestro aplauso y el mío van dedicados a esos supervivientes. A ellos, con todo cariño.
No es para menos, porque aunque narrada muy pequeña la historia de un horror tan grande, has elegido algo básico como es el hambre en contraposición con el pan, para hacernos sentir ese sufrimiento. Conmigo, desde luego, lo has logrado.
Puri, nos lo pueden contar, podemos ver fotos y películas, pero lo que ocurrió en esos campos solo las personas que lo vivieron pueden comprender la magnitud del terror. Muy bueno. Abrazos y mucha suerte.
Un radiografía de un acontecimiento que debe ser recordado, que debe perdurar ya sea a través de la imagen o de la palabra, con la esperanza de nunca más ocurra algo parecido. Un relato triste y duro, probablemente como el pan que debió comer ese hombre. Mucha suerte 🙂
Original historia. La imagen de las montañas de pan y el relato del hambre es fenomenal.