MAR158. EL MOTIVO, de Elysa Brioa Escudero
El mundo era un lugar triste y gris. Mujeres y hombres existían para producir sin descanso. Algunas horas de sueño y otra vez a la faena, así era la vida entonces. Un día, alguien, empezó a susurrar una melodía, los que estaban alrededor primero se asustaron, después se dirigieron miradas asombradas y como en un coro improvisado empezaron a cantar siguiendo aquella cadencia. Mientras aumentaba el tono del cántico las sonrisas se instalaban en todos los rostros, trabajaban a buen ritmo, con más alegría. El poder se asustó, no querían que las condiciones de trabajo mejoraran para que todo siguiera en el orden establecido. Aquel centro de labor fue precintado y sus obreros llevados a reeducación. Solo escapó al castigo el que había iniciado el canto, fueron incapaces de atraparlo. A partir de ahí y con la misma rapidez que prende el fuego en la hierba seca, surgieron otros conatos de alegría y la revolución fue imparable.
Hoy el planeta es un lugar mejor para vivir. Cuando le preguntan al hombre que inició todo por sus motivos, siempre contesta lo mismo: No lo sé, solo recuerdo que esa noche fui feliz, soñé por primera vez.
Ojala alguíen inicie una melodía pronto y todos nos unamos a ella.
Gracias por tu optimismo
Hermoso, Elysa.
Mucha suerte este mes.
Besos.
Una gran historia con un gran mensaje. Que tengas suerte, Elysa. Por cierto, me ha extrañado que no hubiera víctimas, como es habitual en tus relatos. No te preocupes, de eso ya me encargo yo.
Un beso.
Un relato que puede narrar el futuro o el pasado, que al final se está demostrando que es igual. Esclavitud como mito de Sísifo. Suerte a fin de mes, Elysa.
Tiene buen ritmo el relato, me gusta cómo lo conduces y lo de la hierba seca, y que no pudieran atrapar al instigador. El título me despista, vuelvo, y me sigue despistando.
Un abrazo.
Elysa, la fuerza de los sueños mueve el mundo. Buena excusa para cambiarlo.