47. Cante oscuro
¡Maestro! ¡Bailarín! —gritaba desde la primera fila un grupo de mujeres enloquecidas. A veces, arrebatadas, osaban acercarse al artista y le prestaban su pañuelo para que se limpiara el sudor. Luego lo escondían y lo custodiaban con fervor, como si fuera una reliquia.
La niña Carmela, envuelta en su burbuja de silencio, contemplaba con resentimiento como su único dios danzaba frente a aquellas payas poseídas por su duende. Los tacones resonaban como martillos en el entarimado, y la cara se le tornaba solemne y dolorida. Después la guitarra enmudecía, y el cantaor, a palo seco, entonaba por martinete. Al final de los lamentos, entraba Carmelilla, la Rota que, ceremoniosa y pausada, arrastraba por el suelo su estima y su preciosa bata de cola.
El ayudante de tramoya, un joven rubio y apocado, presenciaba cada tarde la otra función entre bambalinas: por aquellos luceros que mataban, él también mataría. ¡Apártate, niña Carmela!—gritó desde la cámara negra. Y una fragua andaluza se desplomó sobre las piernas de Antoñito de Medina. Cuando la niña, desgarrada, alzó la vista, vio unos ojos encendidos. Eran los ojos del monstruo, el mismo monstruo que veía cuando ella, carcomida de celos, se miraba al espejo.
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Un relato muy descriptivo, con buen ritmo en la narración. Interpreto que es una historia de celos profesional y de amor. No sé nada del flamenco e imagino que “la fragua andaluza” hace referencia a algún paso del baile y los “ojos del monstruo” a la maestría del bailador. Bueno, me parece que hay mucha sutileza en la historia. Me gusta, suerte.
Saludos.
Olé, mi niña María! Pedazo de relato te ha salido. Una historia muy oscura donde reflejas muy bien el monstruo de la pasión y de los celos.
Un abrazo.
María José, cada día escribes mejor. Has bordado con palabras «El Amor brujo». Enhorabuena!! Suerte. Un beso
Extraordinario relato, María José. ¡Qué placer y qué regalos nos ofreces!
Este relato en particular tiene una plasticidad… Tampoco entiendo bien lo de la «fragua andaluza», pero… ¿es quizás el monstruo de los celos? Da lo mismo. Genial.
Bsss
El Martinete es un palo del flamenco. Es una toná que se canta sin guitarraca, a palo seco ( a capela) y sus letras son tristes, oscuras, como quejidos. Se dice que este cante se originó en las fraguas, lugar donde solían trabajar los gitanos andaluces. La adaptación escénica del baile por martinetes se la debemos a Antonio Ruiz Solar ( Antonio, el bailarín)y en este relato la fragua forma parte del decorado. Y sí, he querido reflejar el monstruo de los celos,esa peligrosa pasión. Muchas gracias por vuestros generosos comentarios.
El Martinete es un palo del flamenco. Es una toná que se canta sin guitarra, a palo seco ( a capela) y sus letras son tristes, oscuras, como quejidos. Se dice que este cante se originó en las fraguas, lugar donde solían trabajar los gitanos andaluces. La adaptación escénica del baile por martinetes se la debemos a Antonio Ruiz Solar ( Antonio, el bailarín)y en este relato la fragua forma parte del decorado. Y sí, he querido reflejar el monstruo de los celos,esa peligrosa pasión. Muchas gracias por vuestros generosos comentarios.
Hola, María José.
El monstruo de los celos que, como otros tantos, devora y hace sufrir al que los padece y a su víctima.
Un micro que va a ser tenido en cuenta, seguro, por el jurado de este mes.
Felicidades, guapa.
Besotazos.
Los celos sólo producen oscuridad, como bien reza el título. Un lenguaje muy cuidado y un relato perfectamente encuadrado en un mundo concreto, el del flamenco y la farándula, que ha sido y puede ser muy literario.
Suerte y un saludo
Me ha gustado tu monstruito, encubierto bajo el velo sutil de los celos. Además, la ambientación y los personajes le quedan perfectos a este relato.
Enhorabuena y mucha suerte.
Una deliciosa mezcla de folclore y oscuridad que envuelve una historia cercana muy bien contada. Nos ha dejado un cabo suelto. Has amarrado trenzando con muchos detalles y eso le da mucha vida a tu historia. Mucha suerte 🙂
¡¡Relato memorable!! Un regalo para los sentidos: ves la plasticidad del baile, oyes el taconeo y los quejíos, tocas la tragedia, olfateas los sentimientos y gustas de la historia.
¿Para cuándo un recopilatorio en papel?
Gracias por lo que nos transmites.
Besazos