72. EL ÚLTIMO VUELO DE ANTOINE (BELÉN SÁENZ)
Esperé a ver la puesta de sol, a oír cascabeles en las estrellas. Entonces hice despegar el monoplano con un leve remolino en la inmensidad del Sáhara. En el retrovisor la arena anegaba a la serpiente amarilla y, a mi lado, en el asiento del copiloto, estaba la caja tal como se la dibujé. La tarde anterior, el Principito me había dicho: “Parecerá que estoy muerto, pero no es verdad”. Lo que sí es verdad es que las personas mayores somos extrañas, quizás por eso no he querido levantar la tapa ni imaginar qué hay dentro. Con el corazón oprimido, decididamente amaestrado por aquel muchachito rubio, surqué el fino aire de la atmósfera, me embutí en algodonosas nubes y adelanté raudos cometas hasta aterrizar en el asteroide B‑612. Lo primero que hice fue proteger a la rosa bajo el fanal. Dejé la caja junto a ella. Luego me ocupé de deshollinar los volcanes y arrancar algunos baobabs. No sé cuánto tiempo ha pasado, pero aquí estoy. Vivo. También dibujo y escribo. Supongo que allá abajo buscan mi avión, pero no lo encontrarán. No hay que creerse todo lo que el mar devuelve. Lo esencial es invisible para los ojos.
¡Hala, Belén! Te inauguro los comentarios. Ahí va: «Relato delicado, de fácil lectura, que desborda imaginación a raudales. Increíblemente sorpresivo el paralelismo con El Principito (y que a mi me ha encantado) y, claro, la frase final viene de rechupete». ¿Qué…? ¿Te vale…? Ja, ja. Abrazos fuertes y saludos varios.
Gracias, José Ignacio, por inaugurar los comentarios y tu alegría. Me encanta que te haya gustado y yo también te mando abrazos fuertes.
No sé por qué al leer el título me ha venido a la mente El Principito. Y efectivamente, ahí estaba.
Bonito epílogo.
Mucha suerte.
Gracias, Esperanza. He querido imaginar un final distinto al último vuelo del autor y revivirlo en el espacio para siempre. Besos y abrazos también para ti.
Es muy bonito. Ni sé ni tengo más que decir.
Besismos.
Me conformo con que te guste y con los besismos. Es una alegría tenerte por aquí.
Hola, Belén.
Qué bonita la historia y cuántas cosas hermosas se esconden en tu micro.
«Las personas mayores somos extrañas», claro que sí, pero mientras mantengamos a ese niño o esa niña que fuimos algún día nada está perdido. Ya se lamentaba en su época el Principito por esa poca comprensión que tienen los adultos por la creatividad.
Y las dos frases finales, para enmarcar: «No hay que creerse todo lo que el mar devuelve. Lo esencial es invisible para los ojos».
Uf, me estaría horas hablando de tu micro, de la caja, del asteroide, de la boa… de los baobabs, quizá de algún cordero, pero nada sería tan interesante como la reescritura que acabas de hacer.
Un abrazo grandísimo y SUERTE, en mayúsculas.
Gracias, Towanda. Hay tantas cosas en el Principito que no me han cabido: corderos, zorros, serpientes que se tragan elefantes… Eres muy generosa con tu comentario y me da mucha alegría que te haya gustado. Muchos besos enormes para ti y gracias de nuevo por tu visita.
Bonito homenaje Belén!!! Estoy seguro de que el mismísimo Antoine hubiera firmado terminar así. Qué bonita ese frase final que desde hace tiempo nos pertenece un poco a todos. Enhorabuena y mucha suerte!!!!
Bien dicho, gemelo. Lo que pretendía es un homenaje al autor y también a todos los que lo hemos disfrutado y llevábamos pegatinas con las frases más bonitas en las carpetas del cole. Besos y gracias por la visita.
Exquisito, Belén. Para comérselo a bocados. Besos y suerte, no, esa para los demás.
Muchas gracias, contrincanta. Sírvete todo lo que quieras, que está a tu disposición. Besos enormes.
Le has hecho un homenaje delicioso al libro y al final trágico de su autor. Aunque quizá tengas razón y ande por ahí, cabalgando en la noche a lomos de algún asteroide e imaginando historias ilustradas por toda la eternidad. Besos y suerte, aunque como dice Eva, creo que no la vas a necesitar.
Ójala sea así, Ana, o por lo menos me gusta imaginármelo allí. Y a Borges en una biblioteca infinita. Y a Cervantes garrapateando nuevos capítulos en una venta de la Mancha… Besos y gracias por tu precioso comentario.
Soy amiga del Principio desde que tenía 9 años, así que con tu relato he volado también al asteroide B_612 para encontrarme con él, gracias por este viaje mágico.
Gracias, Puri, feliz vuelo, me alegro de que hayas disfrutado y de que te parezca un homenaje digno a este libro que es patrimonio de tanta gente.
Genial, me gustó mucho, mágico; de todo lo que he leído (este mes lo estoy haciendo bien) es de lo que más me ha gustado. Responde y une con delicadeza la propuesta y un libro especial, que todos tenemos en mente o hemos leído y que, ahora, tenemos ganas de volver a releer, como voy a volver a hacer con tu micro.
Mi mas sincera enhorabuena, un beso
Me alegro de que estés por aquí, Luisa. Releer los libros que nos han gustado es siempre un gran placer. Gracias por tu visita, para mí ya eres una referencia en otros mundos, otras voces y el espacio. Muchos besos.
Un bellísimo envoltorio ficcional para ese adulto extraño que fue Saint-Exupéry. Tu imaginación lo ha situado como un astronauta de la literatura, digno sucesor de otro francés único, Cyrano de Bergerac. Y a mi me ha encantado. Enhorabuena
Gracias, Eduardo. Sin duda Antoine se merece un lugar en la galaxia literaria francesa y mundial. Me alegra mucho que te haya gustado y también tu visita. Un abrazo.
Qué exquisitez Belén. Con este homenaje, consigues que toda esa pelambrera innecesaria que tengo localizada detrás del cuello se me erice como un césped (ya me iría bien en la parte central de mi azotea). Me encanta. Es de esos relatos con los que uno se escucha por dentro y valora las cosas por la imaginación que desprenden. Fantástico Belén.
Espero que esa reacción capilar sea agradable, Sergi. Tu comentario a mí me ha sacado coloretes en los mofletes, pero me ha gustado mucho. Besos y gracias por venir.
Dulce y LLENO DE esperanza… Gracias mi querida Osita…
Dulce y LLENO de matices a mi memoria… Gracias mi querida Osita…
Gracias por tu visita Oso Gris. Me alegro de que te haya gustado y te haya traído a la memoria el precioso libro al que homenajea. Besos.
. El principito sigue siendo uno de mis libros favoritos , el que más he leído para mí y para otros. Por eso me ha encantado tu relato y porque te ha quedado precioso y delicado. Mucha suerte.
Creo que es un gran favorito de muchos de nosotros, Mª José, y me alegro de no haberte estropeado ese bonito recuerdo al intentar homenajearlo. Besos para ti y gracias.
Un relato precioso Belén, Antoine posiblemente viaje a lomos de suaves nubes y recorra el universo de la mano de un querubín con su rosa .
Un beso
Sí, Yoya, en un viaje sin fin por asteroides y planetas, buscando respuestas a las preguntas que hacemos cuando somos niños. Besos y gracias por pasarte a comentar.
Magia, imaginación e ingenio bien mezclados en tu cabeza dan el resultado de este genial micro que nos lleva a nuestra infancia, adolescencia y madurez, pues creo que durante toda la vida nos acompaña el Principito. Y para colmo, esa frase final que solo ella es para hacerte un monumento:«Lo esencial es invisible para los ojos». Una obra de arte.
Besos.
Hola, Pablo. Es un libro que dicen engañosamente para niños, creo que es bien recibido por todos los que lo leemos y releemos. Gracias por tu visita y tus cariñosos comentarios. Besos.
Otro principito espacial, muy especial, para alimentar nuestra fantasía.
Un beso, Belén.
Muchas gracias, María Jesús. Es un libro lleno de escenas y personajes inolvidables. Me alegro de que te haya gustado. Besos.
Magnífico, Belén. Qué bien has hilvanado la propuesta.
Suerte y un beso.
Gracias por la visita, Cristina. Con lo mal que se me da lo de coser, mejor me pongo a hilvanar letras. Besos y suerte también.
Antoine no murió, lo que es eterno no puede desaparecer. Una obra tocada por una magia que la hace imperecedera, que merece todos los homenajes, que ha quedado genial tras esta fantástica revisión que acabas de hacerle. El cariño y la admiración con las que tantos nos identificamos pueden respirarse en todo tu relato, con un autor-piloto que ha reencontrado a su personaje, un príncipe recordado por una princesa de las letras.
Un abrazo grande, Belén. Suerte
Gracias siempre por tus bonitos comentarios, Ángel. Y tus análisis tan acertados. Me quedo con el nombramiento de princesa del asteroide, aunque me tenga que dedicar a limpiar volcanes y arrancar baobabs. Muchos besos.
Magnífico relato Belén. Con él además de al Principito, un maravilloso libro que nos encanta a todos, has homenajeado a su autor, dando una versión más poética de su muerte. Como dicen por ahí, con este micro, sólo necesitamos la suerte los demás. Un fuerte abrazo de Gloria.
Gracias, Gloria. Aunque el posible final de Antoine también fue bastante poético, no he podido resistirme a darle una vuelta de tuerca e imaginarlo para siempre en la eternidad del espacio. Muchos besos para ti.
Estupendo homenaje al Principito, Belén. A León Werth le hubiera encantado.
Ya que estamos, te comento que en ese mismo libro existe un capítulo, el XII, que es en sí mismo un microrrelato magnífico. Dice así:
En el siguiente planeta vivía un bebedor. Esta visita fue muy corta, pero hizo que el principito cayera en una gran melancolía:
-¿Qué estás haciendo aquí? -le dijo al bebedor, al que encontró instalado en silencio ante una colección de botellas vacías y otra colección de botellas llenas.
-Bebo- respondió el bebedor con aire lúgubre.
-¿por qué bebes? -le preguntó el principito.
-Para olvidar -respondió el bebedor.
-¿Para olvidar qué? -quiso saber el principito, que ya sentía lástima por él.
-Para olvidar que siento vergüenza -confesó el bebedor, inclinando la cabeza.
-¿Vergüenza de qué? le preguntó el principito, que tenía ganas de ayudarle.
-¡Vergüenza de beber! -concluyó el bebedor, que se encerró definitivamente en el silencio.
Y el principito se marchó, perplejo.
«Decididamente, las personas mayores son extrañísimas», se decía a sí mismo durante el viaje.
Besos, Belén.
Las personas mayores somos extrañísimas, Carles. Gracias por tu comentario y por aportar ese capítulo-microrrelato tan revelador. Muchos besos para ti también.
Una delicia de vuelo, un jugar con la imaginación y con ese entrañable personaje que tan buenos momentos nos deja cada vez que lo releemos. Una caja con misterio y unas frases finales que en sí ya son un todo, un mundo y una galaxia del saber narrar con maestría.
No nos quedemos con lo que devuelve el mar, solo con la esencia de lo invisible y con tu maravilloso relato.
Un beso infinito mi bella Tocaya.
Ay, cuánto me abrigas siempre con tu cariño y tu presencia, querida tocaya. Un gracias y un beso por cada grano de arena de ese Sáhara desde donde inicia su viaje Antoine.
Belén, qué preciosidad de relato. Me ha gustado mucho.
Suerte
Muchas gracias, Blanca. Me alegro de que te haya gustado, sobre todo porque eres poeta, y besos y suerte para ti también.
Enhorabuena, Belén, un buen homenaje. El único «pero» es que no lo has escrito en francés.
Besos
Jajaja, qué exigente, Javier. Gracias por tu visita y tu comentario. A lo mejor pasándolo por google translate sale algo curioso ;o) Un abrazo.
Un precioso homenaje a Saint-Exupéry lleno de lirismo y sensibilidad, con el espíritu de ese magnífico libro empapando cada letra de tu relato.
Magnífico, Belén. Enhorabuena.
Un saludo.
Gracias, Antonio, qué alegría verte por aquí. Justo hace un rato estaba felicitándote por tu éxito cincuentero del mes. Un gran abrazo.
Has escrito un relato realmente fantástico, Belén. Estoy convencida de que si lo leyera Antoine se sentiría complacido, y sus quinientos millones de estrellas reirían como cascabeles. Mi enhorabuena por esta delicia. Un beso grande.
Es un placer que te guste, Inma. Qué bonito eso que dices de las estrellas y cómo me las imagino riendo como cascabeles. Un beso, bonita, y gracias por la visita.
Precioso homenaje al libro y sobre todo a la esencia que desprende cuando es leído. Es muy bonito y muy imaginativo. Mucha suerte Belén 🙂
Gracias, Juan Antonio. Me alegra mucho haber podido encontrar un hilo de esa magia que nos ha proporcionado el libro a los lectores. Un gran abrazo.
Belén, de alguna manera nos deleitas con la hermosa idea de que nada se pierde sino que se trasforma. Suerte y saludos
Sí, es una preciosa idea, Calamanda, gracias por comentarla y por tu visita. Un beso.
Qué bien escribes, Belén, y qué bien has sintonizado con el tono y el espiritu narrativo del gran Antoine. Una gozada de relato de principio a fin.
Enhorabuena y suerte con él.
Un fuerte abrazo.
Ay, Enrique, que generoso y amable tu comentario. Lo que me alegra mucho es que hayas difrutado. Abrazos y besos para ti, tú sí que eres un artista de las letras.
Hola Belén. Ya te han felicitado muchos compañeros antes. Yo también lo hago ahora. El relato es estupendo, brillante y muy bien contado.
Suerte,
Ton.
Mil gracias por tu felicitación y tu visita. Me alegra que hayas disfrutado con la lectura. Un gran abrazo.
Precioso homenaje, has desgranado la esencia del libro de una forma magistral; el poder de la amistad y la importancia de dar libertad a la imaginación, encarcelada en la mente adulta. ¡¡Genial!! Abrazos y mucha suerte, Belén.
Qué bonito lo que dices y cuánta razón tienes, tenemos la imaginación encarcelada en la mente adulta. Gracias por acompañarme en este vuelo mágico y un gran abrazo para ti.
Felicidades, Belén, creo que ya estás en el libro. Eso espero. Reúne todos los ingredientes del microrrelato, además es reflexivo. Me gusta esa frase » No hay que creerse todo lo que el mar devuelve» que tira por tierra la versión oficial.
Gracias, amigo Ximens, por tu confianza y tus buenos deseos. En efecto, casi nunca hay que creerse las versiones oficiales y tampoco lo que el mar devuelve. Muchos besos y gracias por la visita.
Excelente relato. Todo dicho, así que solo te deseo felicidad y suerte.
Precioso Belén!!! Me ha encantado.
Que bonito final te has sacado de la manga.
Cierto es que «Lo esencial es invisible para los ojos.» , y si además son los ojos de los adultos…
Aplaudiendo estoy todavía.
Un beso.
Magnífico cuento, Belén, El Principito es una delicia y este texto está a su altura. Ha sido un placer leerlo y releerlo este mes y pico.
Enhorabuenísima, Belén. Era un relato precioso y ha tenido su justa valoración.
Besazos, guapa.