24. La contraseña (María José Escudero)
Para llenar los huecos vacíos de sus vidas, él abrió una mercería en la avenida Principal y, en la trastienda, ella dispuso un pequeño taller de costura donde tres jóvenes aprendizas hilvanaban cortinas, alzaban dobladillos y bordaban sueños secretos sobre las esponjosas toallas llegadas de Portugal.
En el centro de la sala, acomodado entre bobinas de colores, un aparato de radio animaba las mañanas húmedas y ahuyentaba las tardes melancólicas. Y mientras la sintonía del parte triunfal de noticias se diluía con el monótono pedaleo de la máquina de coser, un murmullo vivaz de muchachas encubría suspiros y miradas furtivas.
Todos los jueves, después del Ángelus, un silencio cómplice invadía la tienda. Desde hacía algún tiempo, la más dulce y esmerada de las costureras recibía un mensaje a través de las ondas que le inflamaba el cuerpo y ruborizaba su conciencia: “Para Paquita, con adoración, de quien ella sabe”. Seguidamente sonaba una copla. Y, tras el mostrador, la yerma patrona arrullaba lencería y cavilaba recelosa porque todos los jueves, desde hacía algún tiempo, su formal esposo desaparecía. Luego regresaba despeinado y a deshora con hilos de pasión en la camisa y un beso de amor ribeteado en la boca.
Me encanta tu historia, Maria José, esos hilos de pasión en la camisa y ese beso ribeteado…Y el título cerrando el círculo de modo perfecto. Besos y suerte.
Ohhhh que bonita historia entre costuras de aquella época a la que tan bien nos has llevado. Abrazos suerte
Que buena historia, sensual y pícara. El título perfecto, resume la lectura y los detalles geniales.
Un abrazo y suerte.
Una delicia de relato que has hilvanado muy bien y que bonita contraseña.
Un beso y suerte, María José.
Qué buena contraseña a través de las ondas. Has descrito de forma magistral el ambiente de ese taller de costura, con esas «bordadoras de sueños secretos», que toman forma con «hilos de pasión» y «besos ribeteados». Mi madre, en su juventud, trabajó un tiempo en un taller así y me ha gustado recordarlo.
Un abrazo, María José. Suerte
Una preciosa historia. Más que hilvanada, bordada.
Ay, ay…que aquí hay gato encerrado o más bien gato hilvanado. Cómo lo pillé la mujer, le hace un zurcido en salva sea la parte y se le van a quitar las ganas de mensajitos radiofónicos, jajaja.
Mucha suerte y buenas noches.
Que buenas metáforas para describir la pasión de un amor prohibido. Me encanta el ritmo pausado que das a tus cuentos y la atmósfera que sabes crear con las palabras.
Un relato lleno de imágenes, sonidos y texturas. Emotivo, cálido, que te transporta a un tiempo no muy lejano… 🙂 Una contraseña diferente, en forma de copla para unir a los amantes. Muy original!!
Un abrazo, Maria José
María José, muy bien ambientada tu historia de maores y enredos. Suerte y saludos
Un relato muy pensado y trabajado, y te ha quedado bordado.
Un abrazo
Cruz
Qué delicadeza se respira a lo largo del relato, y qué bien ambientado ese taller. Mi bisabuela tenía uno, en el que también trabajó mi madre, y las imágenes que sus historias reales pintan en mi mente son idénticas a lo que tú describes. Transmite un deje de melancolía por tiempos en los que la comunicación era muy distinta pero los sentimientos y pasiones, como siempre, los mismos. Besos y suerte.
Más que escribir, has ido bordando la historia. Has ido dejando detalles aquí y allá, hilvanando ideas y creando un ambiente de esos que está tan bien construido que te transporta, y del que te parece escuchar, sentir y hasta oler el lugar del que habla. Mucha suerte 🙂
Los líos de faldas se han dado en todas épocas, pero éste, que describes tan bien, nos llena de ternura. Otro más de tus buenos relatos. Suerte. Besos.
El poder de la radio, llega hasta nuestros días.
Has evocado toda una época en un taller de costura, donde has ido confeccionando con cada elemento una historia de cuernos muy sugerente.
Felicitaciones, María José
Qué bonito me resulta este texto de besos y puntillas.
Has hilvanado de una manera fantástica una historia de amor furtivo. Donde las ondas son la contraseña y los bordados besos que escondidos se dan con pasión.
Me encanta el ambiente creado.
Un beso María josé
Qué bonito y sutil. Qué visual y qué bien trenzado todo, Maria José; desde el título hasta el precioso final. Enhorabuena. Un abrazo y suerte.
Bonita historia de ritmo sosegado y bien narrada y con un título de los que remachan.
Bien por ti, María José.
Saludos cordiales.
Hola, María José.
Un micro de los que te sacan una sonrisa de satisfacción.
Muchos besos.
¡Qué bonito y bien escrito!
Abrazos y buen tiempo.
Muchísimas gracias por acercaros y por vuestros siempre amables comentarios. Es un honor y un placer compartir con vosotros historias y cuentos en este taller de ENTC. Besos para todos.
¡Costura artesanal!