108. MIS RECUERDOS
Apenas tenía 10 años cuando mi madre y mis tías me llevaron por primera vez a la misa de difuntos, que como cada año se celebraba en el cementerio del pueblo para conmemorar el día y orar por todas aquellas personas que ya no pertenecían a este mundo. Creo que fue la única vez que pisaba un cementerio, hasta ayer que tuve que volver.
Recuerdo un frio estremecedor que recorría mi espalda. Enfrente de mí y a la derecha del cura que oficiaba la misa, estaba ella. Una mujer hermosa, blanca y con una sonrisa. Yo notaba su dulzura cada vez que la miraba. Pregunte a mi madre quien era, su respuesta fue “Silencio” cuando termine la misa hablamos.
¡Qué largo me pareció aquel rito que helaba mi cuerpo!
Al término pregunte a mi madre y mis tías quien era aquella señora tan elegante y tan dulce. Nadie la había visto. Pero ella ya formaba parte de mi vida, y estuvo presente en todos mis grandes acontecimientos, cuando el accidente ella me sostuvo, en la operación ella me cogió la mano… Ayer volví a ese cementerio, y allí se despidió de mí.
Misterioso relato, no se desvela quién era esa mujer dulce, pero según creo ahora están los dos del mismo lado y van a poder conversar.
Me ha gustado la forma de describir las sensaciones del niño y el mundo de adultos que no se para a escucharle, nos metes muy bien en esa escena cotidiana de costumbres marcadas por las fechas del calendrio.
Un abrazo
Alicia, coincido con el comentario de Asunción. Relao abierto a interpretaciones, suerte y saludos
Que bueno, has hecho un relato adivinanza de lo más intrigante. ¿Es la muerte esa señora que siempre le ronda?
¡Pobre niña! (o niño) Y qué mal rollo la señora de blanco, tanto si es la muerte como si es alguien/algo que acompaña a los que van a morir.
Bien narrado, consigues el efecto deseado.
Saludos.
Carme.
Que buen relato, agregas el suspenso hasta en final y lo extiendes dejándolo para que el lector saque sus propias conclusiones.
Un abrazo y suerte.
Bonita sucesión de acontecimientos mortales.
Tu prota, seguro que descansa en paz.
Suerte, Alicia
Ayyy, hasta aquí me llegó el frío de sus manos en la despedida… Felicidades!
Los has rodeado todo de un gran misterio, y lo dejas resuelto, aunque con esa rendija abierta por si alguien quiere ver algo diferente. Mucha suerte 🙂