63. INSTRUCCIONES PARA QUE TE DEN CUERDA, RELOJ (Belén Sáenz)
Has de saber que tienes potestad para disparar tus saetas y clavar tus agujas. Ellos se empeñan tiernamente en llamarlas manecillas y ya no es... Leer más
42. DESTINADOS (Belén Sáenz)
Cuando aún son huérfanos de padre eterno. Mucho antes de ascender a los frescos de salones palaciegos, mofletudos y casi en cueros, y tener que... Leer más
58. FRÍOS Y COMIENZOS (Belén Sáenz)
Si me pides que imagine la muerte, es de color amarillo pajizo. Y cuando de verdad necesito aferrarme a algo, recuerdo mi infancia azul hielo.... Leer más
67. HAY CLASES (Belén Sáenz)
Matilde es de talla menuda y se mueve con pasitos de ratón, pero cuando está ausente el termómetro se desploma bajo cero. Un halo de... Leer más
55. EXTRAÑAMIENTO (Belén Sáenz)
¡Cómo tiemblas, chica! ¿Estás asustada? La señora no desatiende sus bolsas de la compra; el caballero apenas levanta la vista del móvil. Yo rebusco en... Leer más
46. UNA PALABRA (Belén Sáenz)
Quise aplacar tu enfado dedicándote los más bellos Nocturnos de Chopin y columpiarte despacio en un jardín pintado por Fragonard, pero te obstinabas en seguir... Leer más
35. AÍN Y CABEL (Belén Sáenz)
De muchas maneras se envidiaban la labriega villa de Aín y su municipio gemelo, Cabel, de linaje ganadero. Sus muros, escindidos de un mismo cigoto,... Leer más
31. A VUELTA DE CORREO (Belén Sáenz)
—No remolonees. Esos hombres viven en los intestinos de la tierra, sin otra luz que sus carburos. Ayúdales con las cartas. Lo cierto es que... Leer más
56. TODOS A UNA (Belén Sáenz)
No soy de meterme en peleas. Me incitó un alfilerazo de incomodidad cuando aquella mujer —que tanto se parecía a mi novia— se detuvo a... Leer más
51 ADOLESCENCIA ESTELAR (Belén Sáenz)
La estrellita Albanza titila tímidamente cada vez que el rubio Saturno se pasea por la Vía Láctea con su séquito de satélites. Le ama y,... Leer más