9. BABEL III (Bestiario)
Ahí yacía Porfirio Iglesias, clavado en una mesa.
Cuando la Guardia Civil lo encontró estaba agonizante. Arrestaron inmediatamente a una artista que lo dibujaba con la indiferencia y la precisión decimonónica de un botánico, y a dos individuos que discutían complejidades taxonómicas.
Esto ocurrió hace un par de años, en los momentos más duros de la crisis económica. Sin embargo en el Gabinete nos sobraba el trabajo y tuvimos que subcontratar a una pequeña empresa para sacar adelante el encargo de actualizar el Catálogo de Monstruos Modernos.
Revisaron las ediciones anteriores, recopilaron artículos en revistas y ponencias en congresos, contrastaron y actualizaron información, corrigieron taxones y desarrollaron árboles filogenéticos… Además se realizó una encuesta que completaron reconocidos doctores de siete universidades.
Y cuando parecía todo acabado nos aseguraron que habían localizado un nuevo sujeto que debían incorporar al catálogo y que necesitaban una semana más.
El tiempo pasaba y es que los especialistas no se ponían de acuerdo sobre cómo nombrar al espécimen. Nos llegaban correos, que sin dar más explicaciones, reclamaban vehementemente nuestra mediación en el conflicto.
Fue el cabo Almendros quién zanjó la cuestión cuando recogió la filiación de la víctima. Escribió en el impreso: Consejero Delegado.
About Post Author
Olé ahí ahí dili dili (como se dice en Valencià) dale fuerte que se merecen más que llamarles monstruos. Muy bien, Manuel, uff qué a gusto me he quedado leyendo tu relato.
Bueno, ese tipo de monstruos se está multiplicando muy rápidamente.
Es como el cangrejo americano que metieron en nuestros ríos, se comieron a los autóctonos y se quedaron ellos que no sirven para nada.
Bromas aparte. He tenido que leer un par de veces pues no llegaba a comprender, eso es que no había puesto mucha atención a las dos últimas palabras.
Un abrazo.
Me alegra saber que la artista no era el monstruo. Como ese que describe hay muchos en todos los lugares. Interesante historia, suerte.
Saludos.
Buenísimo, Manuel. Plas, plas,plas, plas.
Desde los detallitos de los nombres y las profesiones que desfilan por el relato; pasando por la fluidez de la narración y los aspectos técnicos hasta el final, todo REDONDO.
Alguien tenía que decirlo. Y me alegra que hayas sido tú con ese trazo tan de buen escritor construyendo palabra a palabra una historia en la debe ser complicado no dejarse llevar y decir cosas peores. Mucha suerte 🙂
«en la que debe ser complicado»…. que me dejo palabras atrás.
Un buen relato que requiere una segunda lectura después de llegar al final. Bien llevada, narrada y con monstruos creo que reales.
un abrazo.
Ahora, en la segunda lectura, los detalles son mucho más graciosos.
Hasta el final intrigada por ese monstruo que da tanto trabajo clasificar.
Ja ja.